Kurt Busiek ama los superhéroes. Da igual si son de Marvel o de DC, los ama igualmente. Es por este motivo que hace ya más de 20 años creó esta serie y es también por esto que mientras siga habiendo una brizna de pasión por el pijameo en el inmenso corazón de este señor de Boston, habrá luz en Astro City.

Desde las historias más intrascendentes hasta las más elaboradas contendrán una chispa de ese cariño que Kurt Busiek le tiene a los superhéroes, una idea o una vuelta de tuerca con esos personajes que conocemos de otros sitios. Dada la estructura de las dos grandes editoriales generadoras de iconos, sería imposible que un autor se moviera de uno a otro personaje con la libertad en que lo hace Busiek en este patio de recreo llamado Astro City. Si un número quiere contar una historia sobre Black Manta y al siguiente una sobre Halcón y Paloma y un número después sacarse de la manga un tebeo de Dazzler y además darles la vuelta para otorgarles una nueva dimensión que no podrían tener en sus editoriales originales, Astro City es la ciudad donde todo puede pasar. Astro City no entiende de editoriales, continuidades y políticas editoriales.

Concretamente, en Astro City: Cambios, más allá de alguna historia corta, el hilo principal nos hablará de esos héroes que son reflejo del espíritu de los tiempos, de su música y su cultura, de cómo el tiempo provoca cambios y qué significan, todo ello bajo la óptica de ese particular maestro de ceremonias con el que nos hemos familiarizado en este último volumen de la serie: el Hombre roto.

Astro City es sin embargo una tremenda contradicción. Por un lado permite llegar a un grado de pureza sobre la propia esencia del género al que, por sus limitaciones editoriales, no pueden llegar una serie del llamado mainstream. Sin embargo, el hecho de buscar la vuelta de tuerca o o la pirueta referencial sin ataduras despoja Astro City de algunos de los elementos que irremediablemente han pasado a formar parte de los superhéroes, como los lastres de continuidad, las concesiones a los mamporros gratuitos o los crossovers y eventos, con lo que de algún modo renuncia a una parte integral del género. Del mismo modo, la referencialidad de la que siempre se ha servido queda diluida por la propio transcurrir de la serie y muchos personajes que al principio se servían de los que sabemos de los iconos en los que se basaban, ahora tienen su propia historia. Astro City se trata en definitiva de buscar la máxima fidelidad a la idea (o ideas a los largo de la historia) de superhéroe, pero saltándose todas las normas y dejando que surja algo distinto.

En Astro City: Cambios tendremos villanos buscando recuperar tiempos gloriosos que no volverán, supermascotas, rupturas de la cuarta pared con viajes en el tiempo incluidos, nuevos detalles sobre personajes conocidos, alegatos al poder de la fantasía, guiños al poder del paso del tiempo y las modas en el género y hasta referencias lovecraftianas. Todo es posible en Astro City, todas las reglas de continuidad se limitan a qué le apetece jugar a Kurt Busiek en cada capítulo. No necesita linealidad, no necesita construir cimientos porque cuenta con toda la Historia del género. Astro City se convierte en el tablero de juego de un guionista que entiende los superhéroes como prácticamente ningún otro y cuyo mero divertimento engendra nuevas perspectivas y lecciones de hasta dónde pueden llegar.

Brent Anderson sigue incombustible por su parte y su estilo clásico deudor de Neal Adams le va como un guante a esta serie desde su primer número, sin importar el momento en que se ubique un relato que visita todos los momentos de la Historia. Es posible que el papel de Anderson quede relegado a un segundo plano ante el trabajo de Busiek, pero es inevitable echarlo de menos cuando se ausenta alaún número, incluso aunque tengamos sustitutos de lujo como Rick Leonardi.

Puede que Astro City ya no resulte tan rompedora y original como cuando nació en el 95, pero siempre tiene algo nuevo que decir y es que más allá de un homenaje, Astro City es un estudio de lo que son los tebeos de superhéroes, de qué significan y a dónde podrían llegar. Ya hemos visto en otras obras el enciclopédico nivel de conocimiento que Kurt Busiek tiene sobre el género. Astro City nos enseña que su amor por ellos es, si cabe, mayor aún.