A estas alturas, nadie pone en duda que el autor definitivo del Castigador no es otro que el guionista irlandés Garth Ennis. Pero Ennis no desembarcó en solitario en la serie de Frank Castle: vino de la mano de el que fue su compañero de correrías durante muchos años en varias series, el dibujante Steve Dillon, con el que había firmado la mejor etapa de Hellblazer y el bombazo comercial de Predicador. Dillon abandonó la serie durante su etapa en Marvel Knights, que terminó Ennis en solitario, y posteriormente llevó al personaje hasta la línea Max, escribiendo sesenta de los mejores cómics del trastornado justiciero entre 2004 y 2008. Pero el personaje es demasiado potente, y Steve Dillon volvería a él, ya sin Ennis, en dos ocasiones. La primera, entre 2010 y 2010, con Jason Aaron al guion. Y la segunda y última, en 2016, junto a Becky Cloonan en el que sería el último trabajo de su vida, que se recoge en este En la carretera.

Secret Wars, el evento de 2015, supuso un soft reboot del Universo Marvel. Algunas series sufrieron ciertos cambios menores, otras siguieron exactamente igual que antes del evento, pero la verdad es que la única variación reseñable de continuidad fue que Miles Morales desembarcó en la Tierra-616. A nivel creativo, se aprovechó para cambiar el equipo creativo de algunas colecciones: en Los Vengadores se cambió a Jonathan Hickman por Mark Waid, en Daredevil Mark Waid dejó paso a Charles Soule, en Hulk, Gerry Duggan salió de la serie con Bruce Banner y en su lugar entraron Greg Pak y Amadeus Cho. Y en el Castigador, Nathan Edmondson y Mitch Gerads fueron sustituidos por Becky Cloonan y Steve Dillon.

Como comentábamos al principio, Dillon fue una gran elección para ilustrar la nueva serie del personaje, incluso sucediendo a un dibujante tan dotado como Mitch Gerads. Era un artista muy querido por el fandom y además es uno de los primeros artistas que vienen a la cabeza cuando pensamos en Frank Castle. En cambio, Cloonan no parecía la mejor de las opciones. Es una autora que asociamos a títulos independientes (Demo, The true lives of the fabulous Killjoys) o a series más amables (Gotham Academy). El Castigador no entra en ninguno de estos grupos.

En esta historia, Castle descubre una operación de tráfico de drogas a la que quiere poner fin. Pero no es una droga recreativa al uso que convierta a ciudadanos funcionales en despojos humanos que acaban delinquiendo para pagarse el vicio: la EMC es una sustancia que  hace que quien la inhale, voluntaria o involuntariamente, se convierta en una máquina de picar carne que se lanzará con furia asesina a quien la tenga por delante, lo que hace que tenga una cierta utilidad en aplicaciones paramilitares. A este cóctel hay que añadir un monstruoso asesino en serie, dos agentes de la DEA que, como representantes de la ley que son, la retorcida moral de Castle no le permite acabar con ellos pese a que sean un estorbo para su misión, y un ex compañero de tiempos pasados de Castle que ha seguido un camino que le ha apartado de lo correcto. El resultado final es una historia del Castigador contra una organización criminal que hemos visto ya un buen puñado de veces y en algún momento da la sensación de estar escrita un poco con plantilla.

Hay que decir que Steve Dillon está, en estos últimos momentos de su vida, francamente inspirado. Sabiendo el tipo de dibujo que llevaba haciendo las últimas dos décadas y media, no nos va a sorprender, pero está a un nivel que no tiene nada que envidiar a lo que hizo antes de estar terminal. Incluso en algún momento nos presenta algunas páginas con un nivel de detalle superior a lo habitual en él. La versión que tenemos aquí de Frank Castle es mucho más fría, más desprovista de emociones que en las series más humorísticas de Marvel Knights, acorde con la historia que escribe Cloonan.

El guion es quizás la parte más floja del tomo. Aunque la autora italoamericana ha firmado varias obras muy interesantes a lo largo de su carrera, en este volumen está intentando ser Garth Ennis para intentar replicar el éxito, creativo o de ventas, que tuvo la sinérgica pareja entre el guionista y el dibujante que le acompaña en este tomo. El asesino en serie está sacado directamente de las páginas de Predicador, la versión que vemos del Castigador aquí es la del veterano de guerra más trastornado que vimos en la serie MAX, tenemos una dosis de personajes secundarios patéticos y nos intentará revolver las tripas con lo que uno de los personajes hace con su hija. El tebeo está bien escrito, pero da demasiada sensación de estar intentando ser otra persona, de estar hablando con una voz que no es la suya.

El Castigador de Becky Cloonan fue publicado por Panini en tres tomos en tapa dura de la línea 100% Marvel HC en 2017. En el último par de meses, la editorial ha redistribuido los dos primeros, estando anunciado en el boletín de novedades de este mes de agosto el tercero. Es de suponer que no vendió especialmente bien en su día, pero esta es una buena oportunidad de darle una oportunidad a un cómic que, sin ser brillante, es una lectura más que correcta.