¿Por qué empezaste a escribir sobre cómics?
La razón por la que empecé a escribir cómics es, en parte, porque he sido una fan de los cómics desde siempre, y en parte porque surgió la oportunidad. Quise escribir cómics desde que era muy joven pero nunca creí que me ganaría la vida con ello. Era peluquera, y después de dedicarme a esto durante un tiempo me sentí insatisfecha, así que empecé a escribir algunos artículos en tono de parodia en internet. Después escribí cosas para Simpsons Comics y acabé trabajando para Marvel y DC.
¿Cuáles fueron tu primeras influencias cuando empezaste a escribir? ¿Había algún escritor al que quisieras parecerte?
No diría que quisiera ser como ningún escritor. Soy una lectora muy ecléctica: leo cómics, leo libros de historia, leo novelas… leo prácticamente cualquier cosa que cae en mis manos. Pero sí que tengo influencias, sobre todo de escritores de terror, como Stephen King, Lovecraft, Edgar Allan Poe, pero también Alan Moore, Grant Morrison, gente que escribe chistes para Saturday Night Live… la inspiración puede venir de cualquier parte, y nunca he intentado ser como nadie. También aconsejo a otros aspirantes a escritores: “No intentéis ser como ningún otro. Sed vosotros mismos y encontrad vuestra propia voz”.
¿Qué habrías hecho de no trabajar en la industria del comic?
No pude acabar la universidad porque no me lo podía permitir, así que fui a la academia de peluquería. Pero siempre lamenté no haber terminado, incluso aunque regresara a la universidad, lo único que quiero hacer ahora es escribir cómics. De modo que estoy en una posición en la que soy realmente feliz. Puedo viajar por todo el mundo, ver trabajos de gente de otros países, tener otras visiones… No se me ocurre ninguna otra cosa que preferiría hacer. Escribo cosas para televisión, de vez en cuando escribo algún guion para cine, videojuegos o algo así. Pero soy muy feliz de poder hacer lo que estoy haciendo ahora. No haría ninguna otra cosa.
¿Dónde te gustaría jubilarte?
Mi sueño, si algún día me jubilo (que es algo que no puedo imaginar, no querer escribir), sería ir a un país, quedarme unos cuantos meses, escribir sobre eso, ir a otro país… Así que creo que no tengo el deseo de quedarme en ningún sitio en especial. Aún no he visto suficientes lugares.
¿Quién es es tu mejor amigo en la industria del cómic, y con quién te gustaría llevarte mejor?
Mi mejor amigo en el sector es Mark Waid, que escribió Kingdom Come entre otras cosas. Ya éramos amigos antes de dedicarme a escribir cómics, de modo que en los últimos 7 años, más o menos, hemos desarrollado una muy buena amistad. Y, no sé, creo que sería interesante ser amiga de Alan Moore.
(En este momento, le enseño el dibujo que Mark Waid nos hizo el año pasado y reímos, comparándolo con el de Jim Lee)
Con JLU y Tomb Raider has dado tus primeros pasos en el mundo de la animación. En la actualidad, cuando guionistas de cine, televisión y cómic intercambian papeles, ¿estás estudiando más proyectos en cine, TV y videojuegos?
Ya he trabajado en videojuegos a pequeña escala, he trabajado varias veces en animación, he hecho cosas en publicidad… Soy una de esas escritoras a las que si vienes con un proyecto en el que nunca haya trabajado antes, que suene interesante, y que nadie más quiera hacer, probablemente te diga que sí. Sólo porque me gusta el desafío, y como narradora es divertido jugar con diferentes géneros y ver cómo se desarrolla una historia. Son todos diferentes, aunque todos consistan en contar una historia, hacer encajar las piezas y que la historia llegue al público. De modo que para mí, no puedo imaginarme no escribiendo cómics porque me encanta ese medio. Pero si tuviera la oportunidad escribiría una novela, haría muchas cosas en las que aún ni siquiera he pensado.
Eres conocida sobre todo como escritora de personajes femeninos. ¿Es una etiqueta de la que te sientes orgullosa, o por el contrario es algo que te molesta?
