¿Qué pasaría si el ser más poderoso de nuestro planeta dijera “basta”?

A esa pregunta responde Injustice: God Among Us. Cuando el Joker decide dar un paso más allá, es demasiado. Su plan de destruir Metrópolis y asesinar a una embarazada Lois Lane, es demasiado para Superman. Destrozado y rendido hace lo que Batman jamás creyó posible, le arranca el corazón al payaso mientras este se ríe.

Su última broma, la mejor de todas, ha sido un éxito. Con su muerte ha logrado instaurar un reino de terror en manos de Kal-El. Este ha decidido que no volverá a permitir que los villanos ganen, ni los gobiernos, ni los dictadores. Comienza una era de paz, bajo el férreo puño del hombre de acero.

Y ante él solo Batman para plantarle cara.

Aunque el murciélago siempre ha logrado encender la llama de otros.

En un primer momento es cierto que este cómic no deja de ser un complemento al videojuego de mismo nombre, y que la trama recuerda en gran manera a lo que ya vimos en Kingdom Come o en Red Son, pero son solo hechos superficiales que rápidamente pasan a un segundo plano.

Esta historia es una visión muy oscura que bien podría encajarse en la línea de Otros Mundos (a fin de cuentas, es una realidad alterna), en la que las consecuencias de las acciones del Joker afectan a todos. No solo a Superman y Batman, el resto de héroes del UDC y las relaciones que tienen entre ellos llegarán a un punto de no retorno.

Algunos siguen el ejemplo del héroe de Metrópolis, como Wonder Woman que estaba esperando que tomara esta decisión, comenzando una guerra para imponer la paz que terminará en una dictadura. Otros, más urbanos y quizá oscuros, no están dispuestos a sacrificar la libertad individual por una seguridad llena de cadenas.

En este primer tomo (de dos) se dan cita diferentes ilustradores que logran transmitir la fuerza y energía que requiere esta aventura, salpicada de oscuridad y sangre. Pero si un nombre cobra lugar propio es el de Tom Taylor, guionista y arquitecto de esta trama que demuestra en todo momento tener un gran conocimiento de las psiquis que está manejando.

Se avecina una guerra. A un lado está el oscuro justiciero de Gotham, al otro el antaño brillante defensor de Metrópolis.

Y en el medio, un planeta a punto de perder su libertad.