Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Saga 8 de Vaughan y Staples

Saga 8 de Vaughan y Staples
Guion
Brian K. Vaughan
Dibujo
Fiona Staples
Formato
Cartoné. 152 páginas. Color
Precio
16,95€
Editorial
Planeta Cómic . 2018
Edición original
Saga #43-48 (Image)

Cuando casi llevamos medio centenar de números USA publicados en España, podría parecer que no hay nada más que decir de Saga que no hayamos dicho en reseñas anteriores. Saga ya no es esa huida hacia adelante que tanto nos impactó en sus inicios, pero todavía tiene mucho que decirnos.

Saga 8 de Vaughan y Staples

Puede que por llevar un tiempo, Vaughan y Staples se hayan planteado este Saga 8 como una especie de nuevo principio hasta cierto punto. No borra nada de lo anterior. De hecho es fundamental lo que ocurrió en el tomo anterior y marca un punto de inflexión en la serie, pero se permite un pequeño respiro e incluso algo parecido a un resumen para ponernos en situación. Tratando de no caer en spoilers, diremos que la familia formada por Alana, Marko y Hazel deberá solucionar el percance que sucedió en el último tomo y para ello tendrán que adentrarse en la zona más peligrosa de un planeta con ambientación western que, para colmo, forma parte de la zona afín a Terrada.

Pero la familia de Saga es muuuuucho más grande y casi cada personaje tendrá su momento: Petrichor, Robot… incluso Vaughan y Staples se permitirán marcarse un Urasawa y cuando una de las líneas argumentales está a punto de culminar, daremos un salto para dejarla en suspenso y visitar a otros personajes que teníamos perdidos. Más allá de esa habilidad artera de Vaughan para mover la historia entre cubiletes, el centro de Saga seguirá en esa idea de demarcar fronteras solo para traspasarlas y dejarnos su idea de transversalidad.

Saga 8 de Vaughan y Staples

Para empezar Saga 8 vuelve a cambiar de género hacia el western (aunque ya veremos que de manera sobre todo cosmética) después de dejarnos la duda de si estamos ante una space opera, una historia de fantasía, un drama o una comedia romántica (os diré un secreto: es todos ellos).

La incidencia de Vaughan entre las diferencias culturales (tema que culminará de forma espectacular en Barrier), las difusas fronteras entre sexos y géneros y el baile de esos otros géneros (los de la historia) serán el medio de Vaughan y Staples para dejar en evidencia que lo que nos diferencia y lo que nos hace iguales no deja de ser lo mismo.

Saga 8 de Vaughan y Staples

En el plano negativo, se sigue apreciando en muchos momentos un sobreesfuerzo por dejar reflexiones sobre supestos temas temas serios y profundos. La guerra, la identidad de género o cuanto tema se les ponga por delante, de algún modo no puede evitar unos modos un tanto explícitos y tendentes al postureo. En ocasiones Saga está tan preocupada queriendo parecer adulta, profunda y exponer lo genial que es, que no se da cuenta de lo genial que es sin hacerlo. Es más, de lo aún más genial que sería si no lo hiciera y dejara que los lectores extrajéramos lo mismo de un planteamiento menos ostentoso.

No hay duda de que Saga tiene sus defectos. Mucho se ha hablado de los atajos de Fiona Staples (aunque también de su maravillosa habilidad para el diseño) o de estas manías de Vaughan que estamos comentando, pero ya casi llegamos a al medio centenar de números y la buena salud tanto comercial como de crítica certifica que más allá de sus vicios, hay un trabajo de fondo con una solidez monolítica. Este 2018 ha sido el primero desde su creación en el que no ha sido nominado a los Eisner, pero incluso sin final en el horizonte, Saga ya forma parte de la historia de los comics.