Como suele ser habitual, años después de su edición en cartoné, La Cúpula reedita este material en formatos más económicos. Es el caso de Sexo majara, el recopilatorio de los primeros trabajos de Robert Crumb en revistas de cómic pornográficas, que ahora edita en formato rústica con solapas a un precio inferior de la anterior edición. Estamos ante una obra con más valor histórico y bibliográfico que por su contenido puramente dicho, al tratarse de una recopilación de ilustraciones, portadas y tiras cortas con una misma temática.
Sexo majara recupera el trabajo de Crumb en la revista Snatch Comics, que solo alcanzaría ver publicados tres números, así como sus participaciones en revistas con un tono aún más orientado a la pornografía como eran The Snatch Sampler, Jiz Comics o Felch Cumics. Hay que tener en cuenta que fueron revistas que se publicaban en EE.UU. en plena década de los sesenta. Su intención era estrictamente subversiva para con una sociedad de estricta moral pero que, como siempre ha sucedido, adolece de esa dualidad que se escandaliza por ver un pene, pero no por ver violencia más o menos explícita.
No solo hay que tener en cuenta su año de publicación, sino que conociendo la figura de Crumb, hay que reparar en su corta edad. Recién rebasada la veintena, y con una afición cada vez mayor a las drogas psicotrópicas, especialmente al LSD. Todo aquel que conozca al autor y haya investigado un poco sobre él, sabrá que es un tipo muy peculiar, con sus filias, complejos e inseguridades. Aquí tenemos a un Crumb joven, con una personalidad en formación y probablemente el poder haber publicado esta serie de trabajos y que le hayan abierto puertas, o al menos no se las hayan cerrado, sin duda influyó en su carrera posterior.
Sexo majara es una colección de ilustraciones, portadas y algunas tiras cómicas, pero todas con un tono claramente pornográfico. No por ello están exentas del sentido del humor tan característico de Crumb. Tan solo hay que mirar cómo firmaba estas tiras: La mayoría las firma como Robert Crumb, pero vemos desde El Crummo, Steve Ditcum, Bob Scum… y multitud de juegos de palabras con su nombre. Como curiosidad, tenemos una tira de Mr. Natural, una de las historietas que encumbraron al autor, junto a la del gato Fritz.
Otro de los factores a tener en cuenta de la época en la que están dibujadas y el tipo de revistas donde salieron es la temática de algunas tiras, con chistes que hoy se considerarían racistas, o sobre zoofilia, escatológicos y en otros casos rozando la pedofilia. Sin embargo, llama la atención cómo retrata siempre a la mujer, como una figura poderosa sobre hombres enclenques. Son tiras y viñetas de hombres desahogándose, pero siempre vemos a una mujer físicamente imponente, y segura de su sexualidad. En aquella época el machismo era tan natural como el racismo, es uno de los fuertes que tuvo la serie de TV Mad Men y cabría esperar ver tiras con hombres ejerciendo una figura de poder sobre la mujer y dando rienda suelta a sus fantasías. Sin embargo, las fantasías de Crumb son diferentes, se dibuja inferior a la mujer, lo cual teniendo en cuenta la perspectiva del tiempo llama aún más la atención y le da un valor añadido a este recopilatorio.
En cuanto al dibujo, nadie diría que tiene casi cincuenta años. No se ve a un Crumb amateur por ningún lado. Se nota que sus habilidades son innatas y toda su evolución ha ido hacia el lado de la narrativa o de diseño de página, pero su capacidad expresiva y su interpretación de la anatomía ha permanecido igual de bien todos estos años. Ves ilustraciones como la de la orgía y ya sorprendía la capacidad de detalle y rigor anatómico en esas posturas imposibles desde sus primeras obras.
En definitiva, Sexo majara.
Un libro para los seguidores acérrimos del autor, que quieran ver sus inicios en la viñeta para que le ayuden a entender su evolución artística y el rumbo que tomó su carrera. Un producto que tiene mucho valor si vemos su objetivo: crear historietas en las que se exterioricen todas las fantasías y pensamientos sobre sexualidad sin ningún tipo de tapujos, con el añadido de intentar incomodar a una sociedad que se escandaliza fácilmente con la sexualidad. Una obra para aficionados a la pornografía que además, quieran echar algunas risas. Algunas ilustraciones son tan bestias como divertidas…
Lo mejor: Crumb, siempre. Verlo como el producto que es, y entender la época y el medio en el que se publicaron.
Lo peor: Esperar una historia o un conjunto de tiras cómicas temáticas y ver que no es del todo así.
