Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Rising Stars: Matthew Rosenberg

Hola a todos de nuevo, hoy voy a arrancar contando algo que tal vez no sepáis. Es su búsqueda de jóvenes talentos con los que sustentar sus filas, las editoriales “importantes” (¿hace falta que las nombre?) se están fijando en autores que publican en el cómic independiente. Pero si descubres a la joven promesa en Image posiblemente ya hayas llegado tarde, de manera que hay que perforar a más profundidad y poner el foco en empresas más pequeñas. Y una de estas humildes editoriales que ha expuesto ser una impresionante cantera de talentos es Black Mask Studios. De esta fuente han manado algunos de los incipientes trabajos de gente como Vita Ayala, Patrick Kindlon, Lonnie Nadler y Zac Thompson, Magdalene Visaggio… También surgió de este sello el autor que hoy nos ocupa, Matthew Rosenberg.

Rising Stars: Matthew Rosenberg

No os vayáis a pensar que la introducción era sólo para rellenar renglones, la relación de Rosenberg con Black Mask Studios ha sido determinante en la carrera de ambas partes. Nuestro guionista se embarcó en ese proyecto desde sus más tiernos inicios, dado que Twelve Reasons to die –primera obra de 2013 que servidor le conoce a este hombre y posiblemente su debut-, se publica cuando BM apenas empezaba a dar sus iniciales pasos. Tenemos aquí un comicbook muy colaborativo que narraba una historia de mafiosos que se entremezclaba con fenómenos sobrenaturales. A esta miniserie tan apretada de autores le siguieron en la misma casa otras que contaron ya sí en exclusiva con la pluma de Matthew. La miniserie grunge –por lo de espíritu adolescente y rebelde – We can never go home (2015) resultó ser una historia de adolescentes con poderes a la fuga (¿heredera de Demo de Brian Wood? Yo diría que sí), de lo más resultona. Además este trabajo le vino de perlas a nuestro autor para desatarse en la que es su mejor obra hasta la fecha.

Rising Stars: Matthew Rosenberg

Y es que posiblemente hayáis oído hablar de 4 kids walk into a bank. De ser así, casi con toda seguridad que la referencia haya sido en sentido positivo. Publicada en 2016 en Black Mask (of course), esta miniserie de 5 números cuenta con el dibujo del magnífico Tyler Boss (te añoramos tío). No os penséis que su compleja estructura es difícil de explicar: un grupete de niños deciden robar un banco para salvar al padre una de sus miembros. A partir de aquí se nos brinda una divertida historia que no para de desplegarse en genialidad y magnitud… y con el final más épico que unos niños de escuela sin ninguna particularidad puedan protagonizar en una ficción. Una rotunda maravilla que por desgracia pasó desapercibida y que sigue a la espera de ser publicada por nuestras costas.

El estilo de Matthew Rosenberg es dinámico y generoso con los personajes que crea. A propósito de un talento natural para los diálogos, nuestro guionista tiene gran facilidad para componer escenas que culminan con asombrosos giros. Creo que nuestro hombre puede y sabe construir acción de una forma de lo más sorprendente. Como flaquezas yo tal vez señalaría cierta falta de originalidad –ni inventa nada nuevo ni lo intenta, y sus referencias son muy evidentes en todo momento – sumada un discurso un tanto repetitivo de puros buenos contra malos.

Rising Stars: Matthew Rosenberg

Pero estoy seguro que donde más ubicáis, queridos lectores, a Rosenberg es en Marvel. Y razón no os falta en absoluto, puesto que nuestro writer ha firmado entregas de Punisher, Astonishing X-Men, New Mutants o Kingpin. Y aquí es donde servidor tiene su mayor problema con Rosenberg. Hay autores que se adaptan bien al medio mainstream y consiguen mantener las señas de identidad que disfrutaban previamente. Y también hay autores que no, a los cuales les lastra mucho el control de un editor o simplemente la regularidad de plazos de entrega lo erosionan. Tal vez haya acertado con alguna de estas elucubraciones, o tal vez no. Pero lo cierto es que me he cansado de darle oportunidades a Rosenberg en Marvel tras varios intentos insatisfactorios. De manera que servidor guarda con cariño el recuerdo de su etapa en Black Mask Studios y permanece a la espera de que otros proclamen con unanimidad que ha aparecido un buen cómic de este escritor para volver a aproximarme a su obra.

Y eso ha sido todo por hoy. Un saludo, dilentantes.