Se dice con una cierta frecuencia y con un puntillo de mala leche que DC se está convirtiendo en los últimos años en la editorial que saca Batman y otras cosas. Y no está falto de razón: en el último DC Connect del mes de mayo, se puede ver que las novedades protagonizadas por personajes del entorno de Batman llegan a los dieciocho títulos, diez de ellas con el propio Batman en la cabecera. A ello se unen catorce tomos de Batman en distintas series y épocas, y otros diez de personajes de su entorno. Eso nos da más de cuarenta cómics de Batman y aledaños que verán la luz en el mes de julio. En cierto modo, es comprensible: el Hombre Murciélago es uno de los mayores iconos del género y su presencia asegura una comercialidad que otros personajes no tienen. Pero la sobresaturación de lanzamientos con este personaje puede hacer que se nos pasen por alto cómics que merecen bastante la pena. Vamos a ver qué nos encontramos en Batman: Fortaleza.

Fortaleza es una historia fuera de continuidad -no lo parece  al principio, pero bien avanzada la historia ocurren ciertas cosas que nos lo dejan bastante claro- que comienza con un apagón en Gotham, momento en el que, predeciblemente, los criminales salen a la calle para hacer de las suyas. Rápidamente, nos enteramos de que el apagón no es a nivel local, es mundial. Lo han provocado unos alienígenas que han venido a la Tierra en busca del último descendiente de la Casa de El por motivos que nos quedarán claros según vaya avanzando la trama. Batman encabeza la organización del grupo que quiere detenerlos, pero nadie sabe dónde está Superman. El murciélago es el cerebro de la Liga de la Justicia, pero Superman es el alma, y sin él, el grupo se siente desangelado, por mucho que cuente con pesos pesados como Flash, Aquaman, Hawkman o Wonder Woman. Así que toca emprender una misión de búsqueda del Kryptoniano, o al menos de lo que pueda haber de la avanzada tecnología de su planeta. Primera parada: la Fortaleza de la Soledad.

Técnicamente, el personaje conductor de esta historia que tenemos entre manos es Batman, pero quizás el más importante, aunque no aparezca más que en un puñado de páginas, es Superman. De una forma similar a lo que ocurrió en Funeral por un amigo, se deja ver en estas páginas lo que representa el primer superhéroe de la historia a través de su ausencia. Batman cumple con su labor, pero no es una definición especialmente memorable del personaje la que tenemos en estas páginas. Ni es el paranoico con capas de planes unas encima de otras, ni es el gran detective que hemos visto en otras épocas. La versión del personaje que tenemos aquí es la de ese líder nato que puede dar órdenes a dioses. El final, por cierto, nos recordará a uno de los Elseworlds clásicos, reeditado por ECC hace algo más de cuatro años.

El principal reclamo autoral de esta obra es el dibujante Darick Robertson, al que recordamos principalmente por dos de sus obras más macarras, Transmetropolitan, con Warren Ellis, y The Boys, con Garth Ennis, aunque también ha trabajado en series de corte superheroico más clásico, como Los Nuevos Guerreros, con Fabian Nicieza o la Liga de la Justica Europa, con Keith Giffen y Gerard Jones. Quizás estamos aquí ante la versión más convencional del autor, adaptándose a una historia más estándar del género que no pide los histrionismos visuales que sí necesitan las series de Spider Jerusalem o Carnicero.

Al guion tenemos a Gary Whitta, guionista cinematográfico conocido principalmente por Star Wars: Rogue One o El libro de Eli, pero que lleva años pasándose por el mundo del cómic. Suya es la adaptación a cómic de Los últimos Jedi, pero quizás el cómic más recordable que tiene anterior a este Batman: Fortaleza sea Death Jr, adaptación de los videojuegos de PSP con dibujos del siempre cuqui Ted Naifeh, publicado hace quince años por Dreamers en su corta experiencia editorial.

La edición de ECC es correcta, sin ninguna pega. Tapa dura con el papel habitual, portadas originales en su sitio y escueta sección de extras al final formada por una galería de portadas alternativas y biografías de los autores.

Quizás podríamos decir que Fortaleza es una serie demasiado alargada. Estamos ante una serie limitada de ocho números recopilada en un tomo, de estructura muy lineal, y que no habría necesitado tanta extensión para contar lo que cuenta. En cinco o seis números se podría haber contado sin problemas, y aunque la historia es correcta, pero sin llegar a emocionar en ningún momento, da la sensación en ocasiones de que se está estirando un poco el chicle. No es una historia que recordaremos dentro de unos años como uno de los hitos del personaje, pero es una lectura entretenida que gustará a los fans de Batman.