El 6 de septiembre de 2000 aparece, en el número 1215 de El Jueves, la primera página de Ángel Sefija. En ella, Mauro Entrialgo da el merecido protagonismo a un secundario que habíamos visto en las páginas de su obra Alter Rollo, creando un spin off más exitoso que la obra original. El Frasier de Cheers, El Xena de Hércules, vamos. Mientras que Alter no llegó al centenar de páginas, Ángel se encamina ya al millar. Y a ritmo de una página semanal, llegará a esta cifra en unos tres años.

A estas alturas de la película, dieciséis años y pico después de su estreno, raro sería que haya lectores que no conozcan aún al personaje. Bueno, sí, los que se van incorporando nuevos y tal, a los que envidio profundamente por tener esta enorme cantidad de páginas por descubrir. Pero entre los lectores veteranos, Ángel Sefija es un viejo conocido al que periódicamente volvemos a visitar. Un viejo conocido con mala baba muy dado a señalar pajas y vigas en los ojos ajenos (no sabemos si las ve en los propios), pero que a veces también las señala en los del lector. Y cuando te ves reflejado (¿ridiculizado?) en alguna de sus páginas, tras la sorpresa inicial, no te queda más remedio que esbozar una sonrisilla, mascullar “qué cabrón” y reconocer que tiene gracia porque es verdad.

Y es que ahí está precisamente el éxito y la identidad de Ángel Sefija. Una mirada cínica a la realidad del día a día, señalando las miserias del tipo de la calle, las costumbres estúpidas que tenemos todos y las rarezas y contradicciones de la sociedad, que todos damos por sentadas y no nos paramos a cuestionar porque son así y ya.

En las páginas de este tomo, Ángel se fija en las absurdas costumbres de Nochevieja, en el patetismo de la crisis de los 40, en esos trepas que se escaquean en el trabajo (en serio, los cuatro tipos que Mauro retrata en esta página son algunos compañeros de trabajo que tuve en Madrid hace diez años), en las redes sociales, en las sustancias consumidas en el ocio nocturno, en tecnología, en las relaciones de pareja, en la brecha generacional o en, cómo no, la política.

Y, cómo no, tampoco podía faltar alguna pulla al mundo del cómic. Ángel también tiene claras las grandes preguntas de la última década, “¿qué es la novela gráfica?” o “¿cuáles son los límites del humor?”. Y, como no podía ser de otra forma, su respuesta nos hace sonreír y pensar, una vez más, “qué cabrón”.

El autor

Venga, ¿en serio necesitas que te diga quién es Mauro Entrialgo a estas alturas? Buf. Venga, si eso, date una vuelta por la reseña que hicimos hace casi un año de Lo Contrario. Ahí lo detallamos un poco más.

En resumen…

A ver cómo te lo digo. Si ya eres seguidor de Ángel Sefija, este tomo es imprescindible. ¿Que es más de lo mismo? Oh, sí. Es exactamente lo que lleva siendo desde el primer día, y en ningún momento se ha hecho cansino, repetitivo o aburrido. Ya sabes lo que hay, te gusta y vuelves a por más, y vas a seguir volviendo mientras salga. Y si no lo eres, te deberías preguntar a qué esperas. O a qué se debe. Igual resulta que Mauro Entrialgo cruza tus líneas rojas del humor.