Cuando Harley Quinn debutó el 11 de septiembre de 1992 en la serie de Batman capitaneada por Paul Dini y Bruce Timm difícilmente podíamos imaginar que acabaría siendo convertida en un icono de DC. En los últimos años incluso dicha popularidad se ha disparado, gracias a su incorporación al DCEU donde es interpretada por Margott Robbie. Hasta el momento son tres las películas en las que ha aparecido, teniendo también una serie de animación de dos temporadas (y subiendo) en HBO MAX.

Podríamos decir que nuestra querida psiquiatra metida a sidekick de súper villano es toda una robaescenas, hasta el punto de protagonizar un buen número de miniseries, especiales y series regulares. Hoy vamos a hablar de una muy particular pues está protagonizada por la Harley del Universo creado por Sean Murphy a partir de Batman: Caballero Blanco y su secuela Batman: La maldición del Caballero Blanco.

Harley Quinn debuta en solitario en el Murphyverse

Y sí, hablo de Universo, porque tras dos miniseries y un one-shot protagonizado por Mr. Frío (con dibujos de Klaus Janson) llega ahora esta mini de Harley Quinn, teniendo dos más en el horizonte con Batman Beyond (no sabemos quién está bajo la máscara) y Red Hood en el asiento de protagonistas.

Lo primero destacable es que Sean Murphy cede el protagonismo del guion y el dibujo permaneciendo como argumentista y director de orquesta. Puliendo sus ideas nos encontramos a la novelista Kata Collins, que está especializada en historias románticas y eróticas, y que ya pudo foguearse con el personaje en una historia corta de la antología digital ambientada en Halloween y que es una gozada.

Collins realiza un gran trabajo con nuestra querida protagonista, mostrando una Harley empoderada y reflexiva que trata de salir adelante tras la muerte de Jack Napier y el encarcelamiento de Bruce Wayne. Tiene dos gemelos con los que no sabe tratar (menos mal que cuenta con la ayuda de Leslie) y la compañía de sus dos inseparables hienas.

¿Y la historia? Pues una bien chula. El tándem Collins-Murphy plantea esta miniserie como un noir detectivesco de manual en el que un misterioso asesino en serie pretende devolver Gotham al oscurantismo de los tiempos de Batman y su galería de villanos. Para ello, está asesinando a actores y actrices veteranos de la edad dorada del cine. Una vez los mata los pinta de blanco y negro.

Para tratar de resolver los crímenes, la UAG (Unidad Antiterrorista de Gotham) pide ayuda a Harley por sus dotes de deducción y su capacidad de análisis de las mentes criminales. No os miento si os digo que nunca habéis visto una Harley como la de esta historia. Olvidad al arlequín histriónico o a la víctima de malos tratos fruto de una relación tóxica de dependencia. Todo eso ha pasado también en este Universo, pero nuestra Harley ha conseguido superarlo, dejarlo atrás y aprender de ello.

La historia engancha como pocas. Tiene momentos muy divertidos (sobre todo protagonizados por la particular crew que se ha montado Harley) y también hay espacio para la emotividad. Toda la iconicidad del personaje está presente, pero el equipo creativo ha sabido llevar a HQ a un nuevo nivel, a una versión mejorada de sí misma que se sigue mostrando torturada por no haber sabido ayudar al amor de su vida.

A lo largo de toda la miniserie se nos irán mostrando numerosos flashbacks que enriquecen la historia personal de Harley en el Murphyverse. De hecho, una vez finalizada y resuelto el entuerto de los asesinatos me he quedado con ganas de más aventuras, más casos o simplemente más escenas cotidianas de este desastre de madre. Espero de verdad que no sea la última vez que sepamos de ella.

En la parte artística, como he mencionado, tenemos al brutal Matteo Scalera (Ciencia Oscura), que adopta un estilo más limpio para la ocasión con un trazo fino, rico en detalles y unos personajes muy expresivos. A destacar su impresionante narrativa sobre todo en las escenas de acción. La paleta de colores de Dave Stewart consigue dar una homogeneidad similar a las historias que sí ilustró Sean Murphy.

En resumen, una miniserie de Harley Quinn francamente buena, cuyo único pero es que para disfrutarla es necesario haber leído las dos entregas previas del Caballero Blanco.