Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Bandido, de François Troukens y Alain Bardet

Bandido, de François Troukens y Alain Bardet
Guion
François Troukens.
Dibujo
Alain Bardet.
Formato
Cartoné, 112 págs, B/N, 22x29 cm.
Precio
20€.
Editorial
Ponent Mon. 2019.
Edición original
Forban (Éditions Du Lombard)

François Troukens saltó a la fama en su país de origen, Bélgica, por su pasado criminal como ladrón organizado en la década de los noventa. Tras su paso por prisión, se dedica a recapacitar sobre el método penitenciario y comienza una campaña por la reinserción a través de la educación y la cultura. Para ello se ayuda de la Asociación Chrysalibre, donde tienen por máxima una frase de Victor Hugo que sirve para cerrar esta obra: «Abrir una escuela es cerrar una cárcel». Ponent Mon publica Bandido, una obra escrita por Troukens y que cuenta con el dibujo de Alain Bardet, una obra en clave de thriller pero que encierra una profunda reflexión sobre el sistema penitenciario. Troukens se ha rehabilitado por completo y ha emprendido una carrera como escritor, cineasta e incluso como presentador de TV.


Bandido
gira en torno a Frank, un atracador de furgones blindados que se acomoda a la buena vida que se puede permitir con los botines obtenidos. Mantiene un código del honor de no cometer ningún delito de sangre en sus golpes, y cada nuevo plan que prepara es el plan definitivo con el que se retirará. A lo largo de sus páginas veremos cómo su ritmo de vida afectará desde a su trabajo, su relación de pareja y a su, en cierto modo, adicción al delito.

Me ha resultado interesante por varios motivos: En primer lugar porque es mucho más profunda de lo que aparenta. En una primera lectura sin prestar mucha atención, cabe la posibilidad de que uno piense que está ante otra obra más de policías y ladrones y de golpes organizados. Pero Troukens usa esta casi-autobiografía para recapacitar sobre cuál es el camino que lleva a alguien a llevaruna vida como esa; el peligro que se corre al acomodarse al lujo y la buena vida; y a mostrar sobre todo cómo el sistema penitenciario actual no ayuda a la reinserción e incluso puede cumplir un papel radicalmente opuesto. Tiene una sublectura francamente interesante y llena de conceptos que poder debatir y analizar.

Aunque la obra está planteada como ficción, hay muchas cosas que hacen pensar que hay mucho más de real de lo que se confiese, especialmente en lo que respecta a las pulsiones criminales del principio de la obra o en el camino hacia la reinserción. En todo caso, el protagonista está muy bien caracterizado, con un arco evolutivo creíble, sin finales felices impostados a la fuerza y manteniendo siempre un realismo en las tramas que no te hace desconectar de la lectura. El hecho de conocer la historia del guionista sí perjudica a la hora de mostrar esos códigos de honor de no-matar o robar a los malvados banqueros… que suenan un poco a justificación y a intento de validar un pasado muy criticable.


Otro de los motivos por los que me ha gustado es su estilo gráfico. Alain Bardet prescinde del color, consciente de que el género negro casa especialmente bien con el blanco y negro, y nos muestra un trazo inseguro, irregular, con tintas ligeramente difuminadas, y manchas intencionadas con un claro objetivo narrativo. Me encantan esos manchurrones de tinta puntiforme, dispersas a modo de nubes de polvo o como meras tramas, en contraposición a las masas de líneas. Ese estilo no muestra más que la inestabilidad del protagonista, que se escuda tras esa máscara de tener sus ideas muy claras y saber perfectamente lo que quiere en todo momento. Y eso salta a la vista en algunas páginas de manera muy evidente, como ese cierto momento en el que Frank se encuentra en un velero atravesando un temporal. El texto de apoyo muestra realmente que es mucho más devastadora la tormenta interna que la externa…

Pero el mensaje predominante de la obra y que queda más asentado en el subconsciente del lector tras la lectura es que el sistema penitenciario actual no predispone a la rehabilitación. Convivir con todo tipo de criminales puede conseguir que el recluso se reconozca y acepte como perteneciente a ese grupo. También se hace hincapié en la brutalidad policial, aunque ahí ciertamente prefiero no opinar, por puro desconocimiento, me parecería gratuito. Lógicamente si es como retratan en la obra es muy criticable, pero no deja de ser una versión de los hechos… y una obra de ficción. El protagonista pasa en varias ocasiones por prisión y lo único que le anima a cambiar son factores externos, bien sea la lectura que le ayuda a pensar en el futuro y a recapacitar sobre la vida que quiere, bien sean personas por las que merece la pena seguir las normas para poder seguir disfrutando a su lado la libertad.


En definitiva, Bandido.

Una obra con dos lecturas muy claras: una historia de género negro, que mantiene muy bien la tensión y desarrolla al protagonista con habilidad, de una manera natural y creíble; y una reflexión sobre cómo podría mejorarse el sistema penitenciario para conseguir una reinserción social efectiva y evitar que personas que tienen un terreno fértil donde poder cultivar las semillas para conducirlos por el buen camino, se conviertan en causas perdidas que vean las normas como esa causa por la que luchar… en su contra. Un dibujo interesante, muy acorde con el mensaje transmitido y una edición fantástica, a las que Ponent Mon ya nos tiene (mal)acostumbrados.

Lo mejor: El poso de reflexión que deja. Cómo usa el dibujo para transmitir la inestabilidad del protagonista, aunque lo que muestre la historia no de esa impresión.

Lo peor: Esa sensación de «justificación» del crimen que deja el hecho de que el protagonista tenga ciertas normas morales.