Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Los Vengadores: Vuelta a las esencias

Los Vengadores: Vuelta a las esencias
Guion
Peter David
Dibujo
Brian Level y Juanan Ramírez
Color
Jordan Boyd y Erick Arciniega
Formato
Rústica con sobrecubiertas. 144 páginas. Color
Precio
14,50€
Editorial
Panini Comics . 2019
Edición original
The Avengers: Back To Basics 1-6 USA (Marvel)

Peter David no está en su mejor momento. No se sabe muy bien si es que la edad pasa factura, si tiene que ver con su estado de salud después del ictus que sufrió en 2012 o por ese ostracismo en el que Marvel se empeña en sumir a la vieja guardia (que se lo digan a Chris Claremont), pero es un hecho que desde hace varios años Peter David no llega las cotas de calidad que pudimos verle en Hulk, Aquaman o Factor-X. No es esto óbice para que en algunas de sus últimas obras como Araña Escarlata podamos verle algún retazo de genialidad digno de David de antaño porque incluso con todos los posibles motivos que comentaba, lo de quien tuvo retuvo algo de verdad tiene (aunque sea parcial). En cualquier caso, se echa de menos a ese mordaz escritor y hábil planificador que fue uno de los grandes oasis en el desierto de guiones de los años 90.

Los Vengadores: Vuelta a las esencias

Precisamente porque de vez en cuando sale a la luz aquel guionista que recordamos, su nombre suele ser suficiente motivo para acercarse a sus obras y así es como llegamos a 100% Marvel. Los Vengadores: Vuelta a las esencias. Aquí vamos a ver cómo a través de unas gafas de realidad virtual, Kamala Khan visita distintos momentos de la historia de los Vengadores. Asistiremos al Ragnarok, una historia con skrulls (o algo así) o el primer enfrentamiento con Hulk y Namor.

Los Vengadores: Vuelta a las esencias surge de una colaboración entre Marvel y Comixolgy y fue publicado orginalmente en digital, lo que ya nos da algunas pistas. Una vez leído, la sensación es de que esa vuelta se refiere sobre todo a un regreso a la sencillez de aquellos primeros tebeos de Los Vengadores, más allá de la revisitación a su historia. La idea parece ser introducir a nuevos lectores a la continuidad de los héroes más poderosos de la Tierra. Paradójicamente este tebeo rema totalmente en contra de la continuidad oficial, ya que pese a su espíritu arqueológico, las licencias con los trajes y otros muchos detalles son abiertamente notorias. Si además le sumamos la presencia de Kamala Khan como hilo conductor y la frecuente sobreexposición y simpleza de planteamientos con la que nos encontramos en no pocos momentos, parece claro que Los Vengadores: Vuelta a las esencias es un tebeo no sólo para lectores nuevos, sino también jóvenes.

Los Vengadores: Vuelta a las esencias

Con todo esto, no dejamos de encontrar alguna que otra nota de ese humor característico de Peter David e incluso se las apaña para establecer una trama global común a todas las historias en una estructura que deja poco lugar a ello. Sin embargo, parece claro que se trata de un trabajo de encargo muy constreñido a un determinado público donde Peter David es profundamente desaprovechado. El Exceso de simpleza y el tono inocentón limita hiere de gravedad la mordacidad y la capacidad constructiva del guionista de Maryland, que deriva en un resultado desganado y falto de brillo.

Tampoco es que tenga demasiada suerte con los dibujantes. Brian Level no termina de acertar con el acting de sus personajes, que parecen fuera de tono con la acción y restan contundencia la interacción ellos, uno de los mejores talentos de Peter David. Del mismo modo tenemos a un Juanan Ramírez, que si bien en su segundo número parece coger el tono y termina por apuntar maneras, comienza con un primer número que huele a prisa dada su irregularidad e indefinición estilística.

Los Vengadores: Vuelta a las esencias

Los Vengadores: Vuelta a las esencias no es un mal tebeo. De hecho cumple su función y se desmarca como un tebeo muy indicado para que los más jóvenes se introduzcan en la mitología de los héroes más poderosos de la Tierra, pero tener a un Peter David encorsetado y relegado a proyectos de este tipo deja irremediablemente un sabor amargo.