Saludos, queridos lectores. Waterloo ha terminado. Napoleón ha sido derrotado. La guerra ha terminado y es hora de que los veteranos vuelvan a su hogar. Uno de ellos es el coronel Brunoy.
El coronel ha sobrevivido a la guerra y a una horrible herida en la cabeza. Saludado con alegría por su familia y amigos, solamente tiene un problema:
¡No recuerda ser él mismo, sino otra persona con otro nombre!
Estamos ante un tomo que nos ofrece los dos tomos que cuentan esta historia. Una historia que me ha cautivado y he leído del tirón. Una historia de intriga, suspense, emoción y búsqueda de la verdad.
El guión de Giroud nos muestra una historia que al principio se nos muestra tan confusa como lo es para el protagonista. Un hombre que no está seguro de quién es. Que teme haber perdido la memoria. Que quizás es un hombre que huye de su pasado y se ha creado una nueva personalidad. Y que ve como todos saben y piensan que él no es el él que él piensa que es.
¿Podemos imaginar lo que sentiríamos en esa situación?
-¿Lamastelle-san? Pero que dices, hombre. Tú eres Alain y todos lo sabemos. Quizás ese golpe al caerte de la moto te ha afectado, Alain…
No dejéis, queridos lectores, que las primeras páginas del cómic os engañen. No estamos ante un drama social costumbrista estilo Los Miserables. Estamos ante una obra que es a la vez de suspense, de historia, de aventuras y de terror.
Si, de terror. ¿Qué hay más terrorífico que no esta seguro de quién eres?
Yo soy yo. Somos nuestros recuerdos. ¿O no?
Tampoco caigáis en el error de decir: Ja, un fallo en el guión. un error en el argumento del autor. Leed, leed. Todo encajará al final.
Confiad en mí, que soy coronel de los ejércitos napoleónicos. ¿O era capitán?
El dibujo está lleno de detalles y magnificamente ambientado. Uniformes, vestidos, personajes, escenarios…Da gusto verlos. Como siempre, echo de menos más panorámicas de esas de viñeta tamaño página, pero es una manía mía, queridos lectores. Mezzomo hace un trabajo de esos que nos hacen decir (perdonadme los tópicos) “es que esto es un cómic histórico francobelga“.
Permitidme, mis queridos lectores Grognards, que os enlace a los bocetos de esta obra.
El color corre a cardo de Celine Labriet. Un trabajo excelente que no nos saca de la historia en ningún momento. Ya sabéis eso que se dice de que si no tienes que hablar del color, es que está bien puesto.
Permitidme, queridos lectores, que en esta reseña tan napoleónica haga un pequeño y humilde homenaje. Giroud murió hace poco más de un año. Así que por hoy, atusémos nuestros bigotes, fumemos en nuestras viejas pipas y, como buenos veteranos de la Vieja Guardia, leámos esta obra bajando la cabeza en gesto de saludo.
Y si a Bonaparte una vez; un soldado le dijo que cogiera solamente una patata del fuego, que el Emperador no les daba más… a Giroud le ofreceremos dos patatas.
La traducción es de Fabián Rodríguez Piastri.
¿Por qué leer El veterano?
Una historia que te cautiva desde el primer momento. Un dibujo muy bien documentado.
¿Por qué no leer El veterano?
Hmmm, tendría que haber alguna razón para no hacerlo. Pero se la preguntas a Cambronne :-).