Los lectores de Aquaman venimos de una etapa bastante disfrutable que ha sido la de Dan Abnett. Hace meses que acabó la trama que fue construyendo a lo largo de tres años, pero después, el guionista se ha hecho cargo de los números de la serie de dos cruces con Escuadrón Suicida en Hundid Atlantis por un lado, y con Liga de la Justicia y Titanes en Tierra sumergida por el otro. Una vez recuperada la autonomía, se produce un cambio de guionista titular y entra Kelly Sue DeConnick para hacerse cargo de la serie. ECC aprovecha dicho cambio para introducir la serie en su nuevo formato y nos trae Aquaman Primera Temporada: Aguas silenciosas.
Los que hayáis seguido la serie del superhéroe submarino pero no sigáis la serie de Liga de la Justicia vais a encontraros con un salto desde lo visto en el último tomo, y es que el evento Tierra sumergida ha sido editado por ECC dentro de la grapa de la serie de Liga de la Justicia. El final de dicho evento nos dejó a un Arthur Curry perdido en una isla, incapaz de recordar nada de su propia vida. Y ahí es donde comienza la etapa de la guionista americana, que nos plantea una historia en la que Aquaman es cuidado por unos ancianos y la joven y bella Caille. Le han rebautizado como Arausio, por la A de su uniforme y les contarán historias sobre poderes elementales de agua y de (y aquí la novedad) la sal de los océanos.
DeConnick intenta dar un giro absoluto a todas esas luchas de poder que nos había planteado Abnett y plantea una historia que se apoya en poderes elementales y lleva a Arthur Curry fuera de su medio natural, de hecho, tiene pánico al agua desde que apareciera en la orilla de la isla amnésico y desorientado. Son historias que pueden recordarnos al tono de las historias de Rick Veitch en el volumen 6 de la serie. Y a pesar de que he disfrutado mucho de los números de Abnett, creo que el cambio de aires le viene bien a la serie y al personaje.
El problema principal que le veo a estos siete números que aquí se contienen es el ritmo. DeConnick nos aporta mucha información en solo cinco números, y en lugar de presentarnos una historia que sirva de base para estructurar lo que vendrá a continuación, resuelve el asunto de la memoria y prescinde con relativa facilidad de la que podría ser una gran némesis para el héroe en los números venideros. Acostumbrados a la etapa de la que venimos en que las tramas se sucedían y se complementaban de arco en arco argumental, el primer arco se antoja un poco atropellado. Incluso Tierra sumergida explica y desarrolla mucho mejor todo ese asunto de los dioses del océano.
Y esa sensación se acentúa mucho más cuando lees el segundo arco argumental de la serie en la que DeConnick dedica dos números a contarnos un repaso a los recuerdos del superhéroe. Pasamos de una historia con muchísimos elementos e información nueva aportada en cada página a una historia mucho más pausada y que se toma su tiempo para hacer flashbacks. Sí ha habido un detalle que me ha sacado un poco de quicio, y es esa (innecesaria) aproximación al Aquaman cinematográfico, con la impostación de los tatuajes corporales como los que lucía Momoa.
Pero sí tenemos una maravillosa noticia. Y es que si echamos un vistazo a los créditos, vemos muy pocos nombres acreditados. Esto en la DC actual es algo muy poco común, al menos en series que no son de las top. Me habéis leído quejarme a menudo de esas series con más autores que números en cada tomo, y aquí tenemos a Robson Rocha haciéndose cargo íntegramente del primer arco argumental y a Viktor Bodganovic de los dos números del segundo. Ambos hacen un buen trabajo, aunque el primero tiene mucho más espacio para lucirse, y con unas escenas que le permiten mostrar una acción espectacular y escenarios muy vistosos.
En definitiva, DeConnick muestra detalles que nos hacen mantener las expectativas altas, y quiero pensar que esa descompensación de ritmo de las dos historias contenidas aquí son secuelas de la aclimatación de la guionista a su nueva serie. Si sigue en esa línea de una manera más equilibrada, puede ser una etapa para seguir con interés, aunque lo siguiente que vamos a leer son los números relacionados con el evento El año del villano, así que no sé qué podemos esperar del siguiente tomo. Sea como sea, la entrada de Kelly Sue ha traído un soplo de aire fresco a la serie y un Aquaman que intenta buscar conexiones con la exitosa versión cinematográfica.
Lo mejor: El aire fresco que trae DeConnick, buscando un cambio radical al tono que ha tenido la serie hasta el momento.
Lo peor: La ridícula excusa para dotar al personaje de cómic los tatuajes corporales que tiene Momoa en el cine.
Hazlo desde este link de Amazon y colabora con Es la Hora de las Tortas.
Kelly Sue DeConnick and ECC Ediciones