El pasado 1 de diciembre acabó el período extra para aportar en el «crowdfunding» de Alice, el nuevo y atrevido proyecto de Pasqual Ferry para The Spaceman Project, una campaña ambiciosa como pocas, con una meta de 40000€ y con una novela gráfica de publicación en marzo de 2018 en varios idiomas. El proyecto ha salido adelante, pero sinceramente no me gusta nada las formas en la que se ha llevado a cabo y lo argumento.

En primer lugar, no sé por qué se llama crowdfunding. Para mí los proyectos de crowdfunding son aquellos que se proponen una meta y si no la alcanza, el proyecto no sale adelante. Este proyecto acababa el día 28 de noviembre y en dicha fecha se había alcanzado apenas un 50% de la cantidad necesaria. Se hizo una ampliación de 3 días para intentar apurar algunos euros, y les salió bien, alcanzando la cantidad de casi 25000€. Pero… ¿la meta no eran 40000? Sí, pero el último día, la propia plataforma Spaceman Project ha realizado una aportación de más de 15000€ para que el proyecto se haga realidad. Entonces… ¿Esto es un crowdfunding o un proceso de venta anticipada? A saber, el proyecto ya ha finalizado, pero todavía puedes hacerte con una copia del libro con la opción Comprar pre-order. De hecho, puedes hacerte con cualquiera de los paquetes disponibles (combinaciones entre todos los productos, sketchbooks, artist editions…) Otra diferencia con los crowdfunding al uso: Generalmente los gastos de envío suelen ir en el precio final, pero en este no. Aquí se te cobra 3€ POR CADA LIBRO que pidas, y cuando digo cada libro, me refiero a que si compras el pack con el cómic en tapa dura más el sketchbook, al precio final súmale 6€.

Entonces, ¿qué tiene este proyecto de arriesgado? Pues no lo sé. De hecho, ya en el avance se han mostrado cerca de 20 páginas acabadas, lo cual con una fecha de entrega pensada para 15 meses me parecía algo excesivo para un proyecto que no sabe si va a salir adelante. Para mí, es una manera de conseguir un adelanto de la obra antes de su salida a venta. Si uno echa un vistazo a  otros proyectos de la editorial ve que no es la primera vez que pasa. Con Odissea de Fabio Visintin ya sucedió algo parecido. Y de hecho, solo ha habido tres proyectos que no han salido adelante, el más extraño Audun, de Jorge García y Gustavo Rico que se ha quedado fuera a pesar de haber conseguido 17 de los 24000€ de meta. Si la editorial financia estos proyectos, no entiendo que pueda aportar 15000€ para un proyecto de 40000 pero no 7 a uno de 24000. Sus razones tendrán.

Mi experiencia personal tampoco ha sido buena en este proyecto. Yo aporté el primer o segundo día que se puso en marcha, y todavía estaba activa una opción de Flash reward en la que si pinchabas ANTES de hacer la aportación, cuando te mandaran el cómic te lo mandaban dedicado con una firma, no un boceto ni nada elaborado. Una firma. Para empezar, para un proyecto de estas características y que tiene 15 meses por delante, creo que deberían ir todos firmados. Es lo menos que puedes hacer por gente que ha apostado por tu trabajo con 15 meses de antelación, casi a ciegas. Es cierto que venían las instrucciones, pero como en otros casos (conozco casos similares al mío) el hecho de la cantidad de recompensas disponibles hizo que pinchara en el cómic antes que la flash reward. Como todavía quedaban más de 30 disponibles cuando lo encargué, me puse en contacto con Spaceman para contarles mi caso y pedirles si podía cambiar mi pedido. No existe la opción anular tu pedido por lo que no podía deshacer y volver a hacer. Me contestaron a los 3 días, una vez agotadas ya dichas recompensas, diciendo que no podía ser, que las instrucciones estaban bien claras. No tiene demasiada importancia y sé que el error ha sido mío pero… estamos hablando de una firma. Me parece un detalle que podían haber resuelto elegantemente puesto que no creo que al maestro Ferry le arruine la agenda firmar 101 libros en lugar de 100. Una anécdota sin importancia, pero que resulta bastante ilustrativa.

Pero si hay algo que me ha dado rabia de este «crowdfunding» es la falta de publicidad que se le ha dado. Estoy acostumbrado a ver a amigos que están comenzando en el mundo del cómic, algunos con un talento desbordante y otros con menos, pero en todos los casos lo veo casi con miedo. Sé que mientras que dure la campaña voy a estar viendo en redes sociales un recuerdo casi a diario de que estoy a tiempo de contribuir. De Alice solo he sabido por los amigos y admiradores de Ferry. No he visto publicidad en ningún sitio. Y estamos hablando de Pasqual Ferry, no de cualquiera. Creo que con una publicidad decente hubiera conseguido los 40000€ y mucho más. Y lo digo con rabia porque, como admirador de Ferry, lo considero casi una falta de respeto.

En definitiva, me parece que si quieres editar un cómic de Pasqual Ferry, con esa pinta tan estupenda que tiene, edítalo. Pero montar un «crowdfunding» para un proyecto que pienso que tienes aprobado (y si no, mal hecho) desde su arranque me parece que lo más que puede conseguir es dejar en evidencia que la falta de publicidad ha dejado a Ferry como incapaz de conseguir la financiación necesaria. Estoy convencido de que muchos desconocen este proyecto y van a sumarse a la campaña una vez la conozcan. De hecho, tienen 15 meses para encargar su producto. La «pre-reserva» sigue abierta.