The Authority, el grupo de superhéroes surgido de las cenizas de Stormwatch, creado por Warren Ellis y Bryan Hitch, va a dar mucho que hablar en los próximos años. El motivo es que James Gunn ha planeado una película de este particular grupo en su remozado Nuevo Universo DC para la gran pantalla. De hecho, Engineer se dejará ver en la próxima Superman: Legacy, de estreno el próximo año.
Con buen criterio, ECC ha empezado a rescatar el material relacionado con estos personajes. Hace un par de meses recuperó el volumen uno (más la previa en la mencionada serie de Stormwatch) en uno de sus famosos tochales jibarizados. Ahora es el turno de uno de los spin offs más peculiares: Kev.
Kev, el agente con peor mala suerte del mundo
Kev Hawkins es el protagonista del one-shot y de la miniserie de cuatro números que reúne el tomo del que hablamos hoy. Este agente del MI5 caído en desgracia no tiene poderes especiales, no es especialmente talentoso, pero es único para decir el comentario más inapropiado en el peor momento y es un gafe de cuidado. Antaño solía tener una buena reputación, pero un incidente que incluye una naranja, un tigre, un sótano y un ministro de alto rango mandó su carrera a tomar por culo.
Seguramente al leer el párrafo anterior muchos habréis pensado que es una marcianada. Pero claro, ahora es cuando todos tenemos que recordar que el guionista no es otro que Garth Ennis. El creador de Predicador ya dejó bastante claro durante muchos años el profundo desprecio que siente por los superhéroes en las páginas de The Boys. Tampoco salieron muy bien parados personajes como Daredevil o Spiderman en las páginas de su maxiserie con El Castigador. Y sí, puede que se mofe del género, pero también ha demostrado muchas veces que conoce sus mecanismos como nadie. Esta no es una de esas veces.
Pero ojo, no es porque estemos ante un mal tebeo de superhéroes. Realmente estamos ante una comedia gamberra de acción. La aparición y participación de los diversos miembros de The Authority (con especial énfasis en Midnighter y Apollo) es un McGuffin en toda regla para que Garth Ennis se lo pase de miedo con el desgraciado de Kev, contando una historia que perfectamente podría estar publicada por cualquier editorial independiente del mercado USA o haber sido serializada en revistas como 2000 AD.
Que ambas historias comiencen con el protagonista plantando un pino o echando un polvo ya nos da una idea de por donde van a ir los tiros. Que nadie espere encontrar al Ennis solemne de las historias de Battlefields o al provocador escritor que nos ofreció la mejor historia de Hellblazer jamás publicada. En Authority: Kev nos encontramos con un Garth Ennis que ha venido a jugar, a pasarlo bien y que es totalmente autoconsciente de lo que está haciendo y lo que quiere contar. Y pese a que el guionista afronta el procesador en modo automático, nos encontramos con una obra cojonuda, divertida a rabiar, cafre, escatológica, políticamente incorrecta y que deja con una gran sonrisa de oreja a oreja una vez termina.
Uno de los grandes alicientes de Authority: Kev es la caracterización del protagonista. Ennis es un maestro a la hora de presentar personajes completamente amorales, egoístas, cínicos o cretinos y que, pese a estas lindezas, logran ser enormemente carismáticos ganándose el corazoncito del lector en un par de páginas.
En su primera misión Kev deberá eliminar a un enemigo imposible. Como el experimento hizo gracia, logrando además unas buenas cifras de ventas, la secuela no tardó en llegar. Con más espacio para hacer de las suyas, Garth Ennis se tomó su tiempo para desarrollar mejor la trama y, ahora sí, dejar ver algunas trazas de sus mejores trabajos, presentando también a un grupito de ex soldados llenos de taras, anécdotas y un sentido de la camaradería tan grande como el Himalaya. Que bien le quedan estas historias al cabrito.
En la parte artística nos encontramos con Glenn Fabry. Portadista de todos los números de Predicador, el dibujante londinense no es muy prolífico a la hora de dibujar tebeos completos. Aquí se encarga de las dos historias y no se me ocurre un mejor compañero de fatigas para el escritor. Fabry es único a la hora de mostrar la fealdad del mundo. Su estilo detallista viene como anillo al dedo a la hora de plasmar escenas turbias, sucias y llenas de mugre con personajes decrépitos.
En resumidas cuentas, Authority: Kev no es un tebeo que vaya a cambiaros la vida (tampoco es su intención en ningún momento), pero si es una obra a la que recurrir de cuando en cuando para echarte unas risas. La diversión está garantizada.
PD: Todavía hay una miniserie más llamada “A man called Kev” con dibujos de nuestro añorado Carlos Ezquerra. Esperemos que ECC se decida también a recuperarla.