Medusa nos trae en tomo de lujo otro de los crossovers-eventos de Valiant, donde se involucran varios de sus personajes. En este caso concreto estamos refiriéndonos a la edición integral de 4001 A.D., un crossover algo peculiar, porque aunque fue un evento salido de las páginas de una de las series regulares del momento, Rai, en lo que es la trama principal solo vamos a tener involucrado a uno de los pesos pesados de la editorial: Eternal Warrior. Pero, como veréis si habéis curioseado el contenido del tomo, tenemos números especiales dedicados a otros personajes, concretamente X-O Manowar, Bloodshot, Shadowman y War Mother. Es estos números especiales se analiza la figura de cada personaje en dicho período temporal.
La trama principal se resume en la rebelión de Rai y su aliada Lula Lee contra Padre, el gobernante de Nueva Japón. Para ello, tendrán que contar con la ayuda de Eternal Warrior, Lémur y la Geomante… Entonces, espera espera espera, si no me suenan ni uno solo de los personajes que has dicho, ¿quiere decir que no voy a enterarme de nada del tomo? Sí, vas a enterarte perfectamente, figura imaginaria que he usado para dar voz a los posibles lectores de esta reseña que anden algo despistados.
Bromas aparte, lo primero que vamos a ver cuando abramos el tomo por el primer número es un resumen de la situación en tres páginas, dibujadas por David Mack. Ahí nos van a explicar qué es Nueva Japón, quién es el Padre y quién o qué es la figura de los Rai. Aquellos que hayáis leído la serie de Rai, editada hace unos meses por Medusa en otro tomo integral, estaréis más familiarizados con estos conceptos, así como con los positrones, androides creados para el servicio de los humanos; y los radis, radicales en contra del uso de dichos positrones. La lectura de dicha serie es recomendable, pero para nada imprescindible. Todo lo que aquí sucede viene explicado perfectamente para poderse comprender de manera independiente.
El tomo está formado por los cuatro números de la serie 4001 A.D. más esos cuatro últimos números de Rai que faltaban y que ya nos comentó Lamastelle en su reseña. Además, también se van intercalando esos cuatro especiales. La verdad es que, al ver cómo estaban ordenados, pensaba que el hecho de ir intercalando las diferentes series, en lugar de colocar todos los números de cada una de seguido, iba a afectar mucho más a la lectura, pero creo que tienen el orden que deben tener, porque en algunos casos aportan información que está colocada donde debe ir. En el fondo, la trama es la que vamos a leer en la serie principal. El resto lo que hace es ilustrar un poco más algunos detalles de dicha sociedad futurista, o de aportar una visión futura de algunos de los personajes que ya conocemos.
Por ejemplo, los números de Rai son una historia en cuatro números de la figura de los Rai, echando la vista atrás a la creación del primero de ellos, Raijin, y pasando por algunos de los más importantes, Sai, Aboto y el Rai que conocemos de su propia serie. El número de X-O Manowar analiza cómo se usó en el pasado la armadura para crear un robot que tendrá mucho peso en la serie principal de 4001 A.D. Bloodshot nos cuenta qué será de los nanitos y del propio Bloodshot en dicho año. War Mother, como nos ha contado Alain en su reseña del tomo aparecido este mismo mes con su miniserie, y que se incluye tanto en dicho tomo en rústica como en este, nos cuenta el origen del personaje, salida de esa sociedad pre-apocalíptica. Me encanta cómo niega precisamente la propia Ana la catalogación de un mundo post-apocalíptico. Todavía no ha llegado ningún apocalipsis, y la lucha es precisamente para que no llegue.
Pero dejo aparte el especial que más me ha interesado, el de Shadowman. Dicho número nos cuenta en su primera página que hubo un intento de invasión de la Zona Muerta a la Tierra y que esa guerra dejó un asentamiento en el que convivían pacíficamente humanos y habitantes de la Zona Muerta. Este número se centra en el intento de rebelión por parte de los humanos para arrebatar esa magia que les permite conseguir recursos que, de otra manera, no podrían conseguir. Y es que precisamente este número es la representación perfecta de lo positivo que le he encontrado a este tomo. Como en otras ocasiones, todo lo que vamos a leer en este tomo se podría haber contado en un arco de cuatro números sin necesidad de contar mucho más. La premisa principal es el enfrentamiento entre Rai y Padre. Pero este evento es diferente en ese aspecto. En mi opinión, triunfa por la desbordante imaginación de la sociedad que plantea, la cantidad de conceptos que prácticamente esquematiza, y de la que ya de por sí podrían salir miniseries de seis números… Y eso es lo que sucede con Shadowman. Me parece muy interesante ese asentamiento en el que conviven ambos mundos, lo que se oculta, lo rápido que se puede desmoronar la convivencia pacífica de siglos.
Lo interesante de la serie Rai y esta 4001 A.D. es precisamente la sociedad que han sabido mostrarnos. Decía Lamastelle en su reseña que es ineludible pensar en Blade Runner. No es la única referencia que se me puede venir a la cabeza, de cualquier buena obra de ficción sobre la eterna (y ficticia) pugna entre humanos e inteligencia artificial: 2001, Terminator, Yo, Robot… o incluso el reciente videojuego Detroit Become Human. Amén de esa relación en una continua cuerda floja, me ha gustado mucho el propio concepto de esa Nueva Japón con sectores específicos a lo Almas de metal/Westworld, y cómo deberá ir sacrificando algunos de ellos, para la supervivencia de esa sociedad flotante.
Cada serie tiene su propio equipo artístico: Matt Kindt y Clayton Cray para 4001 A.D., Kindt y Cafu en los números de Rai, Robert Venditti y Clayton Henry en el especial X-O Manowar, Jeff Lemire y Doug Braithwaite en Bloodshot, Jody Houser, Rafer Roberts y Robert Gill en Shadowman y Fred Van Lente y Tomás Giorello en War Mother. Ninguno destaca para mal, todos hacen un trabajo francamente bueno, aunque tengo debilidad personal por el dibujo limpio y perfeccionista de Cafu y ya he comentado que el especial de Shadowman me ha parecido francamente interesante y con el dibujo más diferente al resto de autores que se han encargado de estos números.
En definitiva, 4001 A.D. Edición integral.
Uno de esos megaeventos-crossovers que hace Valiant de vez en cuando, tal vez el que más va a lo suyo, sin reparar especialmente en que todos los personajes tengan su momento de gloria, y que puede verse casi como un cierre con broche de oro a la serie Rai más que un evento en sí mismo. Un tomo que resulta más atractivo por la cantidad de conceptos que presenta y lo bien que dibuja la sociedad en tan corto espacio que por el enfrentamiento en sí. Tiene sus dosis de aventura y de épica, pero se molesta más en mostrar un futuro creíble y crear un escenario del que podrían salir mil historias más. Una edición muy cuidada, como viene siendo habitual dentro de esta línea, con un tomo de tapa dura con sobrecubiertas, un papel satinado de alto gramaje y una colección de portadas alternativas y bocetos a modo de extras finales.
Lo mejor: La sociedad que plantea. El especial de Shadowman, por lo mismo. El potencial que tiene como escenario este mundo.
Lo peor: Quedarte exclusivamente con la trama y pensar que han engordado innecesariamente el evento con mucha paja.