Segundo número de la revista Alta Tensión, de Desfiladero. Parece que el primer número ha funcionado bastante bien y la publicación sigue adelante. De hecho, se incluyen algunas mejoras como una nueva maquetación y aumento de número de páginas, manteniendo el mismo precio. Las páginas a color están impresas en un papel satinado,  mientras que las de B/N tienen un papel poroso más adecuado. Además, se ha optado por dar un título a cada número, basado en algunos de los principales relatos contenidos. El título elegido para este número es: Alta Tensión 2: Futuro imperfecto.

Concretamente, las dos historias que dan sentido a ese título son Virus from Venus, del italiano Stefano Zattera y No robots del argentino Kundo Krunch. Se tratan de dos historias ambientadas en el futuro. La primera es curiosa, porque plantea una historia de género noir como el de las películas de los años 50-60, pero ambientada en un planeta donde coexisten mutantes y extraterrestres. De hecho, su protagonista es el implacable Earl Cuatro Ojos, detective mutante. Y no, no es que tenga gafas, es que literalmente tiene cuatro ojos. La segunda historia que justifica el título de este segundo número de la revista es una historia de robots indistinguibles de los humanos y un agente antirobots que intenta localizar a uno de ellos.

En cuanto al resto de historias, repiten algunos autores como Ertito Montana con su serie Ira Dinamita, o el road cómic de Igor Hofbauer Tobacco Road. Pero además de conocer el trabajo de interesantes autores patrios, otro de los atractivos de la revista es descubrir esas nuevas visiones de cómic internacional entre las que destacaría Mi amor, de Tina Thomas y Jasjyot Singh, autoras indias que cuentan una historia de amor entre dos mujeres, una de ellas bisexual. Una visión muy interesante de la cultura india y de cómo se vive allí la sexualidad, así como las diferencias que existen entre las personas más tradicionales, aferradas a un tipo de vestimenta y el uso del bindi en la frente; y las más occidentalizadas. Es el primer cómic indio que se publica en nuestro país, por lo que el interés es doble.

Entre el resto de historias tenemos el surrealismo de la sueca Sara Granér, la historia de cómo unos trabajadores de una protectora de animales investigan una red de peleas de perros, el costumbrismo con aroma a Bastien Vivès que nos propone Luna Pan, o la historia de una miembro de las SS alemanas que se enamora de una compañera. Historias muy variadas, y en las que se respira inquietud artística y un intento de descubrir nuevas vías de expresión dentro del cómic. Son historias que pueden funcionar mejor o peor, que nos podrán llegar más o menos pero, al menos en mi caso, agradezco siempre ese probar cosas nuevas. Por ejemplo, con las dos historias más experimentales de la revista, las de Granér y la de Quievreux me ha resultado muy difícil conectar con ellas, pero lo bueno que tienen este tipo de publicaciones es que te descubren nuevos autores y propuestas más arriesgadas que, si consigues conectar, pueden resultar muy refrescantes. A mí, por ejemplo, la propuesta india me ha resultado muy interesante.

En definitiva, una propuesta de Desfiladero muy arriesgada y que tenemos que agradecer. En los tiempos que corren, con tanta oferta en el mercado, que una editorial siga intentando descubrirnos a autores, vías de expresión y cómics de otros países es muy meritorio. Alta Tensión es una revista para los que disfrutan del cómic underground y quieran descubrir cómics diferentes, aunque hay que saber muy bien lo que se está leyendo.

Lo mejor: La historia Mi amor me ha parecido muy rica. La variedad de propuestas, tanto en experimentación como en país de origen. Precio muy asequible que permite probar con ella.

Lo peor: Si no te gusta el cómic underground o no tienes inquietudes de conocer cómo se vive el cómic en otros países, es probable que no conectes con estas historias o te parezcan insulsas.