Es la hora de las tortas!!!

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Reseña – Powers: Para Siempre

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POWERS: PARA SIEMPRE

Guión: Brian Michael Bendis
Dibujo: Michael Avon Oeming
Formato: Libro rústica, 272 págs., color.
PVP: 25 €
Edición original: Powers vol. 7: Forever USA
Editorial: Panini

Antes de nada, debo advertir que esto no es lo que podríamos llamar propiamente una reseña, ya que en el caso de Brian Michael Bendis, me resulta imposible permanecer imparcial. Admito sin reservas que me hallo entre sus detractores. No soporto sus muletillas, sus trucos repetitivos y exasperante decrompressive storytelling. Desde que comenzara su salto a la popularidad tan sólo dos obras serían salvadas de mi quema particular: Ultimate Spiderman y, por supuesto, Powers.

Tras una larga espera de más de 4 años de sequía por problemas de derechos, Panini nos ha traído el tomo ‘Para siempre’ con la friolera de 272 páginas. En él, Bendis y Michel Avon Oeming retoman las aventuras de los detectives Christian Walker y Deena Pilgrim, si bien esta última casi ni aparece en esta ocasión. Si hasta ahora Bendis y Oeming se habían centrado en presentarnos el ambiente general de estos dos policías de homicidios especializados en metahumanos, ‘Para siempre’ profundiza en la historia secreta del detective Walker desde la prehistoria. Y es que, sin destripar demasiado, la historia de Walker se remonta al principio de los tiempos. Así lo veremos cuando tan sólo era un primate, unos siglos adelante convertido en una especie de Conan, en el Japón antiguo o en los años treinta hasta llegar a los años inmediatamente anteriores al principio de la serie, todo ello bajo el hilo común de un eterno conflicto y un elenco de amores perdidos.

Quizá el hecho de trabajar con sus propios personajes dota a Bendis de una mayor libertad a la hora de ponerlos en la más insospechada de las situaciones permite un mayor abanico de curiosidades para el lector. Además da la sensación de trabajar con unas pretensiones muy por debajo de sus series habituales, con lo que el abuso de golpes de efecto no sólo es considerablemente menor, sino que no siquiera necesario. El resultado es una lectura entretenida desprovista de bombo que es de agradecer.

Sin embargo, esta serie no pasaría de ser otra más si no fuera por el monstruo que maneja los lápices. El modo de dibujar de Michael Avon Oeming es uno de esos que podrían ser calificados erróneamente como sencillos. El manejo de las masas de blanco y negro, el movimiento que desprende cada una de sus líneas, la expresividad que consigue con el mínimo de trazos y un innumerable listado de aciertos dotan a esta serie de una solidez impresionante. Incluso consigue que las escenas de verborrea bendisiana no se hagan tediosas, que ya es decir.

Powers está a punto de cumplir su décimo aniversario y no creo que mucha gente le diera más de un año cuando salió. Se trataba de una serie menor de Image de un guionista que estaba lejos de convertirse en la superestrella de hoy día (era el tío de Jinx y Sam & Twitch, nada más) y las obras de Oeming eran aun menos conocidas. No dudo que el estrellato de Bendis con Ultimate Spiderman (unos meses después del primer número de Powers) y Daredevil (un año más tarde) haya tenido algo que ver con el éxito de esta serie, pero ya casi ha aguantado diez años con buena salud y ha logrado dar el salto de Image a la omnipotente Marvel bajo el sello Icon, que permite conservar la propiedad de los autores, es gracias a la labor de Bendis y Oeming y la construcción de un mundo de cada vez más complejos matices a partir de una idea tan simple como mezclar el género policiaco y los superhéroes.