Con La conspiración del camaleón llegamos al penúltimo arco argumental de Nick Spencer al frente de Amazing Spider-Man, en una historia que nos da respuestas a preguntas que no nos habíamos hecho y pone a prueba el completismo de nuestro corazoncito de spiderfans. Sí, efectivamente, una nueva decepción en esta larga etapa que, a falta de su cierre definitivo, se inclina del plato negativo de la balanza.
La trama que da título a este arco argumental es tan sólo una de las que tenemos en estos tres números. Spencer le da un cierto trasfondo al medio hermano de Kraven el Cazador y nos presenta una academia de Camaleones, dejando la puerta abierta a que haya más como él. ¿Puede que Teresa, la hermana super espía de Peter, sea uno de ellos? Si además relacionas de forma misteriosa al Camaleón con Pariente (agh), te encuentras con… más tramas abiertas a punto de la despedida. Ay, Señor, dame paciencia.
Pero tenemos más. El tema del Clarividente, el aparato que puede predecir futuros creado por un compañero de Peter sigue adelante, pero de una forma un tanto torpe y acaba resultando una línea argumental más plomiza que otra cosa.
Lo de que la muerte tiene puertas giratorias en el Universo Marvel se queda corto en manos de Nick Spencer. Dos personajes vuelven de la tumba en este arco argumental de forma total y absolutamente innecesaria. Uno de ellos es el Eliminador, el responsable de la muerte de Richard y Mary Parker, que hasta este momento sólo había tenido una aparición, en el quinto anual de ASM de 1968, cuando nos contaron la muerte de los padres de Peter. Resucitar una excusa argumental es totalmente innecesario. Casi tanto como resucitar a Ned Leeds, un personaje que murió allá por 1987, que fue resucitado como un clon, que volvió a morir y que ahora vuelve a volver y empieza a parecer un chiste. Si las resurrecciones de personajes muertos nos hacen torcer el gesto, las segundas vueltas deberían estar penadas con despido fulminante del guionista y orden de alejamiento de las oficinas de la editorial.
Dado que de Nick Spencer ya hemos hablado suficiente, toca ahora mencionar al resto de los implicados en esta saga: los dibujantes. Tres grapas españolas, cinco números americanos… y nada menos que cinco dibujantes implicados. La obsesión de Marvel y DC (lo de las Dos Grandes ya es historia pasada) por publicar sus títulos estrella varias veces al mes imposibilita tener un dibujante único al frente de los mismos, pero se agradecería al menos una cierta planificación editorial que permitiera tener un único dibujante por arco argumental para mantener al menos un tono gráfico estable. Pero no: en esta etapa, el creador de Spiderman es Nick Spencer y el resto de autores implicados simplemente pasan por ahí. En este arco argumental, además, salvo un número dibujado por Mark Bagley -que tampoco es que sea un dibujante hot-, ninguno de los dibujantes es precisamente de primera fila: Marcelo Ferreira, Carlos Gómez, Zé Carlos e Ig Guara hacen un trabajo aséptico, llegando a dibujar un solo número entre los cuatro, haciendo que el aspecto gráfico de esta historia sea irregular e impersonal, ayudando muy poco a una etapa marcada por unos guiones tremendamente mediocres. Muy felices nos las prometíamos con esos principios con Ryan Ottley y Humberto Ramos alternándose.
Sobre este tema, en los cuarenta números de Panini que lleva Nick Spencer al frente de la serie han pasado por aquí más de treinta dibujantes: Ryan Ottley, Garry Brown, Humberto Ramos, Steve Lieber, Michele Bandini, Chris Bachalo, Alberto Jimenez Alburquerque, Iban Coello, Ken Lashley, Gerardo Sandoval, Cory Smith, Patrick Gleason, Kevin Walker, Todd Nauck, Dan Hipp, Francesco Manna, Francesco Mobili, Herb Trimpe, Al Milgrom, Oscar Bazaldua, José Carlos Silva, Guillermo Sanna, Mark Bagley, Marcelo Ferreira, Federico Vicentini, Tradd Moore, Aaron Kuder, Takeshi Miyazawa, Federico Sabbatini, Rogé Antônio, Carlos Gómez, Zé Carlos e Ig Guara. No sólo hace falta un guionista nuevo en el trepamuros. Hace falta un editor que sepa lo que hace como el comer.
Es habitual que en una etapa larga de una serie regular superheroica el guionista tenga altibajos. Incluso en las etapas más legendarias de nuestros personajes pijameros preferidos, todos hemos llegado a pensar que en tal número el escritor no estaba inspirado, pero la etapa de Spencer está siendo un despropósito tal que cuando le sale un número bueno -que los ha tenido, por supuesto- es cuando te sorprendes. A día de hoy, la motivación para seguir adelante es que total, ya queda poco. Pero si hubiéramos sabido lo que teníamos por delante hace dos años y medio, lo más probable es que nos hubiéramos despedido del personaje tras la memorable salida de Dan Slott.
