Con este tomo llegamos al final de la serie de La Bruja Escarlata, y del viaje de Wanda Maximoff en busca de su pasado y su familia. Cada tomo editado por Panini Comics ha estado conformado por cinco números USA. El primer tomo servía de introducción, el segundo de desarrollo y viajes de Wanda, y este tercero que es el que más me ha gustado de los tres sirve para conducirnos al fin de la historia y a aclarar un poco el tema del pasado del personaje. Tengo que decir que he tenido sensaciones muy encontradas a lo largo de la lectura de esta serie. Con los primeros números me encontré una historia que no me acababa de apasionar y me confundía con tanto baile de autores, pero con un experimento gráfico que me atrajo lo suficiente como para seguir leyendo. Con el segundo tomo estuve a punto de abandonar la serie, pues me parecía que Robinson estaba divagando demasiado. Pero como solo quedaba este último tomo, decidí completar la serie (ay, los completistas, qué enfermos estamos) y al menos he acabado con un buen sabor de boca. Si bien es el que gráficamente considero que arriesga menos, es el que tiene un guión más uniforme y cohesionado, y se puede vislumbrar mucho más claramente una línea argumental.

De hecho, en este tomo vamos a ver cómo Wanda llega a Serbia donde por fin tiene una pista de su pasado y se encontrará con algunos viejos conocidos. La relación de su linaje con la magia queda por fin algo más clara, y tendrá que enfrentarse a sus propios demonios y a una figura representante del caos que es el motor de la magia de la Bruja Escarlata. El último número del tomo y de la serie nos plantea un epílogo en forma de exorcismo que dibuja un futuro diferente en el horizonte…

Como digo, el guión de Robinson encauza bastante bien la historia y cierra todas las tramas planteadas, además de aclarar el origen que supuestamente será canon a partir de ahora con la Bruja Escarlata y Mercurio. Las peleas tienen sentido, tira muy bien de nostalgia y me gusta especialmente el tratamiento que hace de Agatha Harkness, un personaje que derrocha cinismo por los cuatro costados y es un contrapunto cómico coherente y bien integrado, no es el típico personaje graciosete metido con calzador.

En el apartado gráfico también he dicho que creo que son los números en que se arriesga menos gráficamente. Hasta ahora, cada número ha estado dibujado por un artista con un estilo cercano a lo experimental y dandoles bastante libertad para mostrar la visión personal del caos de manera gráfica. Los dibujantes de este tomo son:

• Leila Del Duca (The Wicked+The Divine, Shutter): Un dibujo a lo Emma Ríos pero la Emma Ríos sobria, no la que arriesga y hace planteamientos explosivos. Un dibujo correcto, que tira mucho de estilo vintage en las escenas de flashbacks y que no pasa de correcto.
• Annapaola Martello (Seda, Spider-Gwen): El dibujo más formal de todos, en el sentido de que no difiere demasiado del resto de series superheróicas. Técnicas diferentes para mostrar la magia, mucha estructura de página diferente. Es lo más arriesgado que hay.
• JonathanMarks-Barravecchia (Lobezno, Lobeznos, Soulfire): Sí es un dibujo con una personalidad muy marcada. Cercano al estilo feista de Riley Rosmo, pero con unas propuestas de diseños de página que sí considero que son lo que se busca para esta serie. No es un estilo que personalmente me guste (tampoco me gusta demasiado Rosmo, lo reconozco) pero sí agradezco el arrojo de hacer algo que busca el impacto visual.
• Shawn Crystal (Masacre, Masacre Max): El dibujo que más me ha gustado de los cinco dibujantes de este tomo. Un arte que se apoya muchísimo en el color de Chris Brunner y que tiene ese estilo de dibujo con línea de contorno de color, que le da un toque muy vistoso. Me recuerda al estilo una vez más de Emma Ríos aunque el de Doctor Extraño Season One, salvando las distancias… Tiene la ventaja de que es el número donde más posibilidades le da el guión, con la confrontación final con el “Final Stage Monster“… XD
• Vanesa del Rey: La dibujante repite (ya aparecía en el primer tomo) y es la responsable de cerrar la serie con el número del exorcismo. Un estilo un poco oscuro y feísta también, pero que no sienta mal dada la naturaleza del número, más intimista y centrado en los diálogos.

Un comentario aparte para las impresionantes portadas de David Aja, un absoluto deleite para la vista.

En definitiva, La Bruja Escarlata 3: El Último Maleficio.

Un buen cierre a una serie que para mí ha sido irregular. Como suele pasar, el dejarte con un buen sabor de boca influye mucho en la buena sensación final de toda la serie. Si hubiera sido una buena serie, con un mal final, probablemente me habría dejado mucho más indiferente, pero gracias a estos últimos números ha hecho que una serie que no me estaba gustando haya pasado a resultarme interesante. Una serie que cuando menos sirve para aclarar el hasta ahora tan inestable pasado de los que durante mucho tiempo fueron considerados los hijos de Magneto, y que explora el mundo de la magia del caos.

Panini ha editado este último tomo de La Bruja Escarlata, El Último Maleficio, en la misma línea Marvel 100%, con un encuadernado rústica con solapas, y 112 páginas a color a un precio de 11€. Contiene los números 11 a 15 de la serie original.

Lo mejor: Que el final de la serie haya sido un cierre de la trama y que aclara el pasado del personaje.

Lo peor: El dibujo menos arriesgado de toda la serie.

Para fans de la magia del caos. Para admiradores de Wanda Maximoff. Para los que gustan de dibujos diferentes, menos al uso.