Como director de Expocómic siempre he de mantener una actitud de moderación a la hora de valorar cada nueva convocatoria una vez celebrada. Si el Salón ha ido bien, he de medir ese éxito con comedimiento; si no ha ido como se esperaba, me corresponde aceptar los resultados con juicio y enfocar mis esfuerzos en corregir lo que ha podido fallar. Y lo cierto es que, a pesar del ímpetu con el que encaro cada cita, la decimotercera edición nos tenía a todos un poco preocupados. Cambio de localización, con un más que considerable aumento del espacio respecto del Pabellón de Convenciones; crisis económica inagotable; enlace de las fechas con el puente más largo del año y sus evidentes consecuencias para el bolsillo del aficionado… Si bien la Asociación Española de Amigos del Cómic opera sin ánimo de lucro, es lógico pensar que, al menos, hemos de cubrir unos gastos que se afrontan con escaso apoyo público institucional. Y ahora, después de correr riesgos en mis decisiones ─mismo precio de la entrada, 2×1 el día de la inauguración, mayor número de autores invitados… ─ me encuentro escribiendo estas líneas aún embargado por una agradabilísima sensación de tranquilidad y satisfacción.

Porque el XIII Salón Internacional del Tebeo de Madrid ha sido un triunfo del que me enorgullece formar parte. Y no me refiero al sorprendente ─no me cuesta ningún trabajo así calificarlo─ aumento del cuatro por ciento de asistentes respecto de 2009. Hablo de un triunfo para el noveno arte en la capital. Visitantes, medios de comunicación, profesionales y libreros han coincidido en subrayar que, por fin, el cómic tiene en Madrid el espacio que merece ─el espacio soñado, han titulado algunos, no sin razón─. A la vista está. Y es un logro de todos, que supera a quienes integramos la organización y que hace justicia a un Arte ─con mayúsculas─ digno del mayor de los arrestos por parte de todos los que lo amamos. Las felicitaciones que hemos recibido desde los más diversos estratos no son sólo para nosotros, son para todos. Y los repito: visitantes, medios de comunicación, profesionales y libreros. Y entidades amigas como Casa Sefarad, Casa de América y Museo ABC; y empresas y productoras como Sony y La Cruzada Entertainment, que han apostado también por un evento que se ha cerrado como el más multitudinario de nuestro recorrido. Todos ganamos y, por fin, aunque siempre habrá cosas que corregir, podemos afirmar que estamos aquí para quedarnos. Enhorabuena.

Emilio Gonzalo, Director de Expocomic