Cuando Gary Hampton es atacado y dado por muerto, su vida da un giro drástico. Gary está maldito y cada vez que hay luna llena, se transforma en una bestia de la noche… ¡un hombre lobo! Pero lejos de utilizar esa maldición para el mal, propicia el nacimiento de un nuevo superhéroe, el más singular del mundo: Hombre Lobo. De la mano de Robert Kirkman, guionista de The Walking Dead e Invencible, y del dibujante Jason Howard, llega esta historia de terror sobrenatural presentada a través de una edición repleta de material adicional inédito.
No sé si habrá alguien a estas alturas que no haya oído hablar de Invencible, una de las mejores series de superhéroes que nacieron en el siglo XXI, surgida de esa nueva Image Comics y de manos de ese genio de la narración llamado Robert Kirkman. Cuando uno echa un vistazo a la producción de Kirkman se encuentra maravillas como dicha Invencible, o Los Muertos Vivientes (echad un oído al programa que le dedicamos hace un par de años en nuestro podcast), pero también tiene por ahí un puñado de obras menos mediáticas pero igualmente destacables. Una de ellas es precisamente un spin-off de Invencible, y se trata de un personaje que nació como una broma privada entre los autores, pero que el guionista ha sabido desarrollar hasta el punto de conseguir una increíble serie que combina de manera magistral el género superheroico con el del terror. Nos referimos, claro está, al Asombroso Hombre Lobo.
Kirkman (El poder del fuego, Los Muertos Vivientes: ¡Negan vive!) tiene una habilidad increíble para poner nombres a sus personajes. No hablo sólo de la hermosa simplicidad de Invencible (cuánta fuerza y descriptividad contiene ese nombre), sino que suyos son también personajes como Allen el alien o los hermanos Dupli-Kate y Multi-Paul. Sabiendo esto, ¿por qué había de romperse la cabeza buscando un nombre cuando tienes delante de tus narices uno tan simple y potente como Hombre Lobo (Wolf-Man en el original)? Partiendo de la premisa habitual de las historias de licántropos, la de un hombre que es atacado por un hombre lobo y pasa a ser portador de la misma maldición, Kirkman teje una historia que involucra superhéroes, vampiros, hombres lobo inmortales, guerras de clanes y mucho drama familiar. Los que hayan leído Invencible (y si alguien aún no lo ha hecho, ya está tardando) sabrán que lo que ha hecho tan especial esa serie es su capacidad de contar las historias de siempre con un enfoque fresquísimo, y esto es exactamente lo mismo que el guionista ha hecho aquí. Gary Hampton, un hombre de negocios adinerado, concibe sus nuevos poderes como una forma de ayudar a su comunidad, protegiendo a los ciudadanos de delincuentes y supervillanos. Sin embargo, no tarda en descubrir por las malas que en las noches de luna llena pierde el control sobre sí mismo y se convierte en una bestia sedienta de sangre. El vampiro Zechariah ayudará a Gary a dominar sus poderes, hasta que un desafortunado accidente dará al traste con su relación, y en ese momento entraremos en una vertiginosa espiral de violencia, sangre y venganza.
No penséis que estamos ante una versión comiquera de Underworld (vampiros contra licántropos, balas y abrigos de cuero), ni mucho menos. Afortunadamente, Robert Kirkman es demasiado buen guionista como para caer en ese cliché. Lo que hace tan especial este Asombroso Hombre Lobo es cómo manipula todos los tropos de la licantropía clásica (la transformación, la sed de sangre, las balas de plata) a su antojo para hacerlos adaptarse a la historia de superhéroes que quiere contar. Como los lectores de Los Muertos Vivientes ya sabrán, los personajes de Kirkman son seres humanos increíblemente creíbles, si se me permite la expresión. ¿Cómo reacciona la sociedad ante la milagrosa curación del protagonista, Gary Hampton, tras ser atacado en el bosque por lo que parecía ser un oso enloquecido? ¿Cómo reaccionan su mujer e hija ante su maldición y sus aventuras nocturnas? Los comportamientos y actitudes de todos los personajes son absolutamente verosímiles, y es lo que hace que sintamos una profunda empatía por ellos y sus desventuras. Por otro lado, el diseño del personaje, obra del dibujante Jason Howard, nos sumerge de lleno en ese mundo de seres superpoderosos y razas nocturas. Ya conocemos a Howard de otras obras como Trees y Cemetery Beach, y aquí fue personalmente escogido por Kirkman para hacerse cargo de este nuevo personaje desde cero, a lo largo de los 25 números que duró la colección. Su estilo no es muy diferente del que vimos que usaron Ryan Ottley y Corey Walker en Invencible: diseños muy caricaturizados, musculaturas no muy definidas y proporciones exageradas. Todo funciona a la hora de contar una historia que pone el índice de molonidad al once, pero sin dejar de lado el drama humano. Este es un cómic de Image, sí, pero de la Image buena, la que dejó de dar carta blanca a los hot-artists que casi se cargan la industria, y empezó a confiar en guionistas solventes para que contaran buenas historias.
La colección completa de El Asombroso Hombre Lobo está siendo publicada por ECC Ediciones en dos tomos en tapa dura, siendo éste el primero de ellos. Pese a no haber tenido la repercusión comercial ni mediática (es decir, sin adaptación a cine y televisión) de Invencible o Los Muertos Vivientes, esta obra de Robert Kirman y Jason Howard no tiene nada que envidiar a las otras. Nadie como Kirkman es capaz de pegarte un hachazo en el estómago en la última página de un tebeo y dejarte con la boca abierta (y las tripas colgando) esperando a que llegue la próxima entrega. Afortunadamente la lectura en tomo diluye un poco ese efecto (aunque el final de este primer volumen me ha dejado con la mandíbula desencajada y deseando que saliera ya el siguiente). El Asombroso Hombre Lobo es un extraordinario cómic de terror y superhéroes, autocontenido y con una edición a la altura. Recomendadísimo.