Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Sócrates de Joann Sfar y Christophe Blain

Sócrates de Joann Sfar y Christophe Blain
Guion
Joann Sfar
Dibujo
Christophe Blain
Formato
Cartoné. 168 páginass. Color
Precio
24€
Editorial
Fulgencio Pimentel . 2018
Edición original
Socrate le demi-chien 1-3 (Dargaud)

Principalmente en la primera década de este siglo, tuvo lugar una explosión en la escena francobelga con toda una serie de autores que aunaban fecundidad, calidad, versatilidad y muchas y muy interesantes cosas que contar. Los últimos años parecen haber sido menos prolíficos para autores como Lewis Trondheim, David B, Manu Larcenet, Guy Delisle o Joann Sfar y Christophe Blain, los autores de Sócrates, que es la obra que nos ocupa.

Sócrates

En la presente década, apenas hemos podido ver algunas nuevas entregas de series que Sfar ya tenía abiertas, pero hablamos de un autor que durante la primera década de este siglo estaba produciendo un sinfín de series como La Mazmorra (en sus distintas vertientes), El gato del rabino, Klezmer, El Profesor Bell, Vampir o este Sócrates, por citar sólo algunas. A Blain por su parte hemos podido verle el año pasado una nueva entrega de Gus, pero lejos de aquella época donde podíamos verlo también en Isaac el pirata o Quai d’Orsay.

Y así llegamos a Sócrates, la historia del perro parlante de Heracles donde Sfar escribe y Blain dibuja. Sócrates se define como un semiperro, mitad perro mitad filósofo. A través de sus ojos y su incontinencia verbal, seremos testigos de la condición humana a todos los niveles que pasan por la cabeza de sus autores. Mientras los acompañamos en sus deambulares y aventuras aquí y allá, se nos irán planteando preguntas y puntos de vista sobre la dominación y sumisión, el deseo, los roles sexuales, las complejidades de las relaciones, la relación del hombre con el mito, la razón y los instintos y otras muchas cuestiones en las que el absurdo de las experiencias humanas más habituales quedará descubierto.

Sócrates

Su primer dueño será Heracles, el mítico hijo de Zeus y vencedor de los 12 trabajos imposibles. El Heracles de Sócrates será presentado como un héroe de acción de pocas palabras (al contrario que su perro), acostumbrado al poder, pero bastante simple, un supermacho alfa esclavo de la batalla y los placeres de la carne. Entre las compañías de Sócrates tendremos aquí también a un Ulises, cuyas aventuras le han revelado aspectos que no conocíamos de este héroe. También tendremos al cíclope Polifemo, rebautizado a Homero para la ocasión, y concluiremos con Edipo… aunque quizá concluir sea demasiado decir. El tomo que nos trae Fulgencio Pimentel recoge los tres tomos que salieron en su día de la mano de Dargaud y de la desaparecida Sins Entido en España, pero dejan la obra inconclusa y quizá pendiente de una verdadera resolución a todos los niveles.

La evolución de los personajes es clave en Sócrates, más allá de las reflexiones que se explicitan, y la dirección en que apuntaba nos deja esa miel en los labios del final del camino que nunca veremos. Al final, irónicamente las preguntas quedan sin respuesta, muy en la línea de lo que esta historia trata de decirnos y si bien se echa de menos ese broche que cierre y redondee el mensaje, la historia sigue ahí y en la mayoría de las ocasiones las preguntas son más importantes que las respuestas.

Sócrates

El modo elegido por Sfar y Blain para contarnos esta historia es una retícula constante y regular de 6 viñetas con un dibujo sintético. Arranca además con abundancia de texto en off, casi como si se quisiera dar la mayor de las facilidades para acceder a esta historia, casi como contada para niños si no fuera porque lo que aquí se cuente no es ni mucho menos para ellos. Tenemos un ritmo regular y un simpático tono de aventura que progresivamente se va oscureciendo, intrincando y perdiendo cada vez más los ruedines de la narración en off con el transcurso de la historia. El estilo visual de Blain sin apenas alteraciones es capaz de adaptarse al tono jovial y casi naif del principio tanto como a los pasajes más crudos de la obra. De ese modo extraño y difícil de explicar vemos en la paleta de color elegida un efecto extraordinariamente contradictorio. Observada ésta sin contexto, Blain plaga las páginas de colores saturados, que por definición deberían crear una atmósfera luminosa y alegre, mientras que el resultado final por cómo los conjuga es contradictoriamente oscuro y apagado.

Sócrates es un tebeo complejo construido como deben estarlo este tipo de historias. Sfar y Blain nos dejan afrontar el tebeo al nivel que los lectores tengamos a bien en el momento de afrontar la lectura. Desarrollan el relato de forma que decidamos nosotros si nos quedamos en la aventura superficial o buceamos en las preguntas que se nos ofrecen. Depende de nosotros extraer la experiencia lectora que queramos. De algún modo hasta en este sentido su trabajo es de nuevo lanzar la pregunta y que seamos los lectores quienes respondamos.