Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Aves de presa 1

Aves de presa 1
Guion
Kelly Thompson
Dibujo
Leonardo Romero y Arist Deyn
Color
Jordie Bellaire y Arist Deyn
Traducción
Francisco San Rafael Simó
Formato
Rústica. 160 páginas. Color
Precio
20,50€
Editorial
ECC Ediciones . Septiembre 2024
Edición original
Birds of Prey #1-6 (DC)

La verdad es que Kelly Thompson tiene una suerte horrible. De acuerdo que su etapa en Ojo de Halcón hace ya unos cuantos años la puso en el radar de muchos e incluso fue nominada a un Eisner, pero las ventas no terminaban de funcionar. Cada año desde entonces, su nombre está en las listas de nominados y hasta lo llegó a ganar con Viuda Negra, serie que casualmente le iban a cancelar por falta de ventas. Igual le sucedió con sus Vengadores Costa Oeste y aunque su Capitana Marvel aguantase algo más, tampoco es que los números fuesen boyantes. No obstante, 2024 parece haber sido por fin el año del tan merecido reconocimiento, ha acumulado más nominaciones a los premios Eisner que ningún otro autor y le han concedido la cabecera de Absolute Wonder Woman. Y claro, Aves de presa ha tenido algo que ver.

Aves de presa ha sido la puerta de entrada de Kelly Thompson a DC, que en esta última temporada ha venido fichando algunos de los mejores talentos que tenía Marvel, y tal vez parezca que sólo hablo de ella, como si no hubiera más autores en este cómic, pero la verdad es que esta obra es muy Kelly Thompson: escenas de acción con efecto de Luca, diálogos chispeantes, el foco en las dinámicas entre personajes, tiburones… y menos mal que es muy suyo porque a cualquier otro guionista menos brillante y personal le habría robado la serie por completo el trabajo gráfico que hacen Leonardo Romero y Jordie Bellaire y es francamente difícil decidir cuál de los tres está más increíble.

Aves de presa 1

El brasileño Romero es un viejo compinche de Thompson de su época en Ojo de Halcón y son breves aunque muy destacables su etapas en el Capitán América o Doctor Extraño. A la reina del color Jordie Bellaire supongo que ya no hay que presentarla a estas alturas.

Juntos nos brindan este Aves de Presa en lo que, sin duda, es de lo mejor que nos ha brindado 2024 en materia de superhéroes. Esta encarnación de Aves de presa es completamente nueva, pero sabe mantener un pie en el pasado de lo que plantaron Chuck Dixon, Gary Frank y tantos otros, destacando entre todos ellos a Gail Simone. El grupo — al menos el de esta primera saga, porque eso es otro cantar — orbita sobre Canario Negro y en esta ocasión no estará Bárbara Gordon, pero precisamente su ausencia es parte del motor de la trama a a medio plazo. Se rescata aquí a Sin, ahora hermana de Dinah, en su primera aparición en la continuidad post new 52. Y con estos cimientos comienza la primera misión y el reclutamiento del equipo. La misión: sacar a Sin de Themyscira al más puro estilo heist movie y de paso evitar con ello que una entidad llamada Megera la posea y provoque el fin del mundo.

En cualquier caso, he de confesar que esta sinopsis podría estar cayendo en el spoiler y es que la misión no la sabemos hasta la última página del primer capítulo, lo que quiere decir que, durante todo ese episodio, no tenemos ni la más mínima idea de cuál va a ser la trama de esta serie. Lo único que tenemos es 25 páginas de escenas de construcción del equipo, pero lo mejor es que no se echa de menos absolutamente nada más. Hay con esto una firme declaración de intenciones por parte de Kelly Thompson de cimentar esta serie en sus personajes muy por encima de las tramas en las que se desenvuelven. Ya sólo este primer número está lleno de diálogos memorables, caracterizaciones brillantes y dinámicas entre las protagonistas que no quieres que se se acaben nunca. ¿Quién iba a decir que podía salir un dúo tan memorable entre Cassandra Cain y Big Barda? Además de las dos citadas, Kelly Thompson consigue hacer interesante un personaje tan de cartón piedra como Zealot — la de los Wild C.A.T.s, sí — y nos da una Harley Quinn tan deliciosamente carismática como insoportable.

