¿No os ha pasado nunca revisitar aquel cómic que os flipó de chavales y no encontraros exactamente con el mismo tebeo que recordabais? Pues aprovechando que ya se nos está acabando la temporada y estamos más relajados, nos juntamos aquí para charlar de muchos de estos cómics y de lo traicionera y ladina que es la maldita memoria. Pero también, por la misma regla de tres, hablaremos de aquellos otros tebeos que nos horrorizaron o se nos hicieron bola hace años y a lo que hemos terminado por coger el gustillo.
Tened algo fresquito a mano para beber y dadle al play para acompañarnos.
Ismamelón Sobrino
24 agosto 2023Cuando se releen obras con las que disfrutamos de niños a veces se experimentan emociones aún más desalentadoras al simple desagrado que nos puedan provocar figuras y marcas narrativas agotadas por la sobreexplotación o un cambio en el gusto del público. Como suele ocurrir con el enfoque de las historias y la propia orientación ideológica de los personajes. Un caso, los dibujillos animados de los ThunderCats que, vueltos a ver ya de mayorcitos, nos damos cuenta que no son más que una panda de cabrones militarotes. Voraces ególatras que espejan sus traumas en otras culturas y acaban por trasladar la guerra que destruyó su mundo de origen a un Tercer planeta, como lo llaman ellos, para explotar sus recursos naturales a la mientras dividen a los pobladores de ese nuevo mundo entre pueblos buenos y malos; evidentemente, los malos son todos aquellos que muestran cualquier resistencia a trabajar para ellos. Así, solo puedes solidarizarte con Mumm-Ra y su lucha contra los invasores ThunderCats. Esa civilización asesina que se despide del planeta explotado con un genuino acto de terrorismo cultural al destruir a bombazos un templo.
Esa guerra de robotitos y androides en la serie de los Vengadores todavía me parece más que simpática. Los personajes no necesitan de un profundo desarrollo para resultar atractivos y la resolución de una trama bien comprimida tampoco defrauda.