Tsutomu Nihei es un autor que le funciona muy bien a Panini (como lo hacen Ito a ECC o Urasawa a Planeta). Por eso la obra de este fascinante mangaka siempre está disponible de una forma u otra, ya sean sus últimos lanzamientos, como la recientemente estrenada Aposimz; o recuperando sus grandes éxitos como es el caso de esta Abara o de Biomega, que este mes acaba de empezar su reedición en lo que el sello italiano ha venido a denominar como “Master Edition”.
La primera edición en dos tomos de Abara vio la luz en nuestro país en el año 2009 como parte de las novedades lanzadas por Panini en el Salón del Cómic de Barcelona de ese año. Originalmente la obra fue una idea que se sacó de la chistera el maestro Nihei durante un impasse en la serialización de Biomega en los años 2005 y 2006. Abara se publicó durante ese periodo en la revista Ultra Jump, dirigida a un público más adulto, de Shueisha.
Ahora Panini nos ofrece un integral que incluye una historia extra y declaraciones de Tsutomo Nihei sobre esta particular historia, que no pillará por sorpresa a los seguidores del autor, pero que resultará bastante desconcertante para el resto.
Abara. Cyberpunk a cascoporro
Abara nos traslada a un japón que mezcla partes de su propia mitología y folclore reales con elementos del género cyberpunk que tanto le gusta a Tsutomu. El mundo está plagado de gigantescos mausoleos y hay humanos que súbitamente mutan en una especie de monstruos blancos que se dedican a masacrar al resto de personas. Es de destacar que la violencia tan marcada del autor adquiere un tono primitivo y mucho más brutal de lo que de por sí es capaz.
Será en el momento de la aparición de estos monstruos, que protagonizarán no pocas escenas más propias de un manga de Kaijus, cuando conoceremos a los principales protagonistas de Abara. Por un lado, la investigadora Tada Homi y por otro a Denji Kudo, un chaval que curra en una fábrica pero que tiene la capacidad de cubrir su cuerpo con una armadura biológica (jaja, mira que le gustan estas mierdas al autor), lo que le convierten en la única esperanza posible.
Y ya, no voy a contar más de la trama. Primero porque lo bonito es descubrir la obra por uno mismo y segundo porque (no me importa reconocer), si bien Abara es un tebeo algo más accesible que Blame o Knigts of Sidonia, no deja de estar plagado de las enfermizas ideas de Nihei, por lo que cada lectura que le des a Abara te arrojará conclusiones distintas. Además, es una obra a la que se puede recurrir para pasar un rato desconcertante sin gastar demasiado tiempo, pues la agresiva y frenética narrativa visual de la que hace gala el autor consigue que te acabes el tebeo en un ratejo de nada.
Personalmente, Abara me ha parecido una lectura fascinante. Me flipa mucho cómo Tsutomo Nihei es capaz de trasladar sus sueños y/o pesadillas al papel, consiguiendo esa mezcla de confusión e irrealidad propias del contenido del reino de Oneiros. Abara no es una excepción. Como sucede en Blame o en Biomega, cuando comienzas a leer este manga tienes la sensación de que te estás perdiendo cosas, de que hay algo que no empieza.
Panini define la obra como Ciencia Ficción oscura. En mi opinión es una definición algo simplista. La mezcolanza de ideas que Abara mete en la batidora es mucho más compleja, llegando incluso a aludir a dilemas relativos a la identidad del individuo y su posible o no determinismo. Todo esto llegará aderezado con un portentoso dibujo que otorga un dinamismo a la historia brutal, si bien es cierto que en ocasiones se abusa del sombreado, emborronando la escena más de lo necesario.
Al autor nos gusta cogernos de la mano cuales niños pequeños, llevarnos a lo profundo del bosque y, una vez allí, dejarnos abandonados para que consigamos salir de un laberinto que se nos antoja insuperable. Por lo tanto, si sois de aquellos que disfrutan con los retos seguramente os lo pasaréis como enanos. Ahora bien, si el final de Akira os decepcionó y/o os pareció lioso, mejor no os acerquéis porque Nihei no solo es pretencioso, sino que fijo que se zampa a los lectores más incrédulos.
Avisados estáis.
PD: Sí, me ha encantado.
