Batman: Yo soy Bane es el cuarto volumen recopilatorio de la prestigiosa etapa del personaje guionizada por Tom King, que comenzó al amparo de la iniciativa Renacimiento de DC Comics, y que ha ido aumentando la intensidad con cada arco argumental. Con este tomo llegamos al número 24 de la serie regular americana, aunque saltándonos un par de capítulos que formaban parte del crossover con la colección de Flash titulado La chapa. Dicha historia será recopilada de manera integral en el quinto tomo de la colección.
Recapitulando: En la historia anterior Batman asaltó la isla nación de Santa Prisca junto a una versión propia del Escuadrón Suicida para capturar al Psicopirata con la intención de que éste pudiera ayudar en la recuperación de Gotham Girl. Una historia brutal que se saldó de forma positiva para el bando del murciélago. Pero si algo nos ha enseñado la trayectoria de un personaje como Bane (por favor, olvidemos su aparición en la película de Batman & Robin), es que no se trata de un buen perdedor.
Tom King ha desarrollado al villano con un mimo que no se veía desde prácticamente sus primeras apariciones en La caída del murciélago de manos de Chuch Dixon. Si Batman es mucho más que una capa, una máscara y un cinturón de gadgets; Bane es mucho más que el simple dispensador de veneno que lleva a la espalda. De hecho, Tom King dedica gran parte de un capítulo a demostrar los paralelismos que existen entre Bruce Wayne y su némesis, casi como si fueran dos caras de la misma moneda. Un origen traumático para ambos, una vida con todas las facilidades inimaginables o una vida de privación total… Da igual cuál haya sido el camino que hayan llevado los personajes porque al final, y de manera casi profética, su camino los une y solo puede quedar uno.
En este arco Bane es mucho más brutal y amenazador que nunca, hecho que viene reforzado por el espectacular dibujo de David Finch, que retorna a la serie para la ocasión. El guionista nos muestra a un Bane desesperado por recuperar al Psicópirata. Esta desesperación, que viene rociada con un sentimiento que casi podríamos definir como miedo, hará que su determinación sea total, convirtiéndole en una imparable fuerza de la naturaleza: Perturbadora, terrorífica y llena de acción. Así es como podríamos definir Yo soy Bane. El capítulo desarrollado en el asilo Arkham es espectacular, todo un tour de force, un duelo entre héroe y villano de los que hacen época.
Más allá del arco que da nombre a este tomo, podemos encontrarnos con un puñado de historias verdaderamente interesantes (la calidad es una constante en la etapa de Tom King) como Valiente y agraz (que en inglés se tituló The brave and the mold, todo un guiño a la mítica cabecera de DC The brave and the bold), la serie donde dos héroes cualesquiera de DC formaban equipo. Para esta ocasión tenemos una excelente historia de detectives protagonizada por Batman y La cosa del pantano. Mitch Gerads (Mr. Milagro) es el dibujante invitado de esta pequeña joya, que os dejará con el gesto torcido y con ganas de leer más historias de Alec Holland escritas por King.
En el resto del tomo podemos leer una historia corta en la que Alfred le da a Batman un inesperado regalo de navidad, otra en la que Harley regresa a la serie con motivo de la festividad en Gotham o lo que todos estábamos esperando: El reencuentro de Batman y Catwoman con la mención de esas palabras que nadie pensó que se escucharían jamás en esta cabecera.
En definitiva, Tom King sigue demostrando que es uno de los guionistas definitivos de Batman, sabiendo usar todas las facetas que ofrece el héroe de DC, desde las más detectivescas o de serie negra (que también explotaron autores como Greg Rucka o Ed Brubaker) a otras más marcadas dentro del canon heróico. Un mezcla milagrosa que nos está dejando una etapa para el recuerdo, que a punto está de terminar en Estados Unidos. A buen seguro que le echaremos de menos, yo ya lo hago.