La religión es un tema que siempre ha estado presente, de una u otra forma, en la obra de Mark Millar. En más de una ocasión, el escritor escocés, abiertamente católico practicante, ha establecido paralelismos entre los superhéroes y cuestiones de fe varias. Pero, sin duda, la serie en la que más claramente se acercó a ella fue en El Elegido, de 2004, reeditada en 2009 como American Jesus Libro Uno: El Elegido, dejando caer que estaba pensando en una posible secuela. Esa secuela, titulada El Nuevo Mesías se materializó a finales de 2019 y ahora nos llega la edición de Panini en un volumen integral.
Aviso: los que no hayan leído El Elegido se van a encontrar spoilers sobre la primera parte a partir de aquí.
En la primera parte de American Jesus conocimos a Jodie Christianson, un chaval bastante estándar alrededor del cual empezaban a suceder hechos inexplicables. Milagros, según decía el cura del pueblo. Tanto la portada como el título de esta primera parte, El Elegido, nos hacía pensar que estábamos ante la Segunda Venida de Cristo, señal del final de los tiempos. Pero en un sorprendente giro final, Millar nos contaba que Jodie era el Elegido… del otro bando. Que realmente no era el Hijo de Dios, sino el Anticristo.
El Nuevo Mesías está ambientado en ese mismo mundo, como se puede apreciar por una mención fugaz que se hace de Jodie. Y con esa idea en mente, y los precedentes argumentales y narrativos que sienta la anterior entrega, nos encontramos aquí con una secuela que, aún siendo correcta, resulta inferior a la original, y es además bastante predecible. La historia empieza en Nueva York en 1974, con Luciana Cortez, una adolescente que ha quedado inexplicablemente embarazada sin haber mantenido relaciones sexuales nunca. Tras un fallido intento de abortar a la criatura que no sabe cómo ha llegado allí -las palabras Inmaculada Concepción nos vienen a la cabeza-, Luciana se fuga en autobús con su novio Eddie hacia un pueblo de infausto recuerdo: Waco.
Un salto de dieciocho años después y conocemos a la criatura: es una chica de color llamada Catalina, contestataria, fumadora y a la que gusta el rock and roll. No es precisamente lo que te esperas de un Mesías por muchos tiempos modernos en los que esté ambientada la historia, ¿no?
El Nuevo Mesías sigue tono y estructura de la anterior entrega de American Jesus, pero se notan los quince años pasados entre una y otra. A principios de siglo, Mark Millar era el autor que firmaba obras como Superman: Hijo Rojo, The Authority o Los Ultimates, y era nominado a premios Eisner y Eagle. El Millar actual parece más preocupado por las futuras adaptaciones audiovisuales de sus cómics, que dan la sensación de ser propuestas para películas o series de Netflix más que cómics en los que el autor estuviera realmente interesado. En los últimos tiempos ha escrito obras como Prodigy, Sharkey o Space Bandits, que dificilmente pasarán a la historia del medio. Pasa lo mismo con el cómic del que hoy hablamos: aún teniendo muy buenas ideas, que Millar sigue teniéndolas, da una cierta sensación de pereza en su desarrollo. De que se le podría haber sacado más partido, que total, ya hay una serie de Netflix adaptando estas historias en el horizonte y tampoco es que haga falta mucho más.
Lamentablemente, algo muy parecido ocurre con el dibujo de Peter Gross. Es un autor que además de hacer un muy buen trabajo en El Elegido nos maravilló en Lucifer o Unwritten, pero aquí se le ve… desganado. Hace un trabajo correcto, pero muy por debajo de lo que le hemos visto en otras ocasiones. Incluso podríamos decir que en algunas páginas hay poses o caras mal terminadas. Con un nivel muy por debajo de lo que estamos acostubrados en él.
La sensación final que nos deja este segundo volumen de American Jesus es una constante de los últimos tiempos de Mark Millar: es más que correcta, tiene buenas ideas, pero este autor nos ha dado obras en las que demuestra que lo sabe hacer mejor, pero tiene la cabeza puesta en el cine y la televisión más que en los tebeos y es una pena.