Cuando empecé a escribir cómics me propuse no ser una escritora de Wonder Woman, no ser una escritora de libros para chicas, porque sabía que me etiquetarían como una mujer que sólo escribía sobre mujeres. Así, al principio escribí cosas como Masacre, que tiene mucha carga de testosterona (RISAS). Pero cuando escribí Aves de Presa por primera vez, hice que apareciera Wonder Woman en el primer número, e instantáneamente recordé cuando era una jovencita y cuánto me gustaba y lo que había significado para mí, y me encantó escribir esa escena. Así que posteriormente he escrito otras cosas como Superman o Los Seis Secretos, que también contienen mucha testosterona y hombres musculosos, al igual que mujeres sexys. Siento que ahora la gente sabe que puedo hacerlo, que me encanta escribir estos personajes y que ya no me importa en absoluto si es un personaje masculino o femenino con tal de que sea un personaje genial, interesante y sobre el que el público quiera leer. Con tal de no estar escribiendo personajes femeninos eternamente, no me importa. Me siento orgullosa cuando se me acercan mujeres en las convenciones y me dicen que quieren escribir cómics. Es algo que no había ocurrido hasta hacía poco, al menos no a esta escala. Incluso cuando estoy en lugares como Singapur se me acercan mujeres jóvenes diciendo que quieren ser escritoras de cómics y escribir sobre superhéroes. Antes, las mujeres que querían entrar en la industria del cómic a menudo solía ser en editoriales independientes. Así que estoy muy orgullosa de eso, y de que haya hombres a los que les encanten los personajes femeninos que escribo, porque me esfuerzo mucho en escribir personajes femeninos sólidos y bien definidos, con muchas dimensiones y mucha variedad entre personajes, y los lectores masculinos responden bien ante eso. Estoy orgullosa de poder escribir un cómic con un reparto mayoritariamente femenino y que tenga éxito, y que las mujeres sean amigas y que no tengan que pelearse por los hombres. Y también me enorgullezco de haber demostrado que los personajes femeninos tienen un valor y que la razón por la que existen en el mundo de los superhéroes no es ser únicamente compañeras del héroe varón, alegrar la vista y cosas así.
¿Podrías nombrarnos algún otro autor que, en tu opinión, sepa contar historias desde un punto femenino?
Hay tantos escritores geniales en la industria ahora mismo, en Estados Unidos, con los que estoy más familiarizada, y que me vienen a la mente, como Marc Andreyko, Alan Moore, Grant Morrison, Mark Waid, Greg Rucka, Ed Brubaker…
Escribiste Action Comics, dibujado por John Byrne, y también Teen Titans, con Rob Liefeld. ¿Fuiste capaz de domar sus egos?
(RISAS) En realidad, trabajar con John Byrne en Action Comics fue algo increíble. No intentó ser el escritor del cómic, lo cual fue algo asombroso. Cuando me lo encargaron, me quedé sorprendida, y me pregunté “¿Para qué me necesita John? No lo entiendo”. Y habiendo sido una fan suya durante tanto tiempo, fue muy divertido, y las cosas que hacía en África, y todo lo que yo había escrito, él lo dibujaba con una narración tan limpia que no hubo ningún problema en absoluto. Al trabajar con Rob Liefeld, no creo que fuera un problema de tratar con su ego, es sólo que dibujaba lo que él quería dibujar, y a mí me encantaba. Me lo pasé bien, aunque no es la obra de la que me sienta más orgullosa.
¿Escribiste estas obras teniendo en mente al dibujante, para que dibujara lo que a él le gustaba, o las escribiste sin importarte quién las iba a dibujar?
Si sé quién va a dibujar el tebeo, escribo con el dibujante en mente, porque algunos dibujantes son más conocidos por dibujar increíbles escenas fantásticas, otros lo son por sus escenas emocionales, escenas más tranquilas, splash pages… Es realmente diferente y me ayuda mucho saber quién va a dibujar, así puedo hacerles felices dándoles las cosas que les gusta dibujar. Porque se trata de una colaboración, lo mires por donde lo mires, y tenemos que disfrutar del trabajo los dos.