Adicción. Así de simple. Esa necesidad de consumir más y más de la sustancia a la que estás enganchado. En este caso, la sustancia no es otra que el manga Akira de Katsuhiro Otomo, obra que está gozando de una nueva edición conmemorativa idéntica a su homóloga nipona de la mano de Norma Editorial.

Acercarse a Akira es adentrarse en una de las obras más fascinantes del manga de los ochenta. Un título innovador que, lejos de seguir los tropos habituales del cómic japonés de la época, se salía por la tangente abrazando el género de la ciencia ficción Cyberpunk tan en auge en el mercado del cómic europeo. Otomo es un admirador declarado de Moebius, entre otros autores del viejo continente, y eso se nota en prácticamente todas y cada una de las planchas de Akira. La ambientación, la narrativa, la planificación de página…

Sin entrar en materia de spoilers,  he de decir que la primera página, con esas tres desgarradoras viñetas a todo color con Tetsuo gravemente herido nos agarra y nos remueve por dentro de tal manera que ya no soltaremos el tomo hasta habernos ventilado las trescientas páginas de este tercer volumen de Akira.

Puede que Otomo sea un claro precedente del llamado decompressive storytelling (que tan de moda puso Brian Michael Bendis en este siglo) y que se tome con calma el ritmo de la historia a la hora de ir haciendo revelaciones sobre Tetsuo, Kaneda, la conspiración militar política y todo el jaleo en el que se está metiendo Kaneda, héroe involuntario de la historia y cuyo compromiso con la causa a la que se ha visto obligado a ayudar da más bandazos que otra cosa. Pero ¡ay amigos! es que Otomo tiene pensado cada puñetero detalle y con su maestría narrativa acelera los acontecimientos a voluntad.

¿A qué se debe esto? Puede que sea por su nada disimulada afición a dibujar escenas frenéticas de acción o a su caprichosa planificación de toda la arquitectura de Neo Tokyo donde el mangaka echa el resto. ¿Quién sabe? Tampoco es que importe porque ya son varias las ocasiones en las que la sorpresa se esconde a la vuelta de la esquina.

Este tercer volumen puede parecer más sosegado que su predecesor (con aquella monumental set piece de acción en la base subterránea). Pero entonces llegamos a cierto momento, que tan solo diré que ocupa más de cincuenta páginas, y nuestra mandíbula se saldrá de su sitio. Solo esta secuencia justifica la compra, lectura y disfrute de Akira. Si sois vaguetes y preferís las cosas más cortitas y tiráis de la adaptación de anime deciros que si la versión de anime os flipo os estáis perdiendo algo similar a comparar los gráficos de un Fifa de Megadrive con los de uno de Playstation 4.

En Akira (el manga) todo es más grande, todo es más espectacular y emocionante. Fue terminar de leer este volumen y volver a repasarlo con cuidado para disfrutar más de los pequeños detalles. De esa magia que Otomo sabe transmitir a través de unos personajes tremendamente expresivos. Miedo, ira, confusión… rara vez han sido tan tangibles sobre una hoja de papel.

Está edición original de Akira no está exenta de cierta polémica, pues este tercer tomo con el que llegamos a la mitad del camino es el último que contará con el precio inicial de 19,95 €. A partir de la siguiente entrega su PVP se verá incrementado 2,95 €. De todas formas, aunque este tipo de noticias es una putada, desde luego si has llegado hasta aquí dudo que te bajes del carro a estas alturas de la película. Yo desde luego que voy a seguir.

Que ganas de leerme el cuarto tomo.