Ya hemos comentado en alguna ocasión que todos los males que aquejaron al cómic superheroico estadounidense durante la década de los noventa tienen sus raíces a finales de los años ochenta. Personajes como Lobo o Veneno, o historias como Una muerte en la familia -y sus consecuencias- o La caída de los mutantes avisan de la llegada del molonismo y la ultraviolencia porque sí que invadiría el medio no mucho después. Pero ya entrados en los 90, a mediados de década, hubo un selecto grupo de autores que alzaron la voz contra esta oscuridad forzada y superficial. Uno de ellos fue Mark Waid con Kingdom Come. Otro fue Kurt Busiek, con varias obras que giraban alrededor de esta idea, pero entre las cuales sobresale Astro City, que ahora Planeta reedita en los seis volúmenes Astro City Metrobook.
Astro City es una serie creada por Kurt Busiek en 1995 (de hecho, el nombre original de la serie es Kurt Busiek’s Astro City) con un cuádruple objetivo. Sin ningún orden de prioridad en particular, podemos mencionar en primer lugar el mencionado golpe en la mesa que da Busiek harto del grim and gritty de la Edad Moderna, que había dado en los últimos tiempos La Saga del Clon, La Muerte de Superman o la línea Marvel Edge. También es un análisis de cómo y por qué funcionan los tebeos de superhéroes, y nos demuestra que se pueden hacer buenas historias con las formas clásicas. Para ello, juega con arquetipos y versiones perfectamente reconocibles de las dos grandes editoriales de tebeos pijameros (quizás algo más de DC), con lo que también tenemos entre manos un sentido homenaje a la historia del género. Y, además, con todo ello, Busiek nos demuestra que no es simplemente un teórico que conoce el medio como la palma de su mano, que es un guionista de muy alto nivel, y escribe aquí unas historias memorables. Tanto es así, que treinta años después se siguen reeditando: este primer Astro City Metrobook es la cuarta edición en castellano (quinta de los seis primeros números) de estos tebeos.
En este tomo se recopilan los primeros dieciocho números (y medio) de la serie. Abrimos con la serie limitada de seis números original, en cuyo primer número se presenta al Samaritano (la versión de Superman, con poderes y diseño similares, y que viene de un mundo que ya no existe) y a la Guardia de Honor (su Liga de la Justicia), formada por Km/h (Flash), Estoque Negro (principalmente Batman, pero con toques de otros personajes), Trifulca (Green Arrow), Bonita (un personaje sintético a lo Visión o Tornado Rojo), Cleopatra (un híbrido entre Thor y el Doctor Fate) y N-Forcer (Iron Man). Busiek da una lección en este número de economía del guion: en tan solo veinticuatro páginas nos presenta el mundo en el que se va a desarrollar la serie, nos explica de una forma bastante clara cómo van a funcionar las historias en esta serie, aunque ya lo irá desarrollando en profundidad en los números sucesivos, y nos define psicológicamente a un personaje… que ya conocemos de forma intuitiva por el personaje al que se refiere. Iremos conociendo al Agente de Plata (el Capitán América) en un número en el que además nos da una lección de periodismo, al Resorte (Spiderman), donde juega con el concepto del legado deceíta, a Victoria Alada (Wonder Woman), el Ahorcado (el Espectro), el Figura (algo menos claro, una movilidad a lo Daredevil mezclada con una actitud que podría ser una mezcla de Ojo de Halcón con Spiderman)…
Y luego llega la serie regular. En ella conoceremos a la Primera Familia, evidentemente, los 4F, con quienes además comparten iniciales en inglés… pero Busiek nos deja caer como quien no quiere la cosa que los 4F vienen de los Investigadores de lo Desconocido de la etapa de Jack Kirby en DC en los años 50. Tras esta breve historia llega lo que es uno de los puntos álgidos de la serie: Confesión, la primera historia larga que desarrolla Busiek, en la que nos presenta al Confesor y al Monaguillo, unas fascinantes versiones de Batman y Robin. Y tras otra historia protagonizada por el Resorte, en la que se mezcla la ciencia ficción con el terror y, de nuevo, el legado, llega el motivo por el que no decimos que Confesión es la mejor historia de Astro City: Tu cercanía, el especial Astro City 1/2 de la revista Wizard. Una joya en dieciséis páginas protagonizada por un ciudadano corriente de la ciudad -ni es la primera vez que Busiek recurre a esa herramienta ni sería la última, y ya lo había hecho también en Marvels- que gira alrededor del amor, la desesperación y la pérdida. Sólo por este número ya merece la pena acercarse a la serie.
Pero si de la serie en sí no podemos hablar más que maravillas, de la edición de Planeta no está exenta de problemas. La primera que nos salta a la vista es la calidad de reproducción de los primeros números del tomo, en los que el efecto moiré está presente en una gran cantidad de páginas. Aunque fue Planeta la editorial que publicó esta serie por primera vez en España, el material de este volumen parte, como se indica en los créditos del tomo, del primer Astro City Metrobook americano, en el que también está presente este problema.
Por otro lado, tenemos el tema de la traducción. En lugar de mantener los nombres de los personajes que la propia Planeta usó en 1997, y que Norma mantuvo, se ha optado por la discutible (y discutida) traducción de ECC, donde Fanfarrón pasa a ser El Figura o Jack Caja de Sorpresas pasa a ser El Resorte. No es este el mayor problema que tiene: lo que sí merece una crítica seria es que el mismo personaje sea en unas páginas El Monaguillo y en otras Altar Boy, o que otro sea en una viñeta Señor Smartie y en la siguiente Señor Listillo. Siendo una edición en tapa dura al no precisamente económico precio de 45 €, era de esperar un trabajo hecho con más mimo que lo que finalmente tenemos entre manos.
Me he acercado a los Astro City Metrobook por un motivo clarísimo: los que llevamos décadas leyendo la obra de Busiek y Anderson la tenemos en lo popularmente conocido como Edición Frankenstein, con saltos de formato y de editorial a lo largo de su trayectoria. Pero Astro City se merecía una edición a la altura de su altísima calidad, y por una vez estaba dispuesto a reemplazar mi edición por una más moderna, completa y coherente. El problema es que este primer Metrobook, pese a ser un muy agradable -en lo físico- volumen integral en tapa dura, no está a la altura de lo que pide la obra. Muy recomendable para quien no tenga ninguna edición previa de Astro City, pero no está a la altura de ediciones anteriores.