Enriqueta Martí forma parte de la mitología popular española por méritos propios. La conocida como La Vampira de Barcelona, ha pasado a la historia como una de las criminales más inquietantes de la historia negra de nuestro país. Es curioso cómo un caso como el suyo ha tardado casi un siglo en trascender por completo a la cultura popular, siendo a finales de los 2000 cuando se empezaron a escribir novelas y comenzó a ser más reconocida, aunque su caso había sido protagonista en algunos artículos periodísticos. El misterio que rodea a esta mujer de quien se dice que secuestraba niños en el barrio del Raval para luego asesinarlos y hacer lociones y ungüentos milagrosos que vendía a la nobleza barcelonesa es tan grande como los esfuerzos que parece que se hicieron para dificultar la investigación policial y judicial. Miguel Ángel Parra e Iván Ledesma, con los lápices de Jandro González, profundizan un poco en su leyenda gracias a esta obra publicada por Norma, La Vampira de Barcelona.
La obra comienza con el secuestro de Teresita Guitart en febrero de 1912, y de cómo una vecina de Enriqueta Martí reconoció a la niña y dio la voz de alarma para que la detuviesen como la secuestradora. A raíz de eso se encuentran pruebas incriminatorias de la desaparición de otros tantos niños e indicios que señalan a otras tantas personas, algunos, miembros de las altas esferas de la sociedad barcelonesa de principios de siglo. El caso llama la atención del juez Fernando De Prat quien, a pesar de no llevar inicialmente la investigación, empieza a sorprenderse de la cantidad de obstáculos que van surgiendo a la investigación, y los numerosos accidentes que les ocurren a los encargados de ella, por lo que finalmente tomará la iniciativa para esclarecer los sucesos.
La obra trata el caso desde un punto de vista aséptico y objetivo. Es más un caso de investigación que un relato de los sucesos. Quedan muchos puntos en el aire sin resolver, como sucedió en la realidad, y no nos cuenta suposiciones, sino que solo da la información que está documentada al respecto del caso. Al estar centrada en la figura del juez, evitamos el peligro de poder empatizar o antipatizar con Enriqueta, aunque las pocas escenas en las que aparece interactuando con la policía o De Prat es mostrada como una mujer calculadora, fría y muy teatral. Ese es uno de los fuertes de esta obra: la caracterización de personajes. Cada personaje tiene una motivación y una personalidad que son muy evidentes: Enriqueta es fría; De Prat es rígido y constante, sin detenerse ante ninguna de las adversidades que van surgiendo; Joan Pujaló, el ex-marido de Enriqueta y sospechoso de colaborar con ella es un tipo nervioso y poco fiable, que parece poder ser manipulado con facilidad por alguien como su ex-esposa; el policía José Asens es eficaz y rígido, pero consciente de que hay fuerzas superiores que están interfiriendo y contra las que no se puede hacer nada…; Salvador Baquer, el único adinerado al que consiguió encarcelarse antes del juicio por las pruebas que lo relacionaban y que en todo momento parece ajeno a la cárcel, y está en una celda especial con todas las comodidades…
Lo que deja entrever esta obra es que tan repugnantes son los crímenes de la Vampira de Barcelona como la corrupción de los poderosos que hicieron todo lo posible por entorpecer la investigación, borrar pruebas, falsearlas e incluso atentar contra algunos jueces que parecían estar dispuestos a hurgar hasta donde fuera necesario y dejar sitio a otros más “afines a la causa”
El dibujo de Jandro González es un dibujo muy correcto, con un trazo fino y limpio y una narrativa muy periodística, poniéndose siempre en un punto donde podamos ver lo que pasa, sin necesidad de distraer nuestra atención. Me encanta el diseño que hace de Enriqueta, con esos ojos enormes y negros que le dan un aspecto maléfico, y esos rasgos hoscos y varoniles. Y me gusta también el color del propio González, con tonos apagados, ocres y grises que dan la sensación de estar viendo una revista antigua.
En definitiva, La Vampira de Barcelona.
Una obra interesante, para dar unas pinceladas sobre el caso, y abrir el interés sobre lo que sucedió. Sin duda, es un punto de inicio perfecto para saltar a novelas como La mala mujer de Marc Pastor (que además escribe uno de los epílogos de esta obra), Los diarios de Enriqueta Martí de Pierrot, o El misterio de la calle Poniente de Fernando Gómez (que escribe el prólogo), entre otros… El programa Cuarto Milenio ha dedicado un par de programas al personaje y El Ministerio del Tiempo hizo girar la trama del décimo capítulo de la segunda temporada en torno a Enriqueta Martí. La Vampira de Barcelona contribuye más a crear ese ambiente de misterio en torno al personaje que a desenredar toda la trama que rodeó los temibles sucesos. Pero ese es precisamente uno de sus fuertes, dejarte con ganas de saber más.
Lo mejor: Lo bien llevada que está toda la información al respecto. Un cómic muy serio y que pincela bastante bien los sucesos.
Lo peor: Esperar leer una obra donde se cuente con pelos y señales lo que ocurrió.
Para curiosos en torno al personaje de Enriqueta Martí. Para amantes de la crónica negra hispana. Para amantes del cómic contado en tono casi periodístico.
