Si hubiera que hacer un top 10 de los mejores cómics o tal vez de los más relevantes de la historia es muy improbable que no hubiera un hueco para Batman: The Dark Knight Returns (El Regreso del Caballero Oscuro), esa joya que en 1986 mezclaría western, ciencia-ficción y sobre todo llevaría a los tebeos de superhéroes a un estadio que no se podía sospechar. Con semejante nombre y trascendencia, es de suponer que la cantidad de copias que ha podido vender este tebeo a lo largo de más de 30 años le ha hecho un buen favor a las arcas de DC.
No es de extrañar que en 2001 y con motivo del vigesimoquinto aniversario, se decidieran a sacar The Dark Knight Strikes Again (El Caballero Oscuro Contraataca), que curiosamente nos mostraba una secuela de algo que suponía el fin de Batman y espiritualmente de los superhéroes. Frank Miller se las apañaría para un giro de tuerca tan poco exento de polémica como de genialidad.
Y así, cuando se acercaba el trigésimo cumpleaños, DC anuncia DKIII: The Master Race, esta obra que bajo el título Batman: Caballero Oscuro III: La raza superior recopila ECC por segunda vez, suponiendo la cuarta edición en nuestro país en solo tres años. Tras una edición en grapa, otra en cartoné en nueve entregas y una primera recopilación de lujo con más de 500 páginas, llega ahora este tomo dentro de la línea Grandes Autores.
Pese a que Batman: Caballero Oscuro III: La raza superior es una obra de 2016, tal vez aquellos que quisieran esperar al tomo y se sintieran intimidados por los 55€ de la primera recopilación, se vayan a acercar por primera vez a ella. ¿Y qué nos vamos a encontrar? Llegamos tres años después de los sucesos de DKII y todos los héroes de la tierra han dado un paso atrás y se encuentran fuera de circulación. Sin embargo, una nueva amenaza como no se había visto jamás se cierne sobre la tierra, nada menos que un ejército de kryptonianos guiado por la hija de Superman y Wonder Woman.
Y una vez ubicados, deberíamos dejar una cosa clara: Batman: Caballero Oscuro III: La raza superior es una historia ambientada en el universo de The Dark Knight Returns. No tiene pretensiones de revolucionar el medio ni ninguna otra más allá de contar una historia y entretener (bueno, y vender). Tanto la obra original como la primera secuela perseguían objetivos discursivos más allá de su propio valor como historia mientras que DKIII es algo así como un elseworlds, una nueva historia en una ambientación fuera de la habitual con unas versiones de los personajes fuera de las habituales. No todas las obras tienen por qué tener un afán experimental ni metadiscursivo. Cada mes leemos montones de historias que no lo tienen y siguen siendo francamente disfrutables. Tal vez la condición de vaca sagrada de The Dark Knight Returns, produjera un cierto reparo a la hora de usar su mundo y sus personajes, pero no aprovecharlos realmente no tiene demasiado sentido. ¿Lo habría tenido que hubieran dejado de hacer tebeos del Batman “oficial” después de Año Uno?
Con esta premisa Brian Azzarello se une a Frank Miller, para darnos una nueva historia en este mundo futurista y con este Batman crepuscular. Sería difícil precisar cuál de los dos hace qué, pero esta historia tiene todos los tics y usos de Azzarello, con lo que aunque Miller haya puesto algunas directrices, lo que nos vamos a encontrar en Batman: Caballero Oscuro III: La raza superior son los oneliners de Azzarello, los cliffhangers de Azzarello y los trucos de Azzarello. Es cierto que el enemigo huele a Miller, tenemos una amenaza con todos los ingredientes de villano con mayúsculas que le gustan a Miller: fundamentalismo religioso, totalitarismo militar, supremacismo racial y escala desmesurada. Estamos ante una historia que no ofrece estridencias fuera de tono en cuanto al trato de unos personajes y unos escenarios que ya nos son conocidos. Tal vez al querer imitar el dramatismo de la DK original, se pasan un poco de efectistas (tiene todo el sello de Azzarello), pero es algo que al fin y al cabo tiene que ver con tono general del tebeo.
Un fenómeno muy similar vemos con el dibujo de Andy Kubert, que trata de mimetizar algunas de las señas de identidad de Miller (ayudado por Klaus Janson) pero con el único propósito de la mera imitación. En cualquier caso, Kubert mantiene su propia identidad y realiza un trabajo completamente acorde con el guión, es decir, absolutamente espectacular e igualmente efectista. Batman: Caballero Oscuro III: La raza superior funciona como un gran evento de temporada, como una blockbusterización de Dark Knight y bajo estos términos podemos encontrar una lectura bastante satisfactoria.
Mención aparte merecen los complementos de cada capítulo donde el propio Frank Miller dibuja con el acabado de pesos pesados como John Romita Jr., Eduardo Risso o Klaus Janson. Sin entrar en polémicas, de lo que no hay duda es de que estamos ante un Frank Miller muy distinto del de 1986, pero también es esta una obra muy diferente de la de entonces y, de una u otra manera, una historia ambientada en el universo Dark Knight sin dibujos de su creador habría quedado huérfana.
Batman: Caballero Oscuro III: La raza superior no es The Dark Knight Returns, ni siquiera es The Dark Knight Strikes Back. Obviamente no tiene la potencia de la primera ni la frescura irreverente de la segunda y las historias anteriores permanecen ahí, no desaparecen ni se desvirtúan por este obra haya retomado algunos de sus conceptos. De acuerdo que no queda mucha duda de que esta historia tiene un origen puramente marketiniano, pero aun con todo, ofrece un blockbuster digno y un entretenimiento encomiable.
