El estreno de una nueva película de Batman suele llevar asociado el lanzamiento de un buen puñado de títulos nuevos y reediciones de material clásico. En el caso de la fabulosa y reciente The Batman, una de las novedades más destacables es la edición integral de la miniserie del sello Black Label Batman: El Impostor, publicada por entregas entre octubre y diciembre de 2021, dibujada por el siempre bienvenido Andrea Sorrentino y escrita por Mattson Tomlin, un escritor rumano que ha formado parte del equipo de guionistas de la película protagonizada por Robert Pattinson.
Batman: El Impostor es la obra con la que Tomlin se estrena en el medio del cómic después de trece años escribiendo -y, en ocasiones, dirigiendo- de forma profesional para cine y televisión. Es una obra fuera de todo tipo de continuidad, al estilo del Batman: Tierra Uno de Geoff Johns y Gary Frank, pero más cercana al planteamiento más realista visto en la trilogía cinematográfica de Christopher Nolan. En El Impostor tenemos a un Bruce Wayne al que la muerte de sus padres le ha dejado un buen puñado de secuelas psicológicas, y lleva relativamente poco patrullando las calles de Gotham como el conocido vigilante enmascarado. En lugar de ser un héroe icónico, se le trata como lo que realmente es: un personaje trastornado. Así, cuando aparecen varias víctimas mortales supuestamente asesinadas por el Murciélago no queda claro si han sido asesinadas por el alter ego de Wayne o, como él afirma, hay un impostor asesinado gente disfrazado de Batman.
Mattson Tomlin nunca había escrito cómics antes, y quizás se le note un tanto primerizo en determinados momentos en los que el ritmo de la historia resulta un tanto disperso, pero la historia que nos plantea es muy interesante, centrada más en un denso análisis psicológico del personaje de Batman que en sus andanzas como encapuchado, y recordando más quizás a las mencionadas películas de Nolan que a otras etapas icónicas de la historia del personaje en el cómic. Aún así, se aprecia que Tomlin tiene un notable bagaje como lector de cómics, y no sólo por el apreciado protagonismo del personaje de Leslie Thompkins, ni por la presencia de versiones personales de dos villanos de la época de John Wagner, Alan Grant y Norm Breyfogle, como son el Ventrílocuo y el Cazador de Ratas. Se aprecia de fondo el tradicional debate sobre si Batman mata o no, en el que algunos guionistas han dejado claro que sí, entre los que podríamos citar a Bill Finger, Jim Starlin, Frank Miller o Grant Morrison y otros, como Darwyn Cooke o Marv Wolfman, presentado versiones del personaje que no lo hace. Al final, depende de la versión del personaje que presente cada autor. El caso es que Tomlin es consciente de esta pregunta y plantea una apasionante historia alrededor de ella.
Al dibujo tenemos a Andrea Sorrentino, quizás no tan brillante como en otras obras suyas como Gideon Falls o Joker: Sonrisa Asesina, pero haciendo un trabajo visualmente espectacular como es habitual en él. Si acaso, se le puede poner la pega de que en alguna doble splash la narración no es precisamente fluida y el orden en el que hay que seguir la historia no queda del todo claro. Habría que ver cómo son los guiones de Mattson Tomlin y compararlos con los de Jeff Lemire, posiblemente el guionista con el que mejores resultados ha tenido Sorrentino, para ver si estos puntuales fallos son responsabilidad del guionista debutante o han sido experimentos no del todo afortunados del ilustrador. Aún así, aunque no sea el mejor trabajo de su carrera, un trabajo cualquiera de Andrea Sorrentino va a estar sin duda entre los cómics visualmente más impactantes del mes en el que salgan a la venta.
La edición de ECC es correcta, pero sin estridencias. Incluye los tres números de la serie limitada original, con las portadas originales en su lugar correcto, y una parca sección de extras al final, formada por cuatro portadas alternativas de Kaare Andrews y Lee Bermejo y un párrafo de biografía de guionista, dibujante y colorista.
En líneas generales, El Impostor es una mirada alternativa a Batman, que gustará a los que disfruten de historias más psicológicas que superheroicas y que no necesiten de la continuidad de un universo superheroico cohesionado para darle trasfondo a una interesante historia de uno de los personajes más icónicos de la historia del cómic. Una obra que, sin lugar a dudas, revisitaremos en más de una ocasión.
