Es la hora de las tortas!!!

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Reseña – Los Vengadores: La Cruzada de los Niños

LOS VENGADORES: LA CRUZADA DE LOS NIÑOS, 1

Guión: Allan Heimberg
Dibujo: Jimmy Cheung
Edición Original: Avengers: Children’s Crusade 1 USA
Formato: Comic-Book. 24 páginas.
Precio: 1,95 €
Editorial: Panini

Hubo un tiempo en que los jóvenes superhéroes tenían un lugar fijo donde poder ser importantes. Ese sitio era DC con sus Jóvenes Titanes, sus Superboys, Robins, Wondergirls y Kid Flash de turno. En los noventa, los chicos de Gen13 dieron mucha guerra y popularidad a la joven editorial Wildstorm, hasta que su creador cambió de serie. Pasado un tiempo, y gracias a la miniserie Crisis de Identidad, DC volvía a estar en el candelero y en el buen camino (que no siguieron después, vistos los resultados), y la nueva generación de los Jóvenes Titanes de Geoff Johns y Mike McKone recibian todo tipo de halagos y ventas.

Cuando la popularidad de estos nuevos Titanes estaba en lo más alta, sin previo aviso, aparecieron los Jóvenes Vengadores de Marvel. Lo que en principio parecía una respuesta (y pataleta) hacía la distinguida competencia, al final resultó una magnífica miniserie de trece números escritos por el televisivo Allan Heimberg (Anatomía de Grey) y dibujados por Jimmy Cheung (X-Force), creadores de los simpáticos y tridimensionales personajes que poblaron las páginas y viñetas del primer volumen, un ejercicio de inteligencia y aventura cómo hacía tiempo no se veía en unos personajes de nuevo cuño, y menos en unos tan jóvenes, escasos históricamente en Marvel.

Tras el éxito, la continuación fue asegurada, pero esta se hizo de rogar. Apariciones en los grandes eventos de la editorial, cruces con sus compañeros de fatigas adolescentes de la editorial, los Runaways, una pequeña miniserie escrita por diversos autores para aplacar la espera y la inclusión de dos sus componentes en la alienación de los Poderosos Vengadores de Dan Slot, no ayudaban mucho ante el retraso de Heimberg para escribir nuevos episodios.

Y esa continuación, al fin, está en nuestras manos y tiene nombre propio: La Cruzada de los Niños.

Pero no solo han vuelto los pupilos rebeldes de los Vengadores; Allan Heimberg recupera ese evento olvidado hoy en día, muy común en décadas pasadas, los míticos cruces entre mutantes y vengadores, casi siempre motivados por Magneto, que esta vez cede el protagonismo a su díscola hija, la Bruja Escarlata, ya que su búsqueda es el motivo principal de este segundo volumen de los Jóvenes Vengadores.

Wiccan y su hermano gemelo Veloz, los hijos perdidos, aunque sea en alma, del matrimonio de la Bruja Escarlata junto con la Visión (adulta), se embarcan en este primer número (de nueve, más un especial) en una carrera a contrarreloj para encontrar a su madre perdida, tras conocer los hechos que condujeron a la locura de su madre en la disolución de los Vengadores y Dinastía de M, que llevaron a la muerte de varios Vengadores (entre ellos el padre de su compañera Cassie, el segundo Hombre Hormiga) y la casi extinción de la raza mutante.

Heimberg antepone los personajes y sus motivaciones a favor de la historia, no al revés, ellos son lo realmente importante, no las peleas ni la acción descontrolada sin razón alguna, que por desgracia muchos guionistas parecen “crear” mes a mes. De ahí, cuando al principio de La Cruzada de los Niños, Wiccan de manera inconsciente deja en coma a un grupo de terroristas de Los Hijos de la Serpiente, los Vengadores temiendo que se vuelva a repetir lo mismo que con su madre, deciden ubicar en la Torre Stark al joven hechicero, en contra de los deseos de sus compañeros y su pareja, Hulking, que tras un rescate se embarcan en la búsqueda de Wanda Maximoff, acompañados por su recién conocido abuelo, Magneto, pieza fundamental de la trama, pero no la única.

Gran parte del éxito de la primera miniserie, se debe al lápiz de Jimmy Cheung, artista capaz de representar el estilo más clásico y moderno a la vez (igual que nuestro Pasqual Ferry u Olivier Coipel), sin perder en espectacularidad y narrativa. Se hace difícil ver plasmadas las aventuras de estos chicos si no es por el trazo de Cheung (a excepción de Alan Davis).

Se inicia posiblemente la saga más importante de Marvel, ya que sus repercusiones para el futuro de la editorial (nada que ver con la insulsa Flashpoint de DC) traerán consecuencias en la mayoría de series (aún faltan por publicar dos números en EEUU), y quién sabe, de la supervivencia de los mutantes.