Aves de presa 1

Y es que todo gira en torno a los actores — bueno, actrices en su práctica totalidad — de esta historia muy por encima del conjunto de sucesos que atraviesan. Los personajes no son un vehículo para desarrollar una trama, sino que la trama es un vehículo para definir personajes. Aves de presa nos brinda un reparto lleno de caracteres poderosos sin necesidad de caer en la intensidad gratuita, el poserismo ni el estereotipo badass. Son personajes vivos, que se articulan unos con otros y con los acontecimientos que atraviesan; personajes que crecen con todas estas cosas; personajes que no siempre se comportan de la manera correcta y fallan y personajes, al fin y al cabo, que son lo que nos ancla a esta serie.

Y claro, por más que Kelly Thompson aproveche también esta trama de Themyscira para hablarnos del reparto, siguen siendo los diálogos su mejor arma. Hacía desde los mejores tiempos de Peter David que no teníamos un festival de réplicas chispeantes como el de Aves de presa.

Sin embargo, por grande que sea la guionista neoyorquina, cuando los que respaldan sus diálogos son Leonardo Romero y Jordie Bellaire, la mitad está hecho. Cuesta decidir si Romero está mejor en las secuencias de acción o en las conversacionales. Y es que en la acción es cuando se desata y saca todo el músculo que tiene como dibujante, donde rompe y moldea las composiciones de página de modo más impactante y, por ejemplo, la pelea de Big Barda y Wonder Woman rebosa una épica titánica digna de los legendarios combates entre Hulk y La Cosa. Sin embargo, cuando la acción física afloja el pistón y tenemos momentos de diálogo, donde destaca es justo en lo contrario, en lo sutil. Abandona las diagramaciones bombásticas y pone la carne en el asador del acting, de cómo gesticula y se mueve, cada una con su propia identidad, como si nos dibujara la voz individual de cada personaje.

La que no sabe lo que es la contención en Aves de Presa es su compinche Jordie Bellaire. La reina del color ya se ha ganado su título a pulso y nadie le va a discutir a estas alturas que se desate y arriesgue. Colores gastados, paletas extremas, zonas de color diluido, texturas envejecidas sin recurrir a los socorridos puntitos de semitono, planos de color movidos… es como si buscara a posta el error y el resultado es una frescura que hace vibrar el dibujo de Romero por encima de lo que cualquier tratamiento tradicional podria haber hecho. Aunque no es el mismo ejercicio, no puedo evitar que, por momentos, la línea sintética de Romero con los planteamientos de Bellaire me traigan ecos de lo que hacían Cliff Chiang y Matt Wilson en Paper Girls, otro tebeo repleto de momentos trepidantes y personajes chispeantes.

Aves de presa 1

Por eso es una pena cuando en el quinto de los seis números de Aves de presa, eliminamos al tándem Romero-Bellaire para poner a las labores gráficas completas a Aryst Deyn, dibujante que no deja de tener su encanto y personalidad, a medio camino entre la escuela Top Cow y la influencia nipona, pero que no puede remar en dirección más contraria a lo que veníamos leyendo y que detiene por completo la lectura de lo que estaba fluyendo como maquinaria bien engrasada. Más allá de los trajes y los peinados, las distintas Aves de presa parecen todas la misma: la misa cara, misma complexión, misma manera de hablar y moverse y, por más estéticamente llamativos que resulten sus dibujos, este capítulo resulta bastante dañado por la pérdida del equipo grafico titular y, como suele pasar en estos casos, hasta parece que Kelly Thompson estaba menos inspirada aquel día.

Con todo, Aves de presa es un tebeo repleto de acción, humor, cameos y, en resumidas cuentas, de lo mejor que no ofrece el género superheroico. La versión de Wonder Woman que vemos en estas páginas nos pone los dientes largos ante lo que está por llegar en el inminente Absolute Wonder Woman, donde esperamos que ya por fin Kelly Thompson termine de consolidarse como la estrella que sin duda merece ser.