Desde hace unos años, están apareciendo una serie de cómics meta que tienen en su punto de mira tanto contar una historia interesante como homenajear al medio superheroico. Dejando de lado los primeros tiempos de Image, en los que más que homenajes lo que había eran personajes clónicos, podríamos decir que la primera colección de estas características es la nunca suficientemente alabada -especialmente en sus primeros tiempos- Astro City de Kurt Busiek. Con ese mismo espíritu, aparte de otras obras de Marvel y DC que usan sus propios personajes, como Marvels o Los más divertidos del mundo, podríamos hablar de Flex Mentallo, de Grant Morrison, o, más recientemente, de esa pequeña joya que es Black Hammer de Jeff Lemire.
En Black Hammer, Lemire escribe una historia en dos niveles. Por un lado, vuelve una vez más sobre una de sus inquietudes personales más habituales, el aislamiento en el medio rural. Pero por otro lado, nos está contando una historia de superhéroes crepusculares, con sus propias versiones de personajes como el Detective Marciano, Shazam, Adam Strange, Thor o el Capitán América. Una historia que ha ido creciendo poco a poco, expandiendo el elenco de personajes que utiliza y repasando los orígenes del género con cariño y respeto a partes iguales. Y ahora nos llega el primero de los, por el momento, tres spin offs anunciados de la serie madre.
Sherlock Frankenstein y la legión del mal
En el segundo tomo de Black Hammer, El suceso, no estaba incluido en número 12. En este tomo nos explicamos por qué: es un flashback en el que miramos hacia atrás y vemos la caída de Black Hammer y el resto de los héroes en la batalla contra el Anti-Dios, la gran fuerza cósmica Kirbyesca que es mitad Galactus y mitad Darkseid. Pero en esta ocasión, en lugar de desplazar el punto de vista hacia Rockwood, seguimos a Lucy Weber, la hija de Black Hammer, a la que un personaje llamado Doctor Star ayudará a descubrir el pasado de su padre.
El Doctor Star, cuya identidad secreta es Jimmy Robinson, está claramente basado en James Robinson, el autor de, entre muchas otras series, Starman. Star es el que pone a Lucy tras la pista del legado de su padre, de la misma forma que James Robinson fue uno de los autores que dieron la puntilla definitiva al noventerismo con una mirada hacia el cómic más clásico en series como JSA o la mencionada Starman.
A la izquierda, el Jimmy Robinson de David Rubín que aparece en este tomo. En el centro, James Robinson en el mundo real. A la derecha, James Robinson en Airboy, con dibujos de Greg Hinkle.
Tras las revelaciones que se esconden detrás de la puerta que abre la llave que Star entrega a Lucy Weber, ésta se obsesiona con que su padre puede aún seguir vivo. Pero como los héroes con los que su padre luchó en la batalla final para salvar el mundo no están disponibles, quizás los villanos a los que se enfrentó puedan ser una pista. Así, mientras en Black Hammer, la serie principal, vamos conociendo a los homenajes a los héroes clásicos, aquí repasaremos, en tiempo presente y en flashbacks, sus galerías de villanos. Lucy se pone como objetivo encontrar a Sherlock Frankenstein, la némesis de Black Hammer, personaje en el que podemos apreciar características tanto de Lex Luthor como de Mister Freeze, y por el camino iremos viendo el Asilo Spiral para criminales dementes (que es Arkham), a su alcaide, un superhéroe anciano llamado Wingman (que es Hawkman), que perteneció al Escuadrón de la libertad (que es la JSA), o a Grimmjim, uno de los residentes que es un híbrido entre el Joker y Meeks el Múltiple, el tipo de El silencio de los corderos que podía oler a Clarice Starling. Por qué Len Kaminski se convierte en Lou Kaminski, Cthu-Lou, es algo que Jeff Lemire sabrá.
En el plano artístico, David Rubín hace un trabajo espectacular, como nos tiene acostumbrados. Planos espectaculares, escenas absurdamente dinámicas, complicados experimentos narrativos de los que sale totalmente airoso (espectacuar la doble página de la escalera)… Y del color del propio Rubín basta con decir que la nominación que se ha llevado a los premios Eisner 2018 es totalmente merecida.
No siendo David Rubín el rotulista, como en la edición original, hay que mencionar a Ana González de la Peña, la responsable de la rotulación de Astiberri, que hace un trabajo absoultamente respetuoso con el original americano, tanto en bocadillos como en adaptación gráfica de textos dibujados.
El tomo incluye varios extras, entre los que podemos mencionar diseños de personajes, bocetos de páginas y lápices terminados.
En resumen…
Cuando uno intenta definir qué es un spin off, lo primero que viene a la mente es una secuela que aprovecha conceptos, personajes o entornos de algún trabajo narrativo preexistente. En ese aspecto, Sherlock Frankenstein es y no es a la vez un spin off de Black Hammer. Lo es, porque es innegable que es una historia ambientada en el mundo de Black Hammer, Abe Slam, Golden Gail, Barbalien y demás. Pero a la vez no lo es porque gracias a esta historia el mundo en el que se ambienta la serie madre queda mucho mejor definido, resulta más profundo tras su lectura. De hecho, está tan relacionada con la serie principal que podría haber visto sin problemas la luz como un arco argumental de la misma.
Por otro lado, estamos ante una serie totalmente autocontenida, en la que todo lo que hace falta saber es presentado en las primera páginas del tomo, y es ideal para que alguien que no sea lector habitual de Black Hammer (¿pero en serio los hay?) pueda acercarse a ella sin miedo y descubrir uno de los universos superheroicos más interesantes del momento.
