Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

¡Shazam! nº1, de Geoff Johns

¡Shazam! nº1, de Geoff Johns
Guion
Geoff Johns
Dibujo
Dale Eaglesham, Mayo 'Sen' Naito, Marco Santucci
Tinta
Dale Eaglesham, Mayo 'Sen' Naito, Marco Santucci
Color
Michael Atiyeh, Mayo 'Sen' Naito
Formato
Rústica, 80 páginas
Precio
7.50 €
Editorial
ECC Ediciones. 2019
Edición original
Shazam! 1-3 USA

Desde que el Capitán Marvel (el de verdad, no el arribista de la otra editorial) llegó a DC, hay tres guionistas que han dejado su nombre marcado en el personaje. El primero sería, sin duda, Dennis O’Neil, escritor de la primera serie publicada por la editorial allá por 1973, junto con el cocreador del personaje, C.C. Beck a los lápices. El segundo, y el más importante hasta el momento, sería Jerry Ordway, responsable del relanzamiento de Shazam a mediados de los 90 con la novela gráfica El poder de Shazam y de la serie regular posterior. Y el tercero, tras una temporada en el limbo de los personajes olvidados -o al menos infrautilizados-, Geoff Johns, uno de los chicos de oro de la editorial, que reintrodujo a Billy Batson y todo lo que le rodea en los Nuevos 52 como complemento en la Liga de la Justicia. Ahora, con motivo del estreno cinematográfico, DC decidió darle una nueva serie regular al personaje con el mismísmo Johns al frente, uno de los autores que mejores momentos han dado a los lectores de DC en las últimas décadas y que cada vez, por labores en esferas superiores, veíamos menos escribiendo cómics.

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El mayor pero que le podíamos poner a la reciente visión que Geoff Johns nos mostró de Shazam es que, siendo el alter ego de Batson uno de los superhéroes más inocentones de la historia, le había dado un toque realista y un tanto crudo que desvirtuaba un poco la esencia del personaje. Un toque matizado en la película que, aunque adaptaba de una forma razonablemente fiel la historia de Johns y Frank, le dio a Shazam una personalidad adolescente, con mucha menos malicia y amargura que su contrapartida del cómic. Así que había curiosidad por saber qué nos íbamos a encontrar en la nueva serie mensual, trimestral en la edición de ECC.

Nada más comenzar la lectura nos queda clara una cosa: no ha habido nuevo reboot respecto a la última presentación del personaje, como ocurrió con El poder de Shazam en los 90. Seguimos con la misma encarnación de Billy Batson y con sus mismos hermanos de acogida, todos ellos con su correspondiente lugar en la Familia Marvel (¿o era la Liga del Rayo?) que ya vimos en la mencionada historia de Johns y Frank y que fue más que correctamente presentada en la película. Pero sí que se aprecia un cambio: hay una bajada de nivel en la mala leche que tenía Billy -comprensible, por otro lado, siendo un chaval que llevaba media vida entrando y saliendo de un orfanato-, teniendo esta serie un tono notablemente más optimista, más luminoso, y que le sienta como un guante al personaje.

Johns es un experto en revitalizar series. Cuando cogió Green Lantern, pocos pensaban que iba a convertir la serie en uno de los pilares fundamentales del Universo DC. Johns es uno de los pocos autores que ha hecho algo interesante con Hawkman en los últimos tiempos, personaje al que también dio bastante protagonismo en su también memorable JSA, donde también tuvo su momento de gloria Black Adam. Así que la idea de poner al Gran Queso Rojo en manos de este guionista sonaba muy inspirada. Y tras la lectura de este tomo, la apuesta ha tenido éxito.

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Lo que Johns hace es intentar ampliar el telón en el que se desarrollan las historias de Shazam. Conocimos ya al Mago, y sabemos de la existencia de los Siete Pecados, y el autor plantea la idea de que si en el lado del mal hay siete entidades superpoderosas, puede que en del bien también las hubiera, por cosas del equilibrio y tal, vamos. Y si había un metro mágico que llevó a Billy hasta la Roca de la Eternidad… ¿podía haber más líneas? Efectivamente las hay, y unen la Roca con lugares con nombres tan sugerentes como Tierras Oscuras, Tierras Salvajes, o una que conocemos en este primer tomo: las Tierras de la Diversión.

Efectivamente, lo que está haciendo Geoff Johns es ampliar conceptos preexistentes para disponer de más material con el que contar una historia más amplia, como ya hizo en Green Lantern creando a los Linternas Rojos, Azules, Naranjas, Índigo y demás. Y se nota que está planteando una historia a largo plazo, no es una estrella contratada para presentar el primer arco argumental y dejar la serie a partir del séptimo número en manos de un desconocido (American Vampire, te miro a ti). Y no sólo va desarrollando la historia de las Tierras Mágicas, también va dejando semillas para historias posteriores con clásicos como Sivana o Mister Mente, personaje que tuvo su momento de gloria en 52… en la que también estuvo metido Johns.

Tenemos, por tanto, una serie que mira hacia el futuro, en lugar de dedicarse a contar por enésima vez la misma historia, pero retomando ese sabor más inocente que había quedado un poco olvidado en el camino, ayudado por un dibujante de corte más clásico como es Dale Eaglesham, con el que Johns ya compartió andanzas en JSA. Es, en definitiva, un inicio con potencial para ser la serie por la que estábamos suspirando los fans del personaje. A ver qué nos depara el futuro.