Superboy: Legión
Está ya todo está inventado en esto del tebeo. Si una editorial tiene una idea de éxito, inmediatamente las demás editoriales harán su propia versión de éxito, algunas veces con variaciones o mejorando la idea inicial.
Otros Mundos fue la respuesta por parte de DC a la serie regular What If…? de Marvel, que narraba lo que podría ocurrir si las hazañas de los chicos de Marvel hubieran ido por otros derroteros. Pero en DC pensaron a lo grande, y dejaron que los mejores artistas del Medio hicieran aquellas historias alternativas que no tendrían cabida en las series regulares, ya sea por ser reinterpretaciones cómo Batman: Luz de Gas o Superman: Hijo Rojo, o ambiciosos ¿Y si….?.
Superboy: Legión responde una de esas preguntas tan recurrentes entre los aficionados de La Legión de Superhéroes, qué hubiera pasado si la nave que transportaba a Kal-El apareciera mil años más tarde y se criara en la Tierra del Siglo XXI en vez en la América profunda de los Kent a mediados del Siglo XX.
De todos es conocida la gran maestría que posee el británico Alan Davis, ya sea al lápiz o al guión. También es muy conocido el gusto que posee por las historias de corte más clásico de superhéroes, siempre sin perder la frescura y la mirada inteligente del cómic de aventuras, pero nunca sobrepasando la línea que presentaban obras cómo The Ultimates o The Authority (dibujadas por su discípulo Bryan Hitch). Por ello, no hay nadie más preparado para abordar la creación de La Legión de Superhéroes de mano de aquel héroe que los inspiró, Superman. Aunque sería más preciso decir Superboy.
Año 2987, RJ Brande encuentra la cápsula de salvamento que Jor-El había enviado a la Tierra para salvar a su hijo de la destrucción de Kripton, criando al bebe que había dentro, Kal-El. Pero el paso del tiempo es inevitable, así como la curiosidad y devoción por los superhéroes del pasado Siglo XX por parte de Superboy, que ignorando las leyes que despóticamente aplica la Policía Científica y los consejos de su padre, huye de la Tierra tras ser descubierto (y sancionado) en sus incursiones en el espacio no controlado por la Policía Científica.
Casi sin querer, tratando de salvar a un Crucero Estelar, se encuentra con Cósmico y Saturn Girl, que inspirados por la ayuda desinteresada de Superboy, y su pasión por los superhéroes, se asocian para crear la Legión de Superboy, el nuevo grupo de jóvenes con poderes, al margen de la ley, cuyo único cometido sea salvar al más necesitado, y de paso crear un punto discordante ante el status establecido de los adultos.
Con guión de su inseparable Mark Farmer, Alan Davis ilustra los dos números que formaron este Superboy: Legión, un homenaje al espíritu original del origen de La Legión de Superhéroes, donde la rebeldía (esa lucha contra el Sistema) y la espontaneidad (crear un concurso televisado, para buscar los nuevos componentes de la Legión de Superboy) sean las cualidades de los nuevos defensores de la Tierra, sin discriminar a nadie por su raza o credo.
A simple vista, podría parecer que es una historia más de aventuras, con un toque de ciencia ficción, pero detrás de sus viñetas se esconden las claves necesarias para ver la evolución de los componentes de la Legión, ya no solo por ver que en pocas líneas están más que definidas (y reconocidas) sus personalidades, sino que también podemos comprobar el atisbo de aquello que desembocará en el futuro, sino no fuera una historia cerrada. Además de echar un vistazo al pasado de los superhéroes, que carecían del poder y liderazgo de Superman.
Pero que nadie se asuste por creer que no hay acción, que la hay y a mansalva, además de villanos más que reconocidos por los aficionados de las aventuras de Superman y La Legión de Superhéroes, que a pesar de ser unos contrincantes más que dignos y peligrosos, nunca estaría de más no seguir recurriendo a los mismos de siempre de forma continuada.
Divertido tomo de aventuras, para cualquier lector de superhéroes, ya sea de Marvel o de DC, y una oportunidad más para ver al maestro Alan Davis adornando las páginas de un tebeo.
