Tras la salida de Phil Jiménez en el número 8 de la serie, Superwoman quedó en manos de Kate Perkins, más conocida en el mundillo como K. Perkins, una autora con no demasiada experiencia en el mundo del cómic y que había escrito algunos números en la serie Supergirl y algún otro número suelto. La idea era contar con una escritora que construyese un personaje fuerte y sacase adelante una colección que buscaba un personaje equivalente a lo que hace Batwoman en Gotham, pero en el universo de Superman. Ese personaje secundario con poderes similares al del héroe original, pero que saliese adelante, más por la propia personalidad de quien se enfunda el traje, que por unos poderes que no son nada originales.
Con este tercer tomo, llegamos al final de la serie, en su número 18. Perkins ha tenido diez números para intentar sacar adelante la serie, pero no lo ha conseguido, y la verdad es que creo que DC ha tenido bastante paciencia con ella, porque la sensación que me queda tras leer estos números (y el 9, incluido en el tomo anterior) es que no ha sabido hacerse con el personaje. Ha cogido a Lana Lang en un punto interesante, en el que se le planteaba un reto importante, pues había perdido sus superpoderes y tenía por delante la tarea de recuperarlos y dar una explicación coherente. No creo que lo haya manejado mal, lo ha hecho de manera inteligente, y asumible. El problema, en mi opinión, es que ha intentado abarcar demasiado: Ha intentado contarnos muchas tramas al mismo tiempo, meter muchos secundarios, y hacerlo a la vez con una estructura de saltos adelante y atrás en el tiempo que no han funcionado. Sinceramente prefiero que se arriesgue y no funcione a que haga una serie plana, pero para mí, no ha funcionado.
Tampoco ha ayudado el baile de dibujantes, con cinco autores diferentes en los últimos nueve números, y porque cinco de ellos los ha dibujado Segovia, un dibujante que me parece un currante, cumplidor y que siempre está ahí, pero que no llega a brillar ni despuntar.
En cuanto a las tramas, se centra en la recuperación de poderes, en el secuestro del sobrino de Henry Irons (Acero) y en un enfrentamiento con Midnight, un código informático que ha tomado vida. De por medio, van a plantearse los conflictos de los personajes como la propia naturaleza de los poderes de Lana, la relación de la familia Irons, cómo encaja Lana en esa familia, y los últimos coletazos de Lena Luthor en toda esta historia. También tenemos la participación de Maxima de Almerac, el personaje que crearan Roger Stern y George Perez en Action Comics en 1989; y Traci Trece, la hija del Doctor Trece a quien no veíamos desde 2010 cuando perteneció por un breve periódo a los Teen Titans. Aquí es la novia de Natasha Irons.
La guionista ha tenido tiempo para poder hacer algo interesante, pero creo que se ha perdido entre tanta trama y no llega a enganchar al lector. Jiménez había planteado la serie apoyado en una serie de misterios que poco a poco se han ido resolviendo, y tal vez tanto intentar indagar sobre los poderes y el «ahora se van, ahora vuelven», han acabado aburriendo a los lectores. Con todo, apunta maneras en algunos intentos de estructura narrativa con los que busca salir de lo convencional. A pesar de que no hayan terminado de funcionar, creo que en un futuro puede hacer cosas interesantes.
En definitiva, Superwoman 3.
Una lástima de serie que no ha acabado de encontrar su sitio en ningún momento, pero que se ha visto acentuado aún más desde la salida de Phil Jiménez. La nueva guionista ha intentado hacer una etapa espectacular, incluyendo muchos personajes y tramas para enganchar al lector y al final el tiro le ha salido por la culata y nos ha proporcionado historias confusas y con demasiados personajes que no han tenido una función clara en la serie. Al menos, en su número final queda casi todo cerrado y al personaje de Lana disponible para recuperar el estatus que siempre ha tenido. Así puede ser utilizado en el resto de series como ha venido haciendo hasta ahora. La única espina que queda es la trama de Zeke Irons que sí queda un poco en el aire, pero tal vez sepamos más del chico en otras de las colecciones relacionadas con Superman.
Lo mejor: La serie queda cerrada bien. Lo valiente que ha sido Perkins intentado hacer algo fuera de lo convencional, independientemente de que haya funcionado o no. Que podamos seguir disfrutando del gran personaje secundario que siempre ha sido Lana Lang sin ninguna consecuencia.
Lo peor: Creo que la serie no ha llegado a funcionar.
Para los que quieran descubrir a una guionista que puede dar que hablar en un futuro. Para completistas incorregibles del Supermanverso. Para seguidores de Acero y su familia.
