Es la hora de las tortas!!!

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¡Viñetas y… acción! 10: Punisher

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A finales de los años 80 pudimos ver una cinta de Punisher en todos los videoclubs del país. Casi veinte años más tarde el personaje volvía a primera línea con una película de acción real, una serie de cómics a cargo de Garth Ennis y un videojuego de acción que era una pasada ¿Qué podía salir mal? Pues la película, siempre la cagan con la película.

El tráiler ya daba cosita. Mucho mar, muchas palmeras y mucho sol. Todo lo contrario a la mugre, la noche y los callejones oscuros que uno podría esperar de una película del Castigador. La razón por supuesto fue ahorrar, que Florida es más barato que Nueva York. Pero porque no se fueron a rodar a Boston, a Detroit o cualquier sitio de esos que en Hollywood nos venden como Nueva York, pero que no es Nueva York ¿quién sabe?
Vale que solo contaron con 15 millones de dólares (un presupuesto ridículo), pero en Estados Unidos recaudó el doble y a eso hay que sumarle otros 20 a nivel mundial y casi el doble en cuestión de ventas de DVD. El mercado local se vio beneficiado de una edición extendida con casi quince minutos más de metraje y una escena eliminada por cuestiones de presupuesto y que fue incluida en formato animado.

Una pena que el resultado fuera este. Punisher es un personaje fácil de llevar al cine, podrían haber hecho una película de acción urbana como León el Profesional, Jungla de Cristal o Arma Letal. No era tan difícil. Pero no parece que tuvieran muy claras las cosas desde la productora. Finalmente la película llevó el sello de Lionsgate Films, pero los derechos del personaje fueron durante mucho tiempo de Artisan. Una pequeña productora que también contó con la propiedad intelectual de Man-Thing, Moon Knight, Black Panther o Iron Fist. De hecho, de éste último se rumoreó durante mucho tiempo una película protagonizada por Ray Park, el Sapo en X-Men o Darth Maul en The Phantom Menace.
La película es infame, una mierda como una casa. Es lenta, insufrible y sobre todo es absurda. Empieza con unos títulos de crédito animados bastante competentes y un score de Carlo Siliotto, que es muy bueno pero que luego solo aparece esporádicamente durante la cinta y que tiene pasajes especialmente alegres para el tipo de cinta que nos encontramos.

El mayor problema que se le puede achacar es que el guion es insufrible y está lleno de agujeros. Lo firma Jonathan Hensleigh (esposo de la productora Gale Ann Hurd, quien a su vez ha producido o ha estado involucrada en la mayoría de las películas de superhéroes de la primera década de este siglo), autor también de libretos de cintas como “El Santo”, “Jungla de Cristal: La Venganza” o “Armaggedon”. No conforme con firmar esta aberración, también la dirigió. “The Punisher” fue la primera película donde desempeñó el papel de realizador y desde entonces ha repetido ese rol solo en dos ocasiones y no parece que lo vaya a repetir muchas más.
En esta versión de Punisher. La familia de Frank Castle es asesinada a lo bruto. Toda la familia, más de 40 personas, mientras están reunidas en una reunión familiar en Puerto Rico. Esto es debido a que el hijo pequeño de Howard Saint muere en una operación en la que Castle está trabajando encubierto. Ya no tenemos un asesinato fortuito por estar en el lugar equivocado como en el material original. Este hecho le resta dramatismo al origen del personaje ya que tal y como nos venden la película el objetivo de Punisher es simplemente vengar a su familia y no castigar el crimen. Pero claro, en lugar de armarse hasta los dientes y no dejar a nadie vivo (que siendo sinceros, es lo que queríamos todos), el guionista se monta una trama absurda en la que Frank va desmontando toda la estructura económica y social de Howard Saint.

La cinta dura dos horas que se hacen eternas. Hay poca acción, la casi total ausencia de sangre resulta molesta, cosa que no entiendo porque la calificación de la cinta es una rotunda R. Por poneros algunos ejemplos, Punisher hace que Saint se cargue a su lugarteniente y a su esposa con unos planes muy rebuscados. Para ello logra que todo el mundo desconfíe de los demás y si para ello tiene que usar una boca de incendios de quita y pon, pues se usa. No le miréis así, que seguro que vosotros también tenéis una en casa. Volviendo al tema de la acción, Frank Castle no llega a sudar para matar a un solo de los cacos. Salvo al Ruso.
Y es que este Punisher resulta bastante alejado de los tebeos. La calavera casi no se ve y encima el villano es creado para la ocasión. Hay pocos elementos sacados de las viñetas. El más destacado es el Ruso, cuya pelea con Castle es casi calcada al cómic. Luego tenemos a los tres vecinos de la maxiserie “Bienvenido a casa, Frank”. El gordo es Mr. Dumpo, en mi opinión le faltan kilos. A Dave lo interpreta Ben Foster, que un par de años más tarde sería El Ángel de la inefable “X-Men 3”. La peor de todas es Joan, a quien le da vida Rebeca Romijn, su personaje es sexualizado hasta el ridículo y apenas se parece a la frágil y temerosa Joan dibujada por Steve Dillon. Lo mejor a esto fue la respuesta de los productores en plan: “eh, que Rebeca es demasiado sexy para darle un papel de pánfila”… corramos un estúpido velo.

Otro asunto muy molesto es la casi ausencia de sangre, para todos los tiroteos y explosiones que hay, la hemoglobina apenas aparece. Hay fallos de raccord insultantes y tenemos un todoterreno que cuando atropella a la familia de Castle desaparece en un embarcadero unidireccional y zas, al segundo aparece por un camino que existía. Pero lo más insultante es que todos los personajes son unos completos inútiles. Frank Castle se pasea por las instalaciones de los malos como Pedro por su casa (¿hola, cámaras de seguridad?), todo el mundo sabe dónde vive y Howard Saint va mandando poco a poco a los malos a su casa en lugar de todos a la vez. Frank llega de Puerto Rico a Florida por arte de magia (o quizás nadando, a estas alturas de la película ya importa bien poco). Con lo fácil que era acabar con un Frank Castle que además está borracho media cinta…
La película es una mierda. Su director es un negado. Los actores son lo peor. Thomas Jane parece que ha estudiado en la escuela Steven Seagal para expresiones faciales. John Travolta está exagerado a más no poder y el traje no disimula que ya estaba demasiado fondón como para imponer una mierda. Del resto, ni me apetece hablar.
Como pasó con Daredevil, lo mejor es la banda sonora. Un temazo llamado “Broken” de la banda Seether y la voz de Amy Lee de Evanescence.

Por último y sin que sirva de precedente. Os dejamos con unos premios a lo mejor de la cinta.
Premio a la agilidad felina para Frank Castle y su capacidad para colarse en casas ajenas.
Premio a la tortura más cuqui para Frank Castle y sus polos de hielo.

Premio al villano más cariñoso para el cantador que le toca una baladita a Frank antes de tratar de cargárselo.

Premio a la perspicacia para Quentin Glass. Solo le hizo falta recibir tres puñaladas para darse cuenta que Travolta quería matarlo.

Os dejo un bonus track. Un cortometraje donde Thomas Jane volvía a ser Punisher y que tiene el tono exacto que debería haber tenido el filme.