Es la hora de las tortas!!!

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Reseña El niño y la bestia nº1

El niño y la bestia portada

El niño y la bestia nº1
Guión de Mamoru Hosoda (guión original) y Renji Asai (adaptación)
Dibujo de Renji Asai
Planeta Comic
2016

Hace algunos meses tuve la ocasión de ver en el Actual de Logroño una película de la que no había oído hablar nunca. Hice el consiguiente googleo, pero tampoco sabía lo que me iba a encontrar. Se llamaba El niño y la bestia y me gustó tanto que me tenía que hacer con el manga. En esta ocasión el fenómeno se ha dado a la inversa del curso habitual de las adaptaciones en Japón y primero ha sido la película y después el manga.

El niño y la bestia nos ha llegado de la mano de Planeta Comic y parece haber apostado fuerte, ya que el mismo mes ha publicado el primer número del manga y la adaptación a novela. Para todos aquellos que están acostumbrados a las pobres adaptaciones que se suelen hacer a viñetas de estrenos cinematográficos, antes de seguir con la reseña quiero dejar muy claro que no es éste el caso. Hay dos grandes virtudes que destacan en la película que son la sutileza en el tratamiento de los personajes bajo una falsa sencillez y el componente emotivo y ambos están íntegros en la adaptación al manga. Renji Asai toma las ideas y el estilo marcado por Mamoru Hosoda y los adapta con ese tipo de fidelidad profunda que entiende la obra desde dentro.

El niño y la bestia 01

Arrancamos en pleno Tokyo con un chico llamado Ren que parece vivir solo y en la calle. Veremos que ha perdido a su madre y que nunca conoció a su padre y cuando nos es presentado Ren está lleno de odio hacia el mundo. Pero lo curioso es que esto no tiene nada que ver con lo que nos han dicho en la página de prólogo, en la que que se nos anuncia que una competición en las sombras por ver quién será el nuevo venerable, ahora que el antiguo está a punto de ascender. El recurso para poner en común dos argumentos tan distantes es tan sencillo como hacer cruzar los caminos de dos mundos totalmente distintos. Casi por casualidad, por el callejón donde se aisla Ren aparecerán dos extraños que de un modo anárquico y casi carente de sentido le propondrán ir con ellos. De este modo Ren llegará a Jutengai, un mundo poblado por animales antropomórficos, y conocerá a Kumatetsu, el oso humano que será el otro protagonista de nuestra historia.

A partir de aquí asistiremos a una historia de compañerismo, aprendizaje y autoconocimiento, camuflado bajo gritos, mamporros y temperamentos cómicamente exagerados. Vamos, que lo que leemos es una comedia de acción, pero nos están metiendo por debajo todo un increíble trabajo de tratamiento de personajes. Pese a que existe un claro subtexto, queda como un segundo nivel de lectura para que el propio consumidor se sirva si gusta. El hecho de que los animales puedan trascender y convertirse en dioses, pero el potencial de los humanos sea por el contrario hacia el odio, las relaciones humanas y familiares, las supuestas normas del honor, lo bueno y lo malo de ser distinto… son tantos los pequeños detalles que se insinúan en este historia, que me sabría mal no nombrarlos, pero El niño y la bestia está planteado como un disfrute, una serie de divertidas situaciones protagonizadas por nuestra extraña pareja guiadas por la típica historia de entrenamiento.

El niño y la bestia 02

Ren y Kumatetsu son el eje central de la historia, pero encontraremos otros personajes como Hyakusubo y Tartara, que harán las veces de conciencia de Kumatetsu; Iozen, el rival de Kumatesu y sus hijos Jiromaru e Ichirohiko; el venerable y tantos otros. En cualquier caso, el papel de estos será enmarcar y enriquecer a Kumatetsu y su discípulo Ren, que pronto todos conoceremos como Kyuta. En este primer tomo de El niño y la bestia asistiremos al a la vez arduo y cómico inicio de su relación. Cada uno en su estilo, ambos son hoscos, tozudos, profundamente cerrados y habituados a estar completamente solos, lo que dará lugar a un montón de divertidos encontronazos, pero también a una historia de desarrollo personal.

El gran mérito de Mamoru Hosoda y de la adaptación de Renji Asai es lograr aunar lo infantilmente simple con un montón de pequeñas y profundas perlas de caracterización. Quisiera dejar claro que cuando hablo de profundidad no me refiero a nada especialmente complejo ni metafisico, sino que atañen a la raíz más esencial de lo personajes con una capacidad de acierto realmente sorprendente. La capacidad de dar en el clavo de los autores es tal que muchos detalles pasan totalmente desapercibidos y son engullidos por el lector sin pararse a pensar en ellos ni un segundo. El niño y la bestia entronca en la más pura tradición de la fábula donde una historia sencilla y pensada para el entretenimiento más básico sirve de vehículo para un subtexto que completa la obra. Puede ser que con este primer tomo ese mensaje aún no se vea aún completo, pero sigue siendo un manga que se devora sin pestañear y te deja con una sonrisa en la cara.

He de reconocer que jugar con la ventaja de haber visto la película puede estarle haciendo un flaco favor a esta reseña, pero os puedo asegurar que el visionado de la película y la lectura del manga no sólo son compatibles, sino que ayudan entre sí a entenderse mutuamente mucho mejor.