Alphonse Gabriel »Scarface» Capone fue uno de los gánsters americanos más famosos de la historia. A pesar de su ascendencia italiana, nació en Brooklyn y pasó de ser un simple golfillo que robaba para llevar comida a su casa a acabar monopolizando todo el hampa en la ciudad de Chicago. Son múltiples las adaptaciones que hemos visto en cine y televisión del personaje, pero siempre centrada en la etapa en la que ya estaba establecido como capo criminal. Norma Editorial nos trae ahora Al Capone, un cómic de Swann Meralli y PF Radice que cuenta, en primera persona, la vida del que llegó a ser una de las personas más poderosas de la ciudad en los años 20.
La obra comienza con Capone en la cárcel, acompañado de su madre y mostrando los primeros síntomas de la afectación cerebral por una sífilis. Allí decide contarle cómo llegó al momento en el que se encuentra encarcelado, garantizándole que va a contarle toda la verdad. Es entonces cuando retrocedemos a la infancia del personaje, e iremos viendo cómo fue ascendiendo en el mundo criminal de Nueva York y cómo acabó desplazándose a Chicago y convirtiéndose en prácticamente el único responsable del crimen organizado en la ciudad, amasando un imperio y poniendo en jaque a las autoridades del país. Los que hayan visto Los intocables de Eliot Ness, con una de las versiones más memorables del personaje, a cargo de Robert De Niro, sabrán que Capone no acabó en la cárcel por la interminable lista de crímenes de todo tipo que cometió a lo largo de su carrera, sino por problemas fiscales. Todo esto lo veremos en esta obra, que continúa incluso hasta su salida de prisión y su retiro en Miami donde acabaría muriendo.
La obra está narrada con un tono que nos recuerda a todas esas películas y series ambientadas en los años 20, con un enfoque de narrador en primera persona, que le está contando a su madre y a los lectores lo que sucedió. Lo más interesante es el uso de un texto interdependiente con el dibujo, en el que Capone le cuenta a su madre una cosa, pero nosotros vemos lo que sucedió realmente. Así, es muy divertido ver la versión de tantos crímenes que comete cuando supuestamente había arreglado mediante el diálogo las diferencias con sus rivales. Igualmente nos contará cómo respetó a su esposa siempre, algo que no casa con la sífilis que le provocó tales secuelas que acabaría siendo liberado por motivos de salud
Si bien el guion es muy equilibrado en los dos primeros tercios de la obra, con un ritmo constante y un ascenso progresivo, en plena ley seca, hasta convertirse en uno de los tres bandos que controlaban la ciudad de Chicago (junto a irlandeses y sicilianos), el último tercio de guerra de bandas y encarcelamiento y liberación es algo más acelerado, tal vez porque sea la parte de la vida de Capone más conocida por su tratamiento en otros medios, pero sirva como ejemplo el hecho de que Eliot Ness aparece fugazmente y el encarcelamiento tiene lugar en apenas unas pocas páginas.
El dibujo de PF Radice (quien ya trabajara con Meralli en La pastelería en cómic) es bastante curioso. Tiene un estilo que resulta un poco llamativo al inicio de la obra, puesto que parece poco dinámico, con una narrativa un poco estática y un toque algo cartoon… pero que precisamente sorprende cuando llegan escenas cargadas de acción y en las que no se escatima explicitud a la hora de mostrar violencia (aunque el texto diga otra cosa…). Precisamente creo que el efecto es mucho más potente por lo inesperado, ya que las escenas más tranquilas no hacen esperar esas composiciones y transiciones que nos son mostradas después. La edición de Norma es otro de los fuertes de la obra, con unos cantos de esquinas redondeadas y detalles gráficos en la numeración de página.
En definitiva, Al Capone es una buena biografía del criminal que llegó a controlar Chicago a mediados de siglo pasado, con un estilo tan inesperado como sorprendente al dibujo, y una narrativa centrada en la biografía que de vez en cuando da un giro radical para innovar con escenas muy bien planificadas que rompen esa tranquilidad y enfoque documental que tiene la mayor parte del tiempo. Una fresca biografía de Capone que hará que incluso, en plena ley seca, nos bebamos la obra en un abrir y cerrar de ojos.
Lo mejor: Las escenas en las que Radice abandona el tono documental y plantea composiciones bastante rompedoras. El contraste «lo que cuenta» frente a «lo que vemos». La edición de Norma.
Lo peor: La parte más conocida y atractiva del personaje es lo que se muestra con menos detalle de toda la biografía.
