Saludos, queridos lectores. Hoy nos vamos hasta Holanda, allá por las Provincias Rebeldes de Flandes. A Empel concretamente. Y aprovecho para dejaros un enlace sobre la organización de los Paises Bajos, que a su manera es un pais muy curioso.

Cascaborra nos trae un nuevo tomo (23 van ya) sobre un episodio bélico de la historia de España. En esta ocasion hablaremos del Milagro de Empel, o porqué los holandeses piensan que Dios es español.

Dejadme ponerme un poco en modo Abuelo Cebolleta y contaros que conocí esta historia hace años. En una revista de juegos de guerra. Concretamente como un escenario para una adaptación de un juego de escaramuzas fantásticas a un juego realista. Ey, otros leen poesia en latín :-).

Javier Marquina crea un guión que no pretende ser totalmente histórico. Eso no significa que se haya inventado las cosas, pero si que habrá retocado algunas para que la historia sea más interesante y legible.

Tenemos a 5000 hombres de los Tercios españoles atrapados por los rebeldes holandeses. Sin salida. Sin salvación. Sin esperanza.

Una cosa que hemos de tener en cuenta es que este tomo se centra en el episodio en concreto. Poco más sabemos de otros lugares y hechos excepto lo necesario para ponernos en contexto. Ni se nos cuenta la campaña de ayuda a Holanda ni se nos narra la Guerra de los Ochenta Años. Esto tiene consecuencias narrativas, por supuesto.

Por un lado, la acción puede parecer apresurada e inconexa. Pero por otro lado, la lectura es mucho más rápida y directa. Estamos con estos hombres, atrapados con ellos en ese islote, esperando el fin.

Por supuesto, deberemos hacer un pequeño ejercicio mental para ignorar el hecho de que ya sabemos el final mientras leemos y vemos como la tensión y el dramatismo crecen.

Jaime Infante dibuja lo ocurrido en esa montaña convertida en isla tras la ruptura de los diques. Ey, que no se llaman Paises Bajos por nada :-). Nos trae un dibujo “sucio”, no muy detallado. Reflejo de la confusión y la falta de individualidad de los hombres allí atrapados.

Pero con maestría se nos muestra el contraste entre la narrativa más clásica y la mezcla confusa. La primera, reservada para escenas de diálogos y debates estratégicos. La segunda, para los hombres que cavan trincheras y luchan en la oscuridad.

Hay, naturalmente, ciertas licencias artísticas. Por ejemplo, hay mucho espacio en las viñetas. No nos da la sensación de ver a 5000 personas con su equipo apelotonadas. Pero claro, eso hubiera convertido a este cómic en algo muy ilegible.

Respecto a los detalles históricos, el cómic cumple bien. Podríamos decir que tal vez hay demasiados barcos, pero como las propias fuentes no se ponen de acuerdo en su número, respetaremos las decisiones de los autores. Que para eso lo son :-).

Guillermo Pereira se ha encargado de poner el color. La paleta escogida es muy correcta. Con tonos oscuros y con escaso contraste. Que estamos atrapados en una isla llena de barro y de noche, queridos lectores. El uso de la iluminación refleja la poca luz que dan unas velas. Estamos muy mal acostumbrados a eso de la electricidad y pensamos que todas las viñetas nocturnas deben verse bien.

La edición incluye un texto introductorio del guionista. También tendremos un dosier temático de cinco páginas, para lo que queramos saber más.¿Recordáis lo que comentábamos antes acerca de que el guión se centra en el hecho en sí? Pues aquí tenemos el contexto para completar eso.

Es posible que cuando lleguéis a un par de viñetas os venga a la cabeza un recuerdo. Esto ya lo he visto yo en alguna parte… Si, hay algún homenaje a los cuadros de Ferrer Dalmau.

¿Por qué leer 1585: Empel?

Una lectura rápida de un episodio muy desconocido. El material didáctico extra.

¿Por qué no leer 1585: Empel?

Eres más del estilo francobelga lleno de detalles y con largas historias. Te llamas Filips van Hohenlohe-Neuenstein.