No sé si tenéis la misma sensación que yo, pero de unos años a esta parte y, probablemente por vivirlo en mis propias carnes de padre de dos adolescentes, tengo la impresión de que la Historia del Arte cada vez tiene menos peso en el esquema educativo. Cuando hablo con mis hijas o con chicos de su edad, más allá de Van Gogh o Picasso, su conocimiento de pintores como Velázquez no viene precisamente ligado a sus cualidades artísticas (Velaske, yo soi guapa?). Por eso, ver proyectos como este Aventura en el Museo de la editorial Grafito, en el que su autor Fernando Monllor hace un repaso tan divertido a la historia de la pintura me parecen, no solo necesario, sino muy meritorio por su parte.
Y es que la historia precisamente comienza con un adolescente adicto a los videojuegos al que la propuesta de su padre de ir a visitar un museo le produce un rechazo inmediato. Lo que sucede en este museo, en el que el padre va contando al hijo la importancia de pintores, técnicas o movimientos artísticos, es que ambos protagonistas acaban inmersos en los escenarios y los cuadros, haciendo que la obra sea divertida por lo que sucede, al mismo tiempo que va aportando información de manera soterrada. En determinada interacción con Carlos III su guardia real comenzará a perseguirlos y tendrán que ir pasando de un cuadro a otro intentando huir de ellos.
La obra es muy divertida, aunque tiene un claro objetivo de público infanto-juvenil al que probablemente puede sorprender más esta historia de elefantes antropomórficos que hablan de arte. Al estar verbalizados por el padre, los comentarios sobre arte no son estrictamente técnicos, sino que son más bien explicaciones sencillas sobre el color, sobre por qué este o aquel autor fue relevante y la evolución de las técnicas artísticas a través del tiempo. Casi cada una de las obras viene referenciada por autor o el nombre, bien por las explicaciones del padre, bien por una leyenda al pie o cabecera de cada una de ellas. Digo casi todas porque hay alguna en la que no aparece, aunque casi se puede considerar un huevo de pascua para invitar a investigar sobre aquellas que no aparecen citadas y que son obvias (Degas, Klimt…). Pero son muchas las obras y autores citados, y no solo los que cabe esperar encontrar en una obra así.
Sí, están los imprescindibles pero también hay lugar para otros autores relevantes con obras que marcaron época y que no son los típicos que alguien de la calle te citaría si les pidieses que te enumeraran autores importantes (Magritte, Mondrian, Signac, Fragonard…). Son fundamentales para entender determinados movimientos como el puntillismo, el surrealismo o el neoplasticismo, y son ejemplos perfectos de autores que te pueden abrir la mente a diferentes corrientes artísticas. Los pintores valencianos tienen un hueco particular en esta obra, como es lógico, por la propia procedencia del autor y de la propia editorial. Por cierto, que me parece maravilloso el desenlace de la obra, justificando la elección de los animales antropomórficos y dejando una moraleja muy necesaria e inesperada.
El estilo de Monllor es muy apropiado para esta obra: con un toque cartoon, muy cercano a la animación, convierte cada una de las obras citadas a su propio estilo, haciéndolas igualmente reconocibles, lo cual supone una muestra más de la importancia y relevancia que tienen, por lo influyentes que han sido para ser capaces de reconocerlas incluso con estas versiones. Aun manteniendo su propio estilo, el autor va mutándolo con cada nuevo autor que protagoniza las páginas, para adaptarse a sus técnicas o sus propias paletas de colores.
En definitiva, Aventura en el museo es una obra fantástica para acercar el mundo de la pintura a un público joven. Un trabajo que me recuerda a la fabulosa El dios vagabundo, pero mucho más accesible y con un tono mucho más afín a lectores de corta edad. Obra muy inteligente, que va más allá de ser un mero contenedor de referencias, escogiendo con tino la selección de obras y autores para realizar un repaso rápido, completo y divertido por toda la Historia del Arte. Grafito continúa en su impagable campaña de promoción de la cultura a través del cómic, centrándose ahora en la pintura como ya hiciese con el teatro en La venganza de Don Mendo o Don Juan Tenorio. Os recordamos que tenéis hasta el domingo para adquirirlo en pre-compra en la web de Grafito con numerosos premios para los que aporten.
Lo mejor: Una manera sensacional de difundir el arte entre jóvenes. Su estilo amable invita a la lectura.
Lo peor: Que tengas chavales jóvenes cerca y no les ofrezcas leerla.