Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Zot!

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Zot! 1987-1991. Edición integral en blanco y negro
Scott McCloud

Tapa dura con sobrecubierta
35.00 €

La obra superheróica del maestro Scott McCloud

Zot es un superhéroe optimista, habitante de un mundo paralelo al nuestro, lleno de buenas intenciones y bondad. Cuando el chico viaja hasta nuestro planeta, descubre el lado oscuro de los seres humanos y, por ello, decidirá combatir el crimen enfundado en su traje rojo. No todo será malo para Zot en esta dimensión, ya que conocerá el amor gracias a la inteligente Jenny.

El autor y teórico Scott McCloud (El Escultor, Entender el Cómic), afirma que su mayor influencia para escribir esta obra fue Astro Boy de Osamu Tezuka. Así, se convierte en uno de los pocos cómics norteamericanos de superhéroes inspirados en el manga japonés.

Scott McCloud (Boston, 1960). Multigalardonado autor de Entender el cómic, Reinventar el cómic y Zot!, así como de otros muchos cómics de ficción y no ficción gestados a lo largo de más de treinta años de trayectoria profesional. Fue impulsor del fenómeno Un cómic en 24 horas (24-hour comic ), y suele impartir conferencias regularmente sobre el poder de los cómics y la comunicación visual. Sus trabajos y relatos se han traducido a veinte idiomas, y muchos de ellos pueden encontrarse en la web www.scottmccloud.com. En 2015 regresa con El Escultor, una novela gráfica sobre un deseo llevado al extremo.

Zot! fue para mí durante muchos años una asignatura pendiente. Me fascinaba esa portada de un niño con traje rojo y un rayo amarillo en el pecho, volando con una pistola en la mano. Prometía acción y aventuras a espuertas. Siempre pensaba “algún día tengo que hacerme con esto”. Era como esa película cuya carátula siempre ves en la estantería del videoclub. “Algún día me la llevo”, piensas. Pero siempre acabas llevándote otra a casa y dejando ésa para otra ocasión. Y eso me ocurrió con Zot!, hasta que un día dejé de ver el tomo por ahí. Agotado, descatalogado… A veces se reeditaba, por alguna otra editorial, y pensaba “ahora sí que me lo pillo”. Pero volvía a ocurrirme lo mismo. Muchas veces era el miedo a una edición incompleta. Me horroriza gastarme dinero en una edición en la que falta material o de la que sólo sacan el primero tomo… y del segundo nunca se supo. Ahora, con esta edición integral de Planeta Cómic (que tampoco es integral INTEGRAL, pero es lo siguiente mejor), he acabado por picar.

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Lo primero que me llamó la atención fue el diseño y la falta de color de la portada. ¿Dónde estaba el traje rojo? ¿Dónde la sensación de aventura que prometían esas portadas a todo color? Aquí sólo vemos a una pareja de jóvenes mirándose a los ojos. Lo único que da cierta sensación de acción es el logotipo del título, con ese rayo y ese signo de exclamación. De no ser por eso, podría pasar por “una de esas aburridas novelas gráficas autocomplacientes”. Pero una vez leído el contenido, entiendes perfectamente la elección de la imagen de la portada, y entiendes también que no es un tebeo que te haya de enganchar por la portada, sino que está dirigido a gente que lo conoce, que sabe quién es el autor, y que sabe exactamente lo que se va a encontrar dentro.

Una vez, un buen amigo trataba de explicarme de qué iba Buffy Cazavampiros. Yo había visto varios episodios en TV, y me parecía una serie para “frikis, pajilleros y enanos mentales” (sí, así se lo dije). Y él me decía que Buffy era una serie “sobre la vida”. “Mira”, le respondí, “no tienes que justificarte por ver esa serie. Si a ti te gusta, me parece bien, pero no me vengas con mierdas”. Ahora me como mis palabras. No por la serie, que me sigue pareciendo una niñería sobrevalorada, sino por Zot! Porque Zot! no es un cómic de superhéroes. Es una crónica sobre la adolescencia, sobre tener que elegir entre seguir siendo un niño y pasar a la edad adulta, con la madurez que conlleva. Sobre las angustias adolescentes del “nadie me entiende”, “quiero irme de este mundo”, “me gusta fulanito/a”. Es una serie sobre las frustraciones, las inseguridades, el despertar sexual, la insatisfacción adolescentes. En este aspecto, el personaje de Zot no es más que el recurso alrededor del cual giran las verdaderas historias de esta serie.

Pero vayamos por el principio.

Zot! es la historia del joven héroe Zachary T. Paleozogt, que vive en una realidad paralela a la nuestra, donde el mundo se ha quedado congelado en 1965. Pero no el 1965 que conocemos, sino el futuro que se soñaba en esa época, con coches voladores, grandes espacios abiertos, edificios imposibles y, sobre todo, un constante optimismo, al haberse erradicado casi por completo la violencia, las guerras y el hambre en el mundo. En esta realidad, Zot es un héroe que irradia optimismo, que no puede ser vencido porque nunca se ha planteado que se le pueda vencer. Un héroe querido por todos, adorado por la multitud, y cuya identidad civil no es ningún misterio. En un viaje entre realidades, Zach conoce a la joven Jenny Weaver de nuestro mundo, y ella queda prendada de su belleza, de su inocencia, su optimismo. Siente que es imposible ser infeliz junto a Zach, y hace todo lo posible por abandonar nuestro mundo de maldad e iniquidades para irse con él a su realidad donde los cielos siempre brillan y la bondad se palpa en el aire. Pero no todo es tan fácil.

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Puesto que aquí se recogen los números 11 al 36 de la serie regular, al inicio de este tomo Zach y Jenny ya se conocen. Zot ha tenido que volver a su dimensión, pero le ha dejado a Jenny un colgante en forma de rayo que sirve de rastreador, de manera que Zot siempre sabrá dónde encontrarla. Jenny está coladita por Zach, pero éste está más ocupado siendo Zot que correspondiendo a Jenny. Al menos, en las primeras aventuras. La primera mitad del tomo recoge el primer encuentro ambos jóvenes, y nos presenta a la galería de villanos, peligrosos algunos, entrañables otros. Pero a la segunda mitad, nuestro héroe se queda atrapado en nuestra dimensión, sin posibilidad de regresar, y es aquí donde la serie despega, y pasa de ser un cómic de aventuras desenfadadas a una lección magistral acerca de la vida adolescente, el despertar sexual y las responsabilidades del progresivo paso a la edad adulta. Así, cuando Jenny es incapaz de decidirse entre dos chicos (el inocente y atractivo Zach y el más maduro y sensible Woody), lo que realmente nos está transmitiendo el autor es la encrucijada que supone la adolescencia: seguir siendo un niño o crecer y convertirse en adulto.

Conoceremos a la pandilla de amigos inadaptados de Jenny: jugadores de rol, lectores de cómics, torpes sociales que encuentran en su mutua compañía la mejor manera de enfrentarse al rechazo del resto de la sociedad. No tienen vidas perfectas, pero tampoco cargan a sus amigos con el peso de sus problemas. Se apoyan entre sí, pero ninguno se hace la víctima. Aquí Zach es sólo un miembro más de la pandilla, deja su protagonismo en un segundo plano, y éste se reparte entre el resto de chicos. Los temas raciales, el divorcio de unos padres, la homosexualidad, son tratados aquí de frente y sin ocultar nada (lo que le valió al autor tanto alabanzas como algún que otro desaire), y es lo que ha hecho de Zot! una obra de culto.

Scott McCloud es uno de los más reputados teóricos del arte secuencial (aquí tenéis la reseña de uno de sus ensayos). Es un narrador excepcional y domina todos los recursos a la hora de contar una historia en viñetas. Aunque estas historias tienen más de 25 años, y aquí McCloud no deja de ser un autor primerizo, ya demostraba un oficio envidiable, tanto en su estilo de dibujo (clásico y academicista, sin aspavientos gráficos) como en las historias y los temas que trataba. Donde mejor podemos apreciar esto es en las últimas historias del tomo, especialmente en “La Conversación” (Zot! #35), donde Jenny y Zach hablan sobre mantener relaciones sexuales por primera vez. A lo largo de las 18 páginas de esta historia, los personajes no salen del dormitorio, sólo hablan de lo que sienten, expresan sus deseos y sus inseguridades. Pero McCloud lo hace con tal sensibilidad, y dibuja de manera tan convincente las expresiones de los dos adolescentes, que es difícil no pensar que él mismo tuvo esa conversación alguna vez con una chica.

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La edición de Planeta Cómic, además de recoger estos 26 números en blanco y negro, incluye los artículos de Scott McCloud de la edición integral USA, y deja la puerta abierta a republicar las historias a color y algunos complementos no recogidos en este tomo (os recomiendo la novela gráfica online, diseñada en baja resolución para que nunca sea reproducida en papel). Si aún no le habéis dado una oportunidad a este gran cómic, no lo dejéis escapar ahora. No os lo perdonaríais nunca.