Llegamos al final (al menos provisionalmente) de la serie de Marguerite Bennett y Rafael de LaTorre, con su propuesta de este mundo en el que los animales cobran conciencia y son capaces de comunicarse con los humanos, pasando estos a ser la raza no-dominante sobre la Tierra. Con Animosity Vol. 6: El rey de Texas la serie se despide por la puerta trasera, con otro arco de cuatro números, en los que la originalidad brilla por su ausencia y, por si fuera poco, carece completamente de esa sensación de grand finale que esperábamos. Planeta publica el tomo con los números 25 a 28 e incluye como extras unas páginas con el proceso creativo de principio a fin, además de las portadas de todos los números de la serie.
Probablemente este arco es de los que menos me ha gustado de toda las serie, por su falta de originalidad. El grupo se encontraba fraccionado y Sandor había formado un pelotón para rescatar a uno de los miembros del grupo, mientras que Jesse se quedaba con Lola. Sandor acabará llegando a Texas donde conocerá a los tres reyes, unos sádicos que han organizado un circo romano de duelos entre animales para saciar las ansias de los miembros de esta nueva sociedad.
Lo primero que se viene a la cabeza cuando uno conoce esta nueva trama es al Gobernador de Los muertos vivientes y sus peleas con zombies. Ya lo había comentado antes, pero esta serie, que a todas luces se ha mostrado como un intento de ser una Rebelión en la granja a lo bestia, ha quedado más cerca en algunos tramos de la obra de Kirkman que de la de Orwell. Y en este último arco no queda lugar a dudas. El concepto original da para muy buenas ideas y propuestas, y me encantó, por ejemplo, el tomo dedicado a las abejas, por lo bien utilizados que estaban los animales y lo bien que encajaba la historia con la serie en conjunto. Pero volver a un mundo en el que se monta un circo romano para aplacar a la gente… no es el gran final que uno espera.
Además, por eso de ser el último arco, Bennett comienza con una propuesta confusa de varias líneas temporales mezcladas con cambios de localizaciones en los que el dibujo tampoco ayuda a clarificar lo que está sucediendo. Cuando lees la serie en tomos, habiendo pasado varios meses desde que leíste el anterior, resulta especialmente difícil situarte en lo que está pasando. Luego resuelve bien el desarrollo de este tramo, pero para ser el final de la serie, incluso habiendo dicho Aftershock que en cualquier momento puede regresar, es un final un poco descafeinado en el que falta emoción y el ritmo no lleva a una lectura que deje un poso satisfactorio.
Y me da rabia, porque la serie hasta ahora había tenido sus altos y bajos, pero había mantenido un nivel bastante alto, con una propuesta con muchas posibilidades y algunas elecciones interesantes a la hora de plantear obstáculos a los protagonistas. De ser un tomo más de la serie y esperar una continuación, no habría sido más que un pequeño bache totalmente perdonable y fruto de una serie de largo recorrido, pero a corto-medio plazo no se esperan más números, así que la sensación es peor de lo que debiera.
En definitiva, Animosity Vol. 6: El rey de Texas es un ejemplo de cómo hacer un mal final para una serie que había mantenido bastante bien el tono hasta el momento, con la propuesta más floja de sus 28 números (más los de su spin-off Animosity Evolution) y con un final carente de la emoción que merecía. Como crítica global de la serie en conjunto, tal vez se le haya quedado grande a Bennett y no ha sabido aprovechar las inmensas posibilidades de una premisa tan interesante, pero lo que es indudable es que yo la he disfrutado y me ha mantenido interesado durante todo el viaje, por lo que este insatisfactorio colofón no me va a hacer dejar de recomendar su lectura.
Lo mejor: La serie en global está por encima del aprobado alto. Esperar que algún día vuelva.
Lo peor: Final muy inferior al nivel medio hasta el momento. Su primer número resulta muy confuso.
