Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Wáluk 3 La ruta del can mayor de Emilio Ruiz y Ana Miralles

Wáluk 3 La ruta del can mayor de Emilio Ruiz y Ana Miralles
Guion
Emilio Ruiz
Dibujo
Ana Miralles
Tinta
Ana Miralles
Color
Ana Miralles
Formato
Apaisado. Cartoné. 64 páginas.
Precio
15 €
Editorial
Astiberri Ediciones. 2019

Que por lo general llevamos una vida de locos que nos hace ir de un lado para otro como pollos sin cabeza y nos impide pararnos un momento a disfrutar de las cosas es un hecho incuestionable. Nos dejamos arrastrar por la vorágine y el tiempo pasa haciendo que nos perdamos muchas oportunidades por no pararnos a observar. Y ustedes me dirán ¿qué narices tiene que ver esto con una reseña? Pues muy sencillo: Wáluk es de los pocos tebeos que consiguen que me pare, me siente, me prepare algo de beber y no tenga prisa alguna por terminarlo. Es más, cuando lo acabo suelo volver a empezarlo y pasar las hojas para disfrutar de nuevo de la preciosa obra de Emilio Ruiz y Ana Miralles.

La ruta del can mayor es ya el tercer álbum de las aventuras los osos polares Wáluk y Esquimo. Para quienes no conozcan la obra, decir que trata de la vida en el ártico de estos animales, que además de ser un tebeo perfecto para los más pequeños e ideal para leer junto a ellos, es igualmente válido para un público adulto. En él, Ruiz y Miralles realizan una oda al mundo animal, a la naturaleza y a la madre Gaia. Sus personajes, dotados de sentimientos y palabras, viven un sin fin de aventuras, que sirven tanto para enternecernos como para servir de protesta contra los maltratos que sufren y la destrucción de sus hábitats naturales por parte del hombre.

waluk

Esta fábula (que pone en evidencia la crueldad del ser humano en contraposición a la bondad inherente de muchos animales) comienza en este tomo con Wáluk y Esquimo encontrándose con un dron que pretendía estudiar las costumbres de los osos. Al final esta circunstancia acaba causando más problemas a los oseznos que cualquier otra cosa. Aquí Miralles inserta una buena y sutil metáfora de la interferencia del hombre en el reino animal, aunque está contando de manera tan tierna y graciosa que la resolución de este conflicto nos hará soltar más de una sonrisa de complicidad gracias a la participación del búho Uhuapeu que ayudará a Wáluk y Esquimo, con la condición de que les ayude a salvar a un grupo de perros de trineo que van a ser sacrificados por su amo.

Como si se tratase de aquellas películas de la factoría Disney de los 80 y 90 en los que un grupo de animales (domésticos o salvajes) tienen que salvar el día, aunque también con influencias de las creaciones de Don Bluth o Jim Henson, Wáluk emprenderá la complicada misión de salvar a unas víctimas que son incapaces de considerar que un amo al que han servido fielmente y sin miramientos les quiera causar algún daño. Miralles deja en evidencia una vez más la crueldad con la que a menudo son tratados los llamados mejores amigos del hombre. Más crítica y protesta enmascarada en unos dibujos jodidamente bonitos.

Y llegamos al dibujo de Ana Miralles. Me parece asombroso cómo dota de vida a los animales protagonistas de Wáluk. Respetando unas proporciones tremendamente acertadas, éstos casi parece que vayan a escaparse de las viñetas y a hablar con nosotros. El formato apaisado de la edición en tapa dura de Astiberri que tiene la obra es ideal para que pueda plasmar la narrativa de la acción de Wáluk, Esquimo y el resto de animales. Para rematar, el color es sencillamente sublime. Me llama mucho la atención cómo resulta llamativo y vivo cuando, recordemos, toda la acción se desarrolla en los blancos páramos del ártico. Los dibujos de Ana se apoyan en la historia planteada por el guionista (y marido de la dibujante) Emilio Ruiz. Juntos forman un tándem que se entiende y complemente a la perfección. No en vano, y si no me equivoco, Ana ha ilustrado todos los guiones escritos por Emilio.

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Esperemos que las aventuras de Wáluk continúen durante mucho tiempo más. Tebeos así son necesarios, sus páginas ayudan a evadirse a la par que sirven como vehículo de concienciación sobre lo que estamos haciendo con el mundo animal y natural del Planeta Tierra. Quizás si los que mandan leyesen obras como esta, otro gallo nos cantaría.

Imprescindible.