Si hay uno de esos libros que ostenta el récord de adaptaciones a cualquier medio es La isla del Tesoro, de Robert Louis Stevenson. Yermo Ediciones nos trae Jim Hawkins, de Sébastien Vastra, una nueva adaptación al cómic de la legendaria obra de piratas, originalmente editada en Francia por Ankama Editions. Con una adaptación relativamente reciente como Long John Silver de Xavier Dorison y Mathieu Lauffray para Dargaud (editada en 4 libros en España por Norma Editorial), y una reedición de la adaptación de Roy Thomas publicada por Panini en 2011 en su línea Clásicos ilustrados Marvel, era necesario sentar alguna diferencia con la anterior adaptación. La principal diferencia, es que en esta, los personajes son antropomórficos, al más puro estilo Blacksad. Adaptar La isla del Tesoro es jugar con ventaja, porque partes de un material de eficacia probada, aunque por otro lado tienes una doble responsabilidad. Si haces una adaptación que no funcione, la culpa es única y exclusivamente de un autor con poco oficio. No es el caso, Jim Hawkins funciona, y aporta sus propias señas de identidad.

La historia.

¿En serio? ¿Necesitáis que os cuente de qué va La isla del Tesoro? Pues cuenta la historia de Jim Hawkins, un joven aguerrido como un león, amante de las buenas lecturas de aventuras y deseoso de embarcarse él mismo en una aventura como la que lee en los libros que va devorando con avidez. Sin embargo, su vida es mucho más aburrida. Trabaja en una posada costera, ayudando a sus padres madre a sacar el negocio adelante. Un día, recibe la visita de un viejo capitán de nombre Billy Bones, que guarda un codiciado mapa que supuestamente conduce a uno de los mayores tesoros enterrados por un pirata. El mapa acabará en manos de Jim, que con la ayuda de John Trelawney, emprenderán la búsqueda del tesoro. El viaje no puede prescindir de un buen cocinero, y para ello contratan a Kong John Silver, con una larga experiencia surcando mares. Y hasta aquí llega este primer libro: El testamento de Flint.

El autor.

Sébastien Vastra lleva editando cómics desde 2002 para editoriales como Delcourt, Vents d’Ouest o esta Ankama. En su haber tiene las obras Machêfer, Eclipse, Spyder y esta Jim Hawkins, primera de sus obras que se edita en nuestro país. La adaptación de la historia es correcta, con un buen ritmo y una interesante elección de la raza de animales escogida para cada personaje. Así, el intrépido Jim es un león. El casi acabado Bill Bones es una morsa, perfecta representación de cómo se ha dejado el viejo pirata; Long John Silver es un imponente gorila; los piratas Pew y Perro Negro son un buitre y un doberman, que representan a la perfección lo ladino de sus personalidades. El pirata Flint aparece fugazmente como un mandril.

El dibujo acompaña estupendamente a la historia. Con un estilo sin aspavientos y recreandose en algunos escenarios, se permite algunas páginas francamente interesantes, como la del entierro del padre de Jim, planteada como un árbol del que van “colgando” pequeñas viñetas. No nos engañemos, no es Juanjo Guarnido, pero su estilo es muy agradable y tiene páginas bastante espectaculares, especialmente cuando se trata de paisajes, como el acantilado donde está localizada El almirante Benbow (la posada) o el primer vistazo a esa Bristol del siglo XVIII.

El color sí es uno de los puntos fuertes de esta Jim Hawkins. Durante la primera parte del libro, ambientada en el acantilado y la posada, predominan tonos ocres, rojizos y marrones, con una tendencia a la monocromía. Es cuando pasan a la ciudad en sí, y a La Hispaniola, el barco donde partirán en busca del ansiado premio del botín perdido del Capitán Flint, cuando Vastra aumenta la paleta de colores, provocando un efecto similar al de El Mago de Oz de Victor Fleming, en el que cuando Dorothy llega a Oz, todo cobra color. Aquí, la aburrida vida de Jim no cobra color hasta que se embarca propiamente en la aventura. Bristol es una ciudad cargada de color y variedad.

Si algo tiene el cómic europeo que engancha es lo cuidado de sus escenarios. Y en Jim Hawkins, ambientada en la época que está y basada en una novela mil veces adaptada a todo tipo de entornos (como la poco valorada El planeta del tesoro, de Disney), este es un punto que no podía quedarse en segundo plano. Cualquier cambio de escenario implica una recreación en detalles. Desde la propia Bristol, la posada El catalejo, la mansión de Sir Trelawney… todos son escenarios en que hasta el último detalle está cuidado y que plantea páginas y viñetas cargadas de belleza.

En definitiva.

Jim Hawkis es OTRA adaptación de La isla del Tesoro. Pero no es OTRA adaptación más. Con rasgos de personalidad, un dibujo y una ambientación deliciosas y un cariño y respeto por la obra original de Stevenson, estamos ante una obra disfrutable al máximo. Piratas, tesoros, engaños, aventuras, aventureros, … está cargada de elementos que nunca pasan de moda y que proporcionan horas de entretenimiento. El testamento de Flint es el primer libro de esta obra, editada por Yermo Ediciones en formato cartoné, con 56 páginas de papel satinado a color, y a un tamaño de álbum europeo 22.3×31.2 a un precio de 16€.

Lo mejor: La ambientación. La elección de animales para los personajes. El color.

Lo peor: Tal vez es una historia que hemos visto o leído mucho… por sacarle un pero.

Para amantes de la literatura, de la obra original de Stevenson y de las buenas historias de aventuras. Si eres una rara avis que no conoce la historia… ¡qué mejor oportunidad!