Al leer el título de Avispa: Siempre Avispa y el nombre de su guionista, lo lógico es pensar en una especie de secuela de Hombre Hormiga: Siempre Hombre Hormiga y tal vez, hilando fino, algo de eso hay pero hay tantas semejanzas entre ambas como diferencias.
Y es que aunque Al Ewing hubiese querido repetir el experimento, habría sido imposible ya que solo ha habido una encarnación de La Avispa hasta 2017. Es más, fijaos que hablamos de un personaje que, a lo largo de la historia, probablemente tiene más presencia en número de páginas que su ex-marido el Dr. Henry Pym, que por muy poco no fue la primera mujer líder de un supergrupo Marvel y no de cualquiera sino nada menos que de Los Vengadores durante buena parte de los 80. Sin embargo, es muy curioso porque, en sus 60 años de historia, ha habido que esperar hasta 2017 para poder ver una sola cabecera que lleve su nombre y ni siquiera la protagonizaba la buena de Janet Van Dyne, sino su nueva protegida Nadia Van Dyne.
Ambas serán las protagonistas de Avispa: Siempre Avispa en una historia que se la apaña para hacer confluir los pasados de ambas himenópteras en una sola misteriosa amenaza que vuelve para despertar algunos de sus fantasmas.
A nada que hayamos seguido a Al Ewing en Inmortal Hulk, Defensores o el Hombre Hormiga, ya sabemos de su gusto por rescatar detalles del pasado de los personajes. Hablamos de detalles que tal vez en su día pasaron de tapadillo y de los que ofrece un nuevo punto de vista para definir a sus protagonistas de una forma mucho más completa
En este caso, repara en que tanto Janet como Nadia tienen orígenes fundamentados en la venganza. La primera Avispa surge como respuesta a la muerte de su padre, mientras que la segunda hace lo propio por la de su madre. No olvidemos además que fue Janet Van Dyne quien bautizó a los héroes más poderosos de la tierra como Los Vengadores, así que Ewing toma todo eso y otro montón de ingredientes para hacer una historia que reflexiona, determina y homenajea a ambos personajes por el sexagésimo aniversario de la primera Avispa.
Al Ewing bucea entre las viñetas que Stan Lee, Jack Kirby y Don Heck nos brindaron en Tales to Astonish #44, primera aparición original que también se incluye Avispa: Siempre Avispa, para darnos una historia nacida de entre lineas, de cosas que siempre estuvieron allí aunque tal vez no nos hubiéramos percatado, tal como hizo en Inmortal Hulk, serie de la que también se traerá alguna ideas para esta obra.
Pero pese a triple tirabuzón del experimento y del ingenio con el que lo resuelve, Avispa: Siempre Avispa no termina de quedar tan redondo como Siempre Hombre Hormiga. En parte esto es porque, pese a la importancia del personaje, carece de ese desarrollo individual y esa variedad de visiones con las que sí ha contado su ex. No obstante y tal vez por eso mismo, esfuerzos como Avispa: Siempre Avispa son muchísimo más necesarios.
Lamentablemente la labor gráfica de Kasia Nie — antes conocida como Kate Niemczyk — tampoco está a la altura del que desarrollaba Tom Reilly. Más allá de alguna perspectiva y alguna anatomía que puede bailarle de manera puntual, tampoco podemos achacar apenas desatinos al trabajo de la dibujante polaca, pero carece del brillo, la sutileza y la variedad de registros de su predecesor.
Exactamente el mismo caso es el del leonés Kike J. Díaz. No es solo que no le podamos poner la más mínima pega a su trabajo, sino que se aprecia además el esfuerzo por dotar al tebeo de una paleta identitaria que también, de alguna manera, evoca los ecos del pasado y los caracteres tanto de los personajes como de la propia historia. Pero la comparativa a la que se ve sometido al suceder a Jordie Bellaire le pone el listón excesivamente alto, a él y a cualquiera.
Ojalá Avispa: Siempre Avispa hubiera salido antes que Siempre Hombre Hormiga, porque realmente estamos ante un homenaje que resuelve con corazón e ingenio esta especie de breve resumen y puesta a punto de las dos encarnaciones de Avispas, pero verse tan expuesto a comparaciones con el anterior, no es algo que le siente especialmente bien.