Una nueva entrega de Star Trek siempre es bien recibida, ya sea en cine, TV o cómics. Y aprovechando que vuelve a estar con buena salud, con dos series de televisión emitiéndose simultáneamente (Discovery y la fantástica y recién estrenada Picard), toca hablar del último cómic que Drakul ha editado de la franquicia. En esta ocasión toca Sucesión, una historia ambientada tras el final de la primera temporada de Discovery, en la que nos vamos al Universo Espejo, ese universo paralelo presentado en la segunda temporada de la serie clásica allá por 1967, en el que sus habitantes son versiones malvadas de las que conocemos y Spock lleva perilla. Si no habéis terminado de ver la primera temporada de Discovery, igual sería buena idea que dejéis de leer aquí. Por lo de los spoilers y tal.
En el Universo Espejo no existe la Federación de Planetas. En su lugar, la organización que se extiende a lo largo y ancho del universo es el Imperio Terrano, un gobierno interestelar tiránico, represivo, xenófobo, que ejerce el control a través del terror. Como ya vimos en la serie de televisión, la emperatriz del Imperio es Philippa Georgiou Augustus Iaponius Centarius, Madre de la Patria, Soberana de Vulcano, Señora de Kronos y Reina de Andoria, versión espejo de Philippa Georgiou, capitana de la USS Shenzhou, a la que vimos morir en los primeros capítulos de la primera temporada. Hacia el final de esta temporada, la Emperatriz Philippa fue arrastrada al universo principal contra su voluntad, dejando un vacío de poder en el Imperio Terrano que sirve como punto de partida a Sucesión.
Porque Sucesión trata exactamente de eso: de rellenar el vacío de poder dejado por la desaparición de quien gobernaba el Imperio con puño de hierro, tras el fracaso de la rebelión de Gabriel Lorca. Esta historia está escrita por parte del equipo de guionistas de la serie de televisión al igual que ocurrió con La luz de Kahless, con lo que podríamos decir que tiene una cierta coherencia argumental con lo visto en el otro medio. Aquí vemos el Universo Espejo con más profundidad. Hasta ahora, siempre lo hemos visto como una ambientación antagónica, como un entorno en el que sacar versiones malvadas de los personajes conocidos, pero en Sucesión Kirsten Beyer y Mike Johnson profundizan en el espíritu de este universo paralelo, dejándonos ver con un poco más de profundidad la maldad de esta sociedad. Aquí la traición y las puñaladas por la espalda son el pan nuestro de cada día, la violencia es mucho mayor y mucho más explícita que en el universo principal y la xenofobia es algo tan natural como respirar. Bueno, de esto último ya nos habíamos hecho una idea viendo la serie y enterándonos de que comían Kelpien, ¿no?
Tenemos pros y contras bastante claros en esta serie. El principal pro es que nos da más información, más trasfondo, sobre el funcionamiento de una organización tan fascinante como el Imperio Terrano, que podría perfectamente protagonizar una temporada entera de la serie. También podríamos decir que el dibujo de Ángel Hernández cumple mucho mejor que el de Tony Shasteen de la anterior serie de comics derivados de Discovery, dando a partes iguales personajes visualmente reconocibles y una narrativa eficaz. Esto suele ser un problema en las adaptaciones a cómic de medios audiovisuales, quedando un producto final un tanto acartonado, pero no ocurre en esta serie.
El principal punto en contra que tiene esta serie es que no funciona en absoluto si no has visto Discovery. Si no conoces los personajes, sus motivaciones y lo que ha ocurrido con ellos en la primera temporada, vas a estar totalmente perdido leyendo este cómic. Es un producto totalmente complementario, de ampliación pero también de explotación de la franquicia. Que para los espectadores de Discovery no es un problema, y por otro lado, parece poco probable que nadie que no sea ya seguidor de Star Trek se vaya a acercar a este cómic, ¿verdad